"Todas las libertades serán arantizadas si los comunistas llegan al poder en Italia"

«Todas las libertades serán garantizadas y desarrolladas: las de pensamiento y expresión, de prensa, de reunión, de asociación, de manifestaciones, de libre circulación de personas en el interior y en el extranjero de inviolabilidad de la vida privada, de religión. Y la libertad total de expresión de corrientes de pensamiento, y de todas las expresiones filosóficas, culturales y artísticas», afirmó con gesto inequívoco, el señor Enrico Berlinguer, Secretario Generat del Partido Comunista Italiano.El líder político de Italia más popular en Francia se dirigió ayer por la noche a más de 100.000 personas, reunidas en las afueras de París, en la Porte de Pantin, al lado de su colega galo, el señor Georges Maxchais, en un mítin «monstruo» organizado espectacularmente por el PC francés, en vísperas de las elecciones italianas, en un momento preelectoral serio en Francia, y al día siguiente -puede decirse- del abandono de la dictadura del proletariado por los comunistas franceses, cogidos del brazo al líder del eurocomunismo, señor Berlinguer.

Insistiendo más en el campo de las libertades, Berlinguer añadió: «Los Comunistas franceses e italianos se pronuncian por la pluralidad de partidos, políticos, por el derecho a la existencia y a la actividad de los partidos de oposición. Y también -subrayó-, por la libre formación de la voluntad política, y por la posibilidad de la alterna:ncia democrática de las mayorías y minorías».

Al abordar el actual problema italiano, recordó la política de su partido, consistente, después de las elecciones del próximo 20, en la formación de un gobierno fundado en la «colaboración de todos los partidos populares y dernocráticos, incluído el comunista.

Respecto a la política interior, Berlinguer anunció los objetivos de su partido: reactivar la economía sobre nuevas bases sólidas, reformar el empleo, sanear las finanzas del Estado y estirpar la corrupción pública». En política internacional, «no se discutirán las, alianzas y organismos a los que pertenece Italia», y en cuanto al Mercado Común, «proponemos que nuestro país obre con coherencia para conseguir la democratización de sus orientaciones.y de sus instituciones ».

El señor Marchais, líder comunista francés, reconoció como su colega, que las circunstancias francesa e italia na son distintas, pero que los problemas fundamentales son los mismos. Deáquí la impor tancia de la acción común «de los partidos comunistas y socialistas y de las fuerzas democráticas de los países occidentales». Se mostró de acuerdo con Berlinguer al tratar las cuestiones específicas del eurocomunismo.

La Unión de la Izquierda, en Francia, dijo Marchais, «no es, para nosotros, una táctica, sino una política, de principio». Y con más convicción que Berlinguer, Marchais afirmó que la crisis actual de Occidente no es pasajera, no es de coyuntura; «es una crisis profunda, global, que alcanza todas las instituciones, a los grandes cuerpos del Estado, los valores morales, la sutancia misma de la sociedad».