60 expertos estudian los problemas de la nueva educación

«La educación actual ya no puede considerarse por más tiempo como una pasiva aceptación de la norma que emanaba de una autoridad carismática, sino como una actitud crítico-reflexiva frente a la norma que sólo puede surgir de la participación. del educando en la tarea educativa. » Estas palabras del profesor de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona, Jaime Sarramona, resumen el contenido de la primera ponencia sobre Insuficiencia de la educación tradicional en los coloquios sobre Las fronteras de la educación, que se celebran estos días en El Escorial.A la reunión, patrocinada por la Asociación Cultural Hispano-Norteamericana, la Comisión Fulbrigth, y el Centro Cultural de los Estados Unidos, asisten más de 60 profesores y expertos en educación, españoles y africanos, quienes desde ayer, y hasta el domingo 27, estudiarán los problemas, condicionamientos y avances de la nueva educación. Tras las palabras de apertura pronunciadas por el agregado cultural de la embajada de los Estados Unidos, señor Eduard, A. Elly, se inició la primera sesión que se dedicaría a analizar las principales actitudes críticas frente a la educación tradicional.

El ponente señor Sarramona, analizó las nuevas tendencias de la educación moderna, oponiéndolas, al concepto de educación tradicional. Principales actitudes de la educación moderna enumeró la flexibilidad frente al inmovilismo en la educación tradicional.

Frente a la educación uníforme del antiguo régimen, el ponente destacó la educación diferenciada del nuevo sistema, «una educación adaptada a cada sujeto y que desarrolle en el terreno aplicativo las técnicas de enseñanza individualizada».

El profesor Sarramona destacó también el valor educativo de los medios de comunicación social «que aportan en la actualidad mayor cantidad de conocimientos -además de ser más eficaces y rentables- que la educación tradicional».

tras referirse ala móral de colaboración, ayudada por técnicas individuales, pero sólo todo por técnicas colectivas, frente a una moral depresión de la educación tradicional, resumió su ponencia entendiendo la educación como diálogo enriquecedor entre dos personalidades. «El profesor -dijo- ha de convertirse en un líder democrático y participativo estimulador y coordinador, de las iniciativas del educando, y no en un líder que dicte normas.»