¿Qué se piensa en el Ejército?
En el Ejército no se piensa, se obedece, nos decía un viejo general. Esta frase puede sorprender a unos y hacer sonreír a otros. Seguro que, bien pocos habrán meditado sobre su contenido. Podríamos traer aquí una anécdota que se atribuye a Napoleón; cuando en plena época revolucionaria se ordenó al teniente coronel Bonaparte que disparara sus cañones contra la multitd, sus amugos de la Asamblea le pidieron que no lo hiciera; Napoleón les contestó que en aquellos momentos era un oficial de Artillería. En su contestación iba implícito todo su sentir sobre cuál debía ser la norma de conducta en las Fuerzas Armadas. Hoy en día esta anécdota sigue siendo igual de válida.No obstante, sería negar una evidencia el afirmar que los componentes del Ejército carecen de ideología Muchos conocen a militares son amigos de ellos, forman tertulias cuando surge un tema relacionado con la situación nacional, la pregunta que se hace, siempre es la misma: ¿Qué se piensa en el Ejército? En el Ejército no se piensa nada, se obedece. A nivel personal, cualquier militar puede pensar lo que quiera, tener criterios muy peculiares sobre la situación política o sobre la sanción impuesta por la UEFA al Real Madrid. A nivel profesional, por paradójico que parezca, obedece. No debe de interpretarse este hecho como una alienación de conductas es un proceder deontológico, es la esencia misma de la milicia. ¡Imaginese lo que sucedería si en cualquier mometo los militares se sintieran intérpretes del acontecer político! Sin obediencia, un Ejército no puede entrar en acción. Los héroes de las armas son aquellos que han llevado la obediencia a limites sobrehumanos.
Cuando- se dice que Ias Fuerzas Armadas tomarán esta u otra postura ante determinada situación política, por muy docto que sea el dicente, es una afirmación que carece de fundamento. Demuestra un desconocimiento total de una profesión milenaria. Bien es cierto que algunos miitares gustan de frases como «El Ejército no permitirá ...» En nuestra opinión, el Ejército lo permitirá todo , todo aquello que el PODER quiera permitir.
Si nos remontamos a épocas pasadas, veremos que siempre fue así. El protagonosmo político de las Fuerzas Armadas surge cuando el poder se debiita, y si se deteriora, alcanza sus cotas más elevadas. La figura militar aparece siempre en épocas de confusión y de pérdida de los papeles por el estamento político: Algunas fechas y nombres: 1840: Espartero; 1868: Prim; 1923: Primo de Rivera; 1936, Franco. Si la historia, fuera como las matemáticas, del anterior teorema podríamos deducir el sigüiente corolario todo aquellos que con sus acciones intentan debilitar el poder, fomentan de una forma directa el protagonismo político del Ejécito.
Lo que antecede no hay que interpretarlo en el sentido de que encontramos ante una institución inmovilista.Nada está más lejos de la relidad. Estamos convencidos de que cualquier evolución dentro del poder, será bien recibida por los profesionales de las armas. Puede que surja voces discordantes su repercusión en el seno del Ejército, nos atrevemos a decir, va a ser nula.
Lo que si pudiera ser peligroso es una ruptura, el entrar en una situación revolucionaria. Este hecho llevaría consigo una desaparición del poder y una situación de desordenes. Entonces irremediablemente surgirían los protagonismos militares. ¿Su alcance? No nos atrevemos a predecirlo. Medítenlo ustedes.
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