_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La historieta como vida y viceversa

Se podría perseguir, paso a paso, el tránsito de la risa camino a congelarse. Un lector-medio coge un «Mortadelo y Filemón», y al tomar contacto,con ese mundo de verzotas y narizotas, de mandobles y estacazos, ríe, según la frase, «a mandíbula batiente».-¡Vaya tontainas! -exclarna luego, con superioridad, y abandona el tebeo.

Si le propusiéramos reflexionar sobre el dibujante Ibáñez, que «vive» estas situaciones para emitir a troche y moche esas páginas, cientos, miles de ellas, quizás reiría menos. «Sí, hay algo de absurdo en «vivir» aquello, pero, después de todo, Ibáñez cobra por hacerlo», diría. Y todos en paz.

Si le Icontárámos que sobre ese -mundo, desmontándolo y auscultándolo, con la minuciosidad de un entomólogo, un doctor en Filosofía, Juan Antonio Ramírez, ha escrito el libro «La historieta cómica de postguerra», su sonrisa se tornaría en sospecha burlona. Si, más allá, reveláramós que este libro, y los estudios que contiene, recibieron el Premio Nacional de Investigación del Ministeri de Información y Turismo y luego reestructurados como tesis doctoral, merecieron la más alta calificación (sobresaliente cum laude) de la Universidad Complutense nuestro lector-medio creería que nos burlamos de él. ¿Todo aquello a partir del atontao de Mortadelo?

Suspendamos revelaciones. Con sadismo fino podríamos remontar el camino de la risa, y acompañar por ejemplo, a algún capitoste de Editorial Bruguera, que coordinó la chapuza de Mortadelo con la aparición de la revista que dibujó Ibáñez y comentó el profesor Ramírez y premió el Ministerio..., acompañar al editor, decíamos, a depositar en su cuenta bancaria las 25-a- 125 pesetas que el lector-medio pagó por adquirir esa revista-y-su-risa, y veríamos que el editor también va riendo a mandíbula batiente. Entoces el círculo estará completo y el lector que antes reía ya no sabrá si él es el de las carcajadas o el que aparece en la tira cómica. ¿Acaso no todo es farsa en la farsa y algo queda cuando la farsa acaba?

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_