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El talento de Luka Dončić contra la solidez de los Celtics en las finales de la NBA

Los Dallas Mavericks aspiran a dar la sorpresa a los de Boston en un duelo repleto de cuentas pendientes en que la estrella eslovena reclama la herencia del alemán Nowitzki

El escolta de los Dallas Mavericks Luka Doncic lanza a canasta en presencia del jugador de los Celtics Jayson Tatum, durante un partido del año pasado.
El escolta de los Dallas Mavericks Luka Doncic lanza a canasta en presencia del jugador de los Celtics Jayson Tatum, durante un partido del año pasado.LM Otero (AP)
Miguel Jiménez

Todo está listo en el TD Garden de Boston para el comienzo de un duelo épico. Las finales de la NBA a siete partidos lo son casi siempre, pero la que comienza este jueves entre los Celtics de Boston y los Dallas Mavericks tiene no solo la trama principal, con un máximo de siete capítulos hasta que uno logre cuatro victorias, sino también muchas subtramas. Es la guerra del equipo más completo, los favoritos Celtics, contra el talento inagotable del máximo anotador de la temporada, Luka Dončić, el jugador precoz que ha madurado en estado de gracia. Pero esa guerra esconde batallas, ajustes de cuentas, citas con la historia y rimas con el pasado.

El que se lleve el anillo será el sexto ganador diferente de la NBA en seis temporadas. Eso es, en sí mismo, insólito y da idea de la igualdad entre equipos que se ha instalado en la élite de la mejor liga de baloncesto del mundo. Tras los Toronto Raptors de Marc Gasol, los Lakers de LeBron James, los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo, los Golden State Warriors de Stephen Curry y los Denver Nuggets de Nikola Jokić, llega un sexto campeón consecutivo diferente, algo que solo ha sucedido otra vez en la historia de la NBA, entre las temporadas 1974-1975 y 1979-1980.

Para los Celtics de Boston, ganar el anillo rompería el empate histórico a 17 campeonatos con los Lakers (sumando sus títulos de Minnesota y de Los Ángeles). Ese palmarés, sin embargo, es sobre todo cosa del pasado. Desde el último anillo de Larry Bird, en 1986, los de Boston solo han ganado el título de 2008. Curiosamente, aunque los Mavericks tienen un solo trofeo Larry O’Brien en sus vitrinas, es más reciente, de 2011. Lo ganaron con el alemán Dirk Nowitzki, el primer europeo reconocido como mejor jugador de la NBA, que en aquellas finales fue también el MVP.

El precoz Luka Dončić, el Niño Maravilla, curtido en la cantera del Real Madrid, coincidió con el veterano en los Mavericks en la última temporada del alemán, la 2018-19. “Recuerdo cuando llegué aquí mi primer año. Era surrealista estar en el mismo equipo que Dirk Nowitzki”, recordaba esta semana Dončić. El esloveno se ha convertido en el relevo natural del alemán y ahora tiene el reto de emular su logro y conquistar el segundo anillo para Dallas en su sexta temporada en el equipo, con 25 años. “Cuando te fijas en el nivel de Luka para entender el juego, el tiempo y el marcador, quién está en la pista, es el primero de la clase en ese sentido. No tiene miedo del escenario, del momento. Tenga éxito o no, le encanta ese momento”, decía este miércoles su entrenador, Jason Kidd.

Los Celtics y los Mavericks han llegado a la final por caminos muy diferentes. Los de Boston partieron desde el principio como favoritos y lo han ido refrendando semana a semana. Joe Mazzulla cuenta con un quinteto en el que todos son buenos triplistas, pero que además tienen toda clase de alternativas de ataque. “Ganará el equipo más duro. Ganará el equipo que haga más jugadas, el que pueda ejecutar los detalles a un alto nivel”, decía este miércoles Mazzulla. Es la segunda temporada al frente del equipo de este admirador de Pep Guardiola, que ve en el fútbol un ejemplo de cómo manejar las transiciones entre defensa y ataque.

Los de Boston son el equipo más difícil de defender. Jayson Tatum y Jaylen Brown resultan dúo temible en todas las facetas del juego. Jugaron la final de 2022, se vieron sorprendidos en 2023 tras ser líderes de la temporada regular y ahora vuelven a luchar por el anillo. Los fichajes de Jrue Holiday y del letón Kristaps Porziņģis, han aportado intensidad defensiva y centímetros. Con el fiable Derrick White como quinto hombre y el veterano Al Horford al quite por las lesiones o los descansos de Porziņģis, más una segunda unidad que cumple, siguen siendo favoritos. En los playoffs han tenido un camino de rosas, en parte por su condición de cabeza de serie, en parte por las lesiones de las estrellas rivales. Llegan descansados y en forma tras un 12-2 en los partidos de postemporada.

La historia de Dallas es completamente diferente. Hace poco más de un año parecía que mezclar a Dončić con el excéntrico Kyrie Irving había sido una mala idea. Los Mavericks llegaron incluso a ser multados por dejarse perder (y con ello tener mejores opciones de reforzarse en el draft). No lograron al ansiado Victor Wembanyama, pero la incorporación del novato Derek Lively II, de 2,16 metros, y, en la segunda parte de la temporada, el fichaje de Daniel Gafford, de 2,08 metros, procedente de los Washington Wizards, con lo que han reforzado su juego interior. A principio de año llegó también, procedente de los Bulls, Derrick Jones Jr. y junto a Gafford se incorporó el ala-pívot P. J. Washington, procedente de los Charlotte Hornets.

