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España necesita una moral pública

Conferencia de Miret Magdalena en el C.M. San Francisco Javier

El paso del nacionalcatolicismo de estos últimos años en la vida española a una sociedad democrática ha de darse en todos los planos, pero fundamentalmente en el plano de la moral, de la familia y de la estructura social. Este fue el tema fundamental de análisis que desarrolló ayer Enrique Miret en el Colegio Mayor San Francisco Javier, dentro de una conferencia titulada Del nacionalcatolicismo a una sociedad democrática.Refiriéndose al primer plano -el de la moral-, el señor Miret afirmó que la moral del porvenir tendrá que distinguir la moral pública y la moral privada. La moral pública será sólo aquello que promueva la paz entre los españoles pero no el código de ningún grupo religioso o humano que tenga una moral específica. Esta moral tiene que replantearse todos los problemas, entre ellos la pornografía, el erotismo y el desnudo, con arreglo a lo que nos dice la ciencia de hoy día y las normas de los grupos religiosos. Lo que tendrían que hacer estos grupos es defender sus posturas, pero con auténticos argumentos, nunca pretendiendo, por ejemplo, que el Estado coaccione a los españoles. El Estado no puede tomar ninguna decisión en este terreno.

En cuanto al plano de la familia, el conferenciante consideró el estado actual de la misma, señalando que nos encontramos con una verdadera disgregación, en parte por haber querido canonizar el esquema de la familia decimonónica, y ésta no tiene nada que hacer en una cultura abierta como es la nuestra. Tendríamos que inventar, por tanto, una estructura familiar que concordase con esta cultura abierta y esta sociedad democrática que todos deseamos para el país.

Después de acudir a los conceptos de paternidad, maternidad y graternidad en Freud y de los roles o papeles que tales conceptos han desempeñado en la vida familiar tradicional, el señor Miret juzgó como equivocada la postura de las familias cristianas actuales de entregarse a una actitud de dejación. Más que dejar a los hijos por imposibles, como se hace en algunas familias modernas, es necesaria la comprensión de los mismos por las vías del diálogo, del testimonio y de la confianza mutua.

Por último, el señor Miret analizó las estructuras de la sociedad actual y destacó como tendencia deseable el socialismo humanista que supere todos los paternalismos sociales anteriores y todos los temores a estructuras colectivizadas. A la consecución de estos fines no llegaremos -según el conferenciante- a través de una propaganda ideológica, dado que el pueblo español es muy individualista y difícilmente se convencerá por esas razones, sino demostrando al país, aquellas experiencias y aquellos hechos que en los diferentes niveles de la estructura social ya son precursores de una organización humana de tipo horizontal y democrático.

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