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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los propagandistas y el franquismo

Para la buena orientación de sus jóvenes lectores: «Los propagandistas no están en el poder».De la Asociación Católica Nacional de Propagandistas que fundó el P. Angel Ayala S.J., no queda más que el nombre y un cierto número de supervivientes que ni están en el poder ni se rindieron nunca al franquismo. Ni Carrascal, ni Gil-Robles, ni Rodríguez Soler, ni Melchor de las Heras, ni tantos otros de aquella época, han doblado la rodilla para mezclarse en nada que no cuadraha con el pensamiento fundacional del P. Ayala. Este, en sus últimos días, en pleno franquismo, tenía en sus labios esta exclamación: « ¡En dónde están los católicos españoles ... !».

La Asociación fue algo que declinó como tantas otras cosas que fueron destruidas por esa táctica programada de comprar voluntades que tan bien supo administrar el general Franco. La Asociación quedó partida en dos con la entrada en el gobierno de Alberto Martín Artajo, con el visto bueno de Angel Elerrera y Fernando Martín-Sánchez. Creyeron, y se equivocaron, que asaltaban el bastión de El Pardo.

Media Asociación se quedó fuera de juego Paco Luís se negó a prestar juramento de fidelidad para ser Procurador en Cortes (¡qué poco se conoce y se habla de este gesto!) Jiménez Fernández tantos otros empezaron a trabajar en la clandestinidad y la Asociacion se rellenó con toda una serie de jóvenes oportunistas que creyeron, como luego los del «Opus Dei» que a base de golpes de pecho hacían su carrera política. Por entonces era Consiliario de la Asociación el hoy obispo de Cuenca, monseñor Guerra Campos.

El cardenal Herrera ha dejado grandes moles de ladrillo pero no una descendencia de hombres de que fuesen el armazón de una democracia cristina, solida y cuajada como le ocurre a la Democracia Cristiana Italiana, que gobierna se autogenera y se enfrenta al comunismo sin necesidad del apoyo del generalato de su país

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