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La selección de fútbol femenina de Estados Unidos denuncia a la federación por discriminación

Las campeonas del mundo piden que se les compense por recibir sistemáticamente menos dinero y apoyo institucional que los hombres

Pablo Ximénez de Sandoval
Megan Rapinoe (a la derecha) durante un partdio con la selección nacional de Estados Unidos.
Megan Rapinoe (a la derecha) durante un partdio con la selección nacional de Estados Unidos.Phelan M. Ebenhack (AP)

La selección nacional de fútbol femenino de Estados Unidos al completo ha presentado este viernes una denuncia por discriminación contra la federación de fútbol de ese país por discriminación salarial. La denuncia, que se presenta en el Día de la Mujer, 8 de marzo, alega que la autoridad del fútbol en ese país les paga menos que a los jugadores del equipo masculino y les da peores condiciones para jugar, entrenar y viajar.

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“A la luz del éxito sin igual de nuestro equipo en el campo, es una vergüenza que tengamos que seguir luchando por un trato que refleje nuestros logros y nuestra contribución a este deporte”, dijo Carli Lloyd, una de las capitanas del equipo, citada por Reuters.

La demanda, presentada en un juzgado de Los Ángeles, alega que la Federación de Fútbol de Estados Unidos (USSF, por sus siglas en inglés), paga sistemáticamente menos a las mujeres que a los hombres, incluso ha admitido en público que lo hace por “la realidad del mercado”, a pesar de que el equipo femenino “ha generado más beneficio, ha jugado más partidos, ha ganado más partidos y campeonatos y ha generado más audiencia de televisión”.

A diferencia de la selección masculina de fútbol, la femenina es uno de los equipos nacionales más exitosos de Estados Unidos. Las mujeres han ganado cuatro veces la medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Han participado en todas las Copas del Mundo femeninas y la han ganado en tres ocasiones, 1991, 1999 y la última, en 2015. La final de ese Mundial fue el partido de fútbol más visto de la historia en Estados Unidos con una audiencia de 23 millones de personas. Sus jugadoras históricas como Mia Hamm, Abby Wambach o Hope Solo son tan famosas o más que los jugadores de la selección masculina.

La demanda considera que la actual política de la Federación es discriminatoria y viola las normas de igualdad salarial de la Ley de Derechos Civiles. Es una demanda colectiva en nombre de todas las empleadas de la Federación y pide que acabe la discriminación y se les indemnice por estas prácticas.

En sus argumentos, la demanda explica que la Federación paga un mínimo a todos los jugadores del equipo masculino por partido que va de 5.000 a 17.000 dólares, dependiendo de la calidad del rival y sin importar el resultado del partido. Esa paga mínima no se ofrece a las mujeres. Solo cobran si juegan contra equipos entre los 10 primeros de la clasificación de la FIFA, y solo si ganan. No cobran empates ni derrotas, ni partidos contra equipos teóricamente débiles.

En consecuencia, revela la demanda, si las dos selecciones juegan 20 amistosos en un año, por ejemplo, las mujeres solo pueden aspirar a cobrar un máximo de 99.000 dólares, mientras que los hombres podrían cobrar de media 263.000 dólares. “Una jugadora de la selección femenina que gane 20 partidos solo puede ganar el 38% de la paga de un jugador masculino similar”.

En otro punto alega que “la paga por pasar las rondas de la Copa del Mundo son tan desiguales que en 2014 la USSF dio a los jugadores de la selección masculina bonus de resultados por valor de 5.375.000 dólares por perder en octavos de final, mientras a las mujeres les dio 1.725.000 por ser campeonas del torneo”. El equipo femenino ganó tres veces más que el masculino “además de tener resultados demostrablemente mejores”.

Además, de la paga, las mujeres de la selección de Estados Unidos denuncian la discriminación en otros aspectos, como el apoyo a su deporte, la promoción que se les hace o la facilidad para viajar o entrenarse, en comparación con la selección masculina. En especial, la obligación de jugar en espacios cerrados y con césped artificial, que aumenta el riesgo de lesión rente al césped natural. Las mujeres tienen que jugar hasta el 21% de sus partidos en césped artificial, frente al 2% de los hombres.

La denuncia llega apenas tres meses antes de que comience el próximo Mundial de Fútbol femenino. Las actuales campeonas del mundo van a debutar en el Mundial de Francia en un partido contra Tailandia el próximo 11 de junio en Reims. A mediodía en Los Ángeles, la Federación aún no había respondido públicamente.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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