_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Lo que es y lo que no es la dislexia

Los síntomas del disléxico no son más que rasgos que suceden a todos los niños, pero con unas características más intensas: Invertir las letras (li por il); invertir sílabas de tres letras (pra por par, bra por bar); confusión de letras homófonas (d-t, b-p ...); pérdida o traspaso de letras (tigue por tigre); omisión de letral en palabras con tres sílabas (compar en vez de comprar, sabe en lugar de sable); cortar las palabras por cualquier sitio (unen sayo en vez de un ensayo); no advertir el sentido de las palabras; comprender mal la lectura; mantener mal la atención.La dislexia es, en suma, una dificultad del niño para integrar los mecanismos de la lectura y escritura. Es la inhabilidad para transformar y reproducir el grafismo en la cadena sonora que lo representa. Se trataría, pues, de un insuficiente desarrollo en un sujeto normal, entre las conexiones perceptivas que permiten al estímulo visual producir el equivalente fonético adecuado.

Al definir la dislexia puede resultar más interesante decir lo que no es, que lo que es. La dislexia no es la incapacidad de aprender a leer causada por una deficiencia mental. No es tampoco el producto de una lesión cerebral. No es la incapacidad de aprender motivada por una enseñanza inadecuada. Ni la dificultad producida por un trastorno orgánico de la percepción auditiva o visual.

La dislexia no es una pérdida de función, sino una anomalía en su maduración y organización. Su causa primordial sería la inhabilidad de la escucha asociada a desórdenes en la representación espacial y la lateralidad. Son disléxicos aquellos niños que sitúan mal los objetos con relación a su cuerpo. En la lectura fijan la vista en la palabra tanto más cuanto intentan encontrar significados equivalentes en su vocabulario particular.

En lenguaje oral se desarrolla a partir de una percepción auditiva global. El mismo modo de percepción interviene en la aprehensión visual durante el acto, de la lectura, ya que, la noción de espacio no puede disociarse de la del tiempo. Los dos aspectos de la percepción -el temporal y el espacial- tienen que ir asociados.

La percepción sirve para reflejar en el cerebro el mundo exteinior y el propio cuerpo del sujeto. Es decir, la materia en movimiento. Ahora bien, el movimiento es una relación espacio-temporal. Si reestablecemos la percepción auditiva perturbada forzosamente, se producirá una mejora en la noción del tiempo y del espacio.

La onda sonora propagada a través de las partículas de aire por las consonantes difiere completamente de la generada por las vocales. El sonido de las vocales y de las consonantes no tiene la misma representación en el espacio. Las vocales trazan una onda asociada a los sonidos, mientras la onda de las consonantes se asocia a los ruidos.

Pronunciar una consonante sola es extremadamente difícil sin acudir al concurso de la vocal. Si decimos be no es la consonante la que suena sino ella y la vocal e, que va asociada. Cuando pronunciamos en, la vocal precede a la consonante, pero también la acompaña, Si, intentásemos pronunciar un a consonante sola, no percibiríamos nada.

El oído de los niños afectados de dislexia percibe mal la diferencia auditiva existente entre una letra que sólo produce ruido y la misma letra acompañada de un sonido. Y ello en razón de que no integran la línea melódica, sintiéndose sumergidos. en una bruma, auditiva, en la que la sucesión de palabras no es más que una especie de ruido constante sin significado alguno.

Hay dos clases de dislexia: la falsa, -consecuencia de un aprendizaje irracional de la lectura (por ejemplo, el método global practicado a la ligera) -y la verdadera, donde encontraremos una anomalía en, la oiganización dinámica de los circuitos cerebrales responsables de la coordinación audiovisual verbal que asegura el acto complejo de la percepción y el de la inteligencia en, el lenguaje.

Concluyendo, el disléxico es el producto de una psicomotricidad deficielitemente integrada, una lateralidad no definida y un lenguaje, tanto hablado corho escrito, mal estructurado. Detectar estas disfunciones, no es dificil. Lo importante es comprobar en qué nivel evolutivo se encuentran con relación a la organizÚión cerebral del ser. humano, No olvidemos, pues, que el disléxico tiene un potencial intacto para adquirir estas capacidades funcionales mediante el desarrollo. Su inadquisición deja de canalizar esa gran energía intelectiva para el mundo de la cultura.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_