Lo que se debe hacer al elegir un cachorro
Las medidas sanitarias respecto de los perros, a que estamos obligados los españoles, se limitan a la vacunación antirrábica, anual, y que en campaña nacional durante el mes de mayo cubre a todos los perros mayores de tres meses.Esto, a la hora de elegir un cachorro, cuenta bien poco, ya que la edad normal de venta oscila entre los cuarenta y los sesenta días.
Hay tres enfermedades de los perros, frecuentes si no se toman las medidas oportunas, que internacionalmente están prácticamente erradicadas, y cuya eliminación se puede hacer en gran parte con una sola vacuna: la lestospirosis, la hepatitis y el moquillo.
La inmensa mayoría de los criadores españoles, vacunan con un producto trivalente, nacional o importado, antes de los dos meses de vida, a todos sus cachorros, previniéndoles de estas tres enfermedades.
Cuando alguien compra un cachorro debe cerciorarse de que esté vacunado contra estas tres enfermedades y de la marca de la vacuna, pues revacunando al año siguiente se aumentan las posibilidades de inmunidad.
La mayoría de los veterinarios certifican en cartillas adecuadas tal circunstancia.
Lombrices
Otra cuestión importante es que el perro esté exento de lombrices, frecuentísimas en el mundo del perro, porque las transmite su propia madre. Algunas especies son contagiosas para los humanos y aunque no causen problemas de gravedad no dejan por eso de resultar molestas y antihigiénicas. Cuando un cachorro está atacado por los vermes presenta un aspecto fácil de detectar: vientre exageradamente hinchado y prominentes costillas en la parte posterior del tórax.Cuando compre usted un cachorro, no vaya con prisa. Obsérvelos detenidamente. Elija uno juguetón, alegre, dominador del resto de la camada. Si está Vd. un rato con ellos, observe que las deposiciones sean duras, ya que las diarreas, a esa edad, son francamente peligrosas para el posterior desarrollo del animal.
A este respecto, quiero advertir, que con el cambio de domicilio, y de alimentación, producido por la venta del cachorro, es muy normal que el perrillo sufra trastornos intestinales, corregibles fácilmente en dos o tres días, pero cuyo origen no es más que un problema de adaptación al nuevo ambiente.
Estructura física
Más aspectos que hay que cuidar, a la hora de elegir un perro, son los correspondientes a su estructura física. Son de gran interés, para que el perro goce de una vida saludable y larga, una buena conformación del esqueleto que es sensiblemente igual para todas las razas.Sobre este punto, conviene fijarse en los aplomos que presentan las cuatro extremidades. En casi todas las razas deben ser rectos, sin protuberancias en las articulaciones (signo claro de raquitismo). Las manos y patas deben pisar perpendicularmente al suelo y no deben presentar ni signos de debilidad ni de cojera.
La columna vertebral debe ser recta, sin quebraduras, ni formando una curva hacia el suelo (ensillamiento), ni encorvado el lomo. Hay alguna raza (Bull-Dog, Bob-tail, etc.,) en que se admite un ligero levantamiento de los cuartos traseros, y otras (Pastor Alemán, Dobermann, etc.) en que la línea superior no es paralela al suelo, sino que decrece suavemente desde el cuello al rabo, a causa de la angulación de las patas.
Dientes
La colocación de los dientes, también es un síntoma de pureza y selección de las razas de perros. Exceptuando los de presa y algunas razas en que está admitida la mordida en pinza, casi todos los perros de compañía muerden «en tijera», es decir, con los dientes superiores ligeramente avanzados -sin dejar espacio entre medias- sobre los inferiores.En cualquier caso, si usted quiere que su cachorro se críe sano y llegue a ser un ejemplar perfecto, debe llevarlo a un veterinario, que en función de sus características y crianza, le orientará sobre su alimentación y cuidados.
Cuidar y mantener un perro no es un problema ni una cuestión dificultosa, basta tener unas dotes mínimas de observación para detectar cualquier anomalía y destinar una pequeña parte de nuestro tiempo libre a que el perro goce de unos ratos de libertad y esparcimiento, a que se acostumbre a cumplir sus necesidades fisiológicas a unas horas y en unos lugares determinados y a que aprenda a convivir, sin molestar, en la sociedad en que nosotros nos desenvolvemos. Con estos pocos desvelos, recibiremos del perro cientos de satisfacciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.