Desaprobación oficial

Las autoridades francesas «desaprobaron» oficialmente, ayer, a mediodía, las declaraciones del señor Schmidt, referentes a la cuarentena económica a la que sería sometida Italia si, en su Gobierno, entraran los comunistas. Esta declaración la hizo el palacio del Eliseo a última hora, cuando se sintió presionado por el «escándalo» producido en Francia por los propósitos del Canciller.El comunicado del Gobierno francés «desaprobó» más la actitud de Schmidt, por hacer declaraciones «exteriores que conciernen a la situación política interna» de otros países, que el fondo de la cuestión. Dicho texto no desmintió que en Puerto Rico se tratase del problema de la entrada de los comunistas en los Gobiernos occidentales.La unión de la izquierda francesa así lo entendió con unanimidad total: «Giscard no ha hecho más que confirmar los propósitos de Schmidt». Si, hoy, el canciller alemán se refirió a Roma, comentó la izquierda, llegado el momento oportuno, el «acuerdo» servirá para el día que, eventualmente, triunfe la izquierda en Francia o en otro país cualquiera de Occidente.

En este sector de la opinión, como entre muchos observadores independientes, la irritación es grande contra Schmidt, «contra las intenciones subterráneas de la derecha occidental y, muy particularmente contra el señor Kissinger, líder de la Europa capitalista». Ahora se recuerdan, una vez más, «las grandilocuencias falaciosas de la independencia nacional francesa, que, una vez más, se comprueba, está atada al yugo de la economía, patrocinada por y en beneficio de los Estados Unidos».

En lo sucesivo, escribe el vespertino Le Monde, será imposible hablar mal de la CIA, porque le hizo la guerra económica al Chile de Allende. Un jefe de Gobierno europeo, sigue el mismo comentarista, acaba de hacer otro tanto con Italia.