Tata Martino toma el mando de la selección mexicana
El argentino es presentado como nuevo entrenador del conjunto nacional tras triunfar en el fútbol estadounidense
Gerardo Martino (Rosario, 1962) será el nuevo entrenador de la selección de México. Las vidas del Tata, como se conoce al entrenador, y del Tri se cruzaron por primera vez en la ciudad de Maturín, en Venezuela. Era 2007 cuando el estratega rosarino se hacía cargo de la selección de Paraguay y le tocó enfrentar a los mexicanos. Estos, dirigidos por Hugo Sánchez, dieron la sorpresa al continente cuando golearon a los paraguayos 6-0. Martino, con los cuatro meses de trabajo que llevaba en ese equipo, fue atizado por sus estrategias. Todo cambió tres años después, en el Mundial de 2010, cuando la albirroja mantuvo en las cuerdas a España en cuartos de final. Fue su mejor participación y la de México, en cambio, fue la misma de las últimas siete Copas del Mundo: octavos de final.
Luciendo la vestimenta oficial de la selección mexicana, Martino fue presentado este lunes en los cuarteles del conjunto que liderará los próximos cuatro años. "Tengo un gran agradecimiento por habernos invitado a participar en este nuevo proyecto y por la forma en la que han llevado las negociaciones", ha dicho el argentino durante la presentación en referencia a la forma silenciosa en la que se acordó su llegada. "Siempre he visto a México como una de las selecciones que más ha evolucionado en los últimos 20 años. Veo seriedad en el lugar donde vengo a trabajar", ha subrayado.
El rosarino llega para hacerse cargo del despacho que dejó vacante el colombiano Juan Carlos Osorio, quien evitó firmar una extensión de contrato por un coctel de circunstancias como la xenofobia y desdén de algunos aficionados mexicanos, así como su deseo de emigrar a un club o a dirigir a Colombia. No lo consiguió, aunque sí hacerse cargo de Paraguay, ese país que le dio fama al Tata.
Aquella derrota que sufrió el equipo de Martino ante los mexicanos le volvió un estoico. Tras una estupenda Copa del Mundo en Sudáfrica, llevó a su equipo a la final de la Copa América 2011, que terminó perdiendo frente a Uruguay. Una de sus temerarias y acertadas decisiones fue la de nacionalizar como paraguayos a los argentinos Lucas Barrios, Néstor Ortigoza y Jonathan Santana. En 2012, el Tata decidió hacerse entrenador del equipo que le erigió como ídolo al ganar tres Ligas: Newell’s Old Boys. Sacó del pozo del descenso a su viejo club y, cual cuento argentino, terminaron ganando la Liga y las semifinales de la Copa Libertadores.
En julio de 2013 Martino llegó al Barcelona en un momento de urgencia. Tito Vilanova se apartó del puesto de director técnico debido a un cáncer en la glándula parótida. El rosarino no tenía experiencia alguna en Europa, pero Sandro Rosell, presidente del Barça entre 2010 y 2014, sugirió su nombre por encima del de Luis Enrique. Tata tuvo el aval de la plantilla al no firmar altas ni bajas y se entregó a los referentes. El año culé de Martino estuvo marcado por el fracaso al perder la final de la Copa del Rey contra el Real Madrid, caer en cuartos de la Champions League y dejar ir, en la última fecha, LaLiga frente al Atlético de Madrid.
Lo peor estaba por venir para Gerardo Martino. En 2014 fue nombrado como seleccionador de Argentina para intentar continuar lo bien hecho por Alejandro Sabella al llevar a la albiceleste a la final de la Copa del Mundo. Martino hizo, como el resto de sus colegas, de Messi su abanderado. Clasificaron a dos finales de la Copa América y ambas las perdieron en los penaltis frente a Chile. La experiencia traumática le alejó del banquillo.
Martino encontró como terapia de rehabilitación la Major League Soccer (MLS). El Atlanta United le contrató para que se convirtiera en el primer entrenador de su historia. En su estadía pidió a los dueños fichar a futbolistas argentinos y paraguayos. Ganaron la Liga y fue condecorado como el entrenador del año. “Tata for president”, se leía en las tribunas del estadio Mercedes-Benz. Se marchó de ese domo de tranquilidad para volver al ruedo, a uno muy sinuoso como lo es el del entrenador de la selección de México.
"Toda la experiencia diferente que hemos vivido nos han preparado para los retos que tenemos ahora mentalmente para este tipo de trabajo", ha señalado este lunes el Tata en referencia a su trayectoria. El argentino ha asegurado además que ya ha comenzado a trabajar con el equipo de cara a los amistosos que enfrentarán a México con Chile y Paraguay los próximos 22 y 26 de marzo, respectivamente. "Vamos a armar un plan de seguimiento con los jugadores que serían los primeros convocados para los partidos de marzo. Hay muchos que pueden estar considerados", ha dicho.
El Tri tuvo un inestable 2018. En la Copa del Mundo fue aplastado por Brasil en los octavos de final, pese al batacazo que significó su victoria 0-1 contra Alemania en fase de grupos. Desde la Federación Mexicana de Fútbol ven con preocupación el ocaso de una generación excepcional: la de Javier Chicharito Hernández, Giovani Dos Santos y Carlos Vela. Ninguno de los tres pudo alcanzar el potencial del que el aficionado podía vislumbrar de esos campeones del mundo sub 17. Las esperanzas están puestas en los jugadores que han salido de la nebulosa: Hirving Lozano, Héