El Gobierno peruano declara el estado de emergencia
Cinco muertos, numerosos heridos y más de un centenar de detenidos es el balance provisional y no oficial de los brotes de violencia desatados en Lima y otros lugares del país, ante la conmoción social desatada en el Perú, el primer día en que debía entrar en vigencia un drástico plan gubernamental de medidas económicas.
El jueves pasado el Gobierno peruano decretó el estado de emergencia en todo el país y suspendió por treinta días las garantías constitucionales. El toque de queda se implantó ayer en Lima y El Callao, desde las diez de la noche a las cinco de la mañana.
Las medidas se adoptaron en un Consejo de Ministros extraordinario convocado para estudiar la situación provocada por los motines que estallaron el jueves por la mañana en respuestas a las medidas de austeridad económica adoptadas el día anterior.
Un comunicado de los comandantes de seguridad de las zonas del centro y del litoral del país, hizo saber al pueblo limeño y al de El Callao lo que suponía el toque de queda: prohibición total de circulación de vehículos y personas dentro del horario establecido.
La televisión transmite de cuando en cuando los comunicados oficiales, pero en ningún momento y por ningún medio informativo se hizo mención de episodios de alteración del orden público. La capital está llena de rumores y versiones contradictorias, imposibles, por el momento, de confirmar.
Orden de abrir fuego
Igualmente informan la radio y la televisión que las tropas tienen orden de abrir fuego contra quienes violasen, a partir de la noche de ayer, las disposiciones contenidas en el toque de queda.Antes de la proclamación del estado de emergencia, los grupos de manifestantes recorrieron las calles céntricas de Lima gritando frases hostiles al Gobierno. Algunos vehículos fueron volcados e incendiados. Las fuerzas antidisturbios se emplearon limitadamente contra los manifestantes, evitando un enfrentamiento que podría haber tenido graves consecuencias.
Los incidentes más violentos tuvieron lugar en los barrios de chabolas en los bordes de la capital, donde habitan millón y medio de personas, especialmente perjudicadas por las medidas de austeridad económica aplicadas por el Gobierno.
Al parecer, el estado de emergencia no calmó las protestas en los barrios de chabolas de Lima, donde se emplearon vehículos blindados policiales que tiraron al aire para dispersar a los manifestantes. Los incidentes en Perú fueron menos dramáticos, hasta ahora, que los que se registraron en febrero del año pasado.
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