De los jugadores que más entran en la rotación, solo quedan de la pasada temporada Dončić e Irving, que ahora parecen uña y carne. El esloveno cede incluso parte de su protagonismo por el bien común: “Su liderazgo es increíble, la forma en que nos conecta. Creo que Kyrie y yo somos los líderes de este equipo, pero él es el que ha estado en las Finales. Es el que ganó las Finales. Es el que realmente lo lidera. Nos mantiene unidos y motivados”, decía este miércoles Dončić al atender a los medios antes del primer partido.

Con los fichajes de la ventana de invierno, el equipo ganó intensidad defensiva y versatilidad en ataque. “El intercambio nos convirtió en un equipo mucho mejor, sobre todo en el aspecto defensivo. Por lo tanto, están en los papeles perfectos que necesitamos”, según Doncic. Tras una engañosa quinta posición del Oeste en la temporada regular, en su camino a la final de la NBA han dejado en la cuneta con autoridad a Clippers, Thunder y Timberwolves. El entrenador es Jason Kidd, que ganó el título de 2011 como jugador de Dallas. Si logra repetir título en el mismo equipo como entrenador, será el octavo de la historia en lograrlo.

Con Dončić y Tatum, cada equipo tiene un jugador en el quinteto ideal de la NBA. En ataque, es un duelo de dobles parejas, con Dončić-Irving, de un lado, y Tatum-Brown, del otro. Sin embargo, mientras la primacía del esloveno es evidente en Dallas, el peso de las dos estrellas de Boston es más parejo entre sí y más compensado con el resto del equipo. De hecho, ha sido Brown el que se ha llevado el premio a mejor jugador de la final del Este.

“Parte de mi motivación es simplemente que me gusta ganar”, decía Tatum este miércoles, consciente de que las oportunidades no están garantizadas. “Cuando eres joven, crees que si has estado una vez en las Finales, seguirás estando. El año pasado, en algunos momentos lo dimos por hecho, pero no llegamos a las Finales”, admitía el estadounidense. “Es increíble. Primera vez aquí. Esperemos que no sea la última, pero nunca lo des nunca por sentado. Nunca sabes si vas a volver, así que solo tienes que disfrutar de la experiencia”, señalaba el esloveno.

Dončić no es el único con pasado en la liga ACB. Aunque no tan celebrado como el paso de la estrella de Dallas por el Real Madrid, el letón Porziņģis también se fogueó en el baloncesto español. Llegó a Sevilla como un adolescente y debutó en la liga profesional con el Baloncesto Sevilla, Jugó tres temporadas en el equipo antes de ser elegido por los New York Knicks en el cuarto puesto del draft de 2015. Tras unos prometedores comienzos en la NBA, las lesiones y un decepcionante paso por los Mavericks acabaron relegándole a los Wizards de Washington, donde volvió a demostrar su calidad.

Cuando el letón llegó a Dallas, se esperaba que su dúo con Dončić fuera demoledor, pero algo falló. “Realmente no sé por qué no funcionó. Aún éramos jóvenes. Intentamos que funcionara, pero solo no funcionó. Así que seguimos adelante”, decía este miércoles el esloveno. Ahora tiene la ocasión de saldar cuentas pendientes con los Mavericks. Del otro lado, Kyrie Irving, que dejó muy mala imagen en su paso por Boston, también quiere demostrar su valía.

Una final muy internacional

En los Celtics y los Mavericks hay 13 jugadores internacionales, récord de las finales de la NBA, superando el anterior récord de 10 establecido en 2013 por los San Antonio Spurs y los Miami Heat. Los jugadores internacionales de esta serie proceden de Alemania, Australia, Canadá, Eslovenia, Letonia, Portugal, República Dominicana y Ucrania, según ha señalado el comisionado adjunto de la NBA, Mark Tatum, este miércoles en una llamada con periodistas internacionales.

Los jugadores de los Celtics nacidos fuera de Estados Unidos son Oshae Brissett (Canadá), Al Horford (República Dominicana), Svi Mykhailiuk (Ucrania), Kristaps Porziņģis (Letonia) y Neemias Queta (Portugal). Por parte de los Dallas Mavericks, además de su estrella, Luka Dončić (Eslovenia), también proceden del exterior Kyrie Irving (Australia), Danté Exum (Australia), Josh Green (Australia), Maxi Kleber (Alemania), AJ Lawson (Canadá), Dwight Powell (Canadá) y Olivier-Maxence Prosper (Canadá).

La NBA es una competición global. Las finales entre los Celtics y los Mavericks se retransmitirán a aficionados de 214 países y territorios en 60 idiomas a través de sus televisores, ordenadores, dispositivos móviles y tabletas. Trece cadenas internacionales de televisión, digitales y de radio ofrecerán comentarios en directo desde países y regiones como Brasil, los Balcanes, China, Francia, Latinoamérica y España, y la liga y sus socios ofrecerán comentarios en otros idiomas y una programación local de las finales a los aficionados de todo el mundo.

Habrá fiestas organizadas por la liga en Brasil, Canadá, Colombia, la República Dominicana, Japón, Kenia, México, Nigeria, Singapur y Sudáfrica, la mayoría de las cuales contarán con la presencia de leyendas de la NBA que interactuarán con los aficionados y dirigirán prácticas de baloncesto para jóvenes.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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