La iglesia es contraria a permitir el aborto a las gestantes de Seveso
Las mujeres embarazadas de Seveso, en la zona norte de Milán contaminada por la nube venenosa de dioxina, podrán recurrir al aborto terapéutico, según había sugerido el 6 de este mes el ministro de la Sanidad, señor Dal Falco.El asesor de la sanidad en la región le Lombardía, el democristiano Vittorio Rivolta, es partidario de aplicar en su jurisdicción el principio constitucional que admite el aborto terapéutico y eugenético, y ha convocado esta tarde a una reunión de la comisión médico-epidemiológica para que adopte medidas concretas.
Contra esta aplicación se ha pronunciado el cardenal de Milán, Giovanni Colombo, el clero lombardo más intransigente y la derecha de la democracia cristiana. El cardenal ha declarado que se trata le «una campaña en favor del aborto sin escatimar golpes». El párroco de Seveso hizo distribuir el domingo por la mañana octavillas, firmadas por un teólogo, y en la, homilía habló de alarmismo y dijo que «es necesario tener confianza en Dios».
La polémica toca uno de los problemas más candentes de la sociedad italiana, que tarde o temprano volverá a plantearse a nivel político nacional. Los radicales ya han anunciado que darán batalla en el Parlamento. La democracia cristiana, que ha defendido siempre unánimemente la posición moral de la Iglesia, no deja de de mostrar en el caso de Seveso el tormento y división interna de sus afiliados.
Los obreros de la fábrica Icmesa, tras una consulta con los dos dirigentes que están detenidos, decidieron neutralizar químicamente 18 toneladas de dianuro, dos cisternas de cloro y mil kilos de cloro banzol todavía guardadas en máquinas almacenes. Toda la zona ha sido aislada con vallas de cuatro metros.
«No son fenómenos casuales»
La jornada religiosa del domino se vio animada por el viaje en helicóptero que Pablo VI hizo a Bolsena, pequeña ciudad del Lazio, al norte de Roma, para conmemorar el milagro eucarístico de 1262 y dirigir un llamamiento a la paz en ocasión de la clausura del XLl Congreso Eucarístico de Filadelfia.El mismo domingo, Giovanni Franzoni, ex obispo-abad de San Juan de Letrán, reducido al estado laical por el cardenal vicario deRoma, Ugo Poletti, le escribió una carta pública en el diario romano Il Messaggero, en la que, manifestando su propósito de permanecer como creyente dentro de la Iglesia, recordó la historia de la comunidad de San Pablo, afirmando su fe cristiana y poniéndose de parte del «subdesarrollo y del hambre que no son fenómenos casuales, sino producto de muy precisos mecanismos del capitalismo internacional».
Don Franzoni, que está a punto de marcharse a Francia a vivir en una comunidad cristiana hastaseptiembre, en que responderá a Poletti con «mayor atención», concluye: Hoy en Filadelfia la Iglesia se reúne de nuevo en manifestaciones triunfalistas con la presencia ornamental de cabezas coronadas que entre un crucero y otro acuden a ayunar un día afín de que se puedan distribuir 30. 000 cestillos de diversos productos con alto grado de proteínas no deteriorables entre los católicos menos habientes de la ciudad..., y amén. Sin embargo, nosotros hoy somos creyentes que vivimos su fe entre los demás trabajadores en lucha.
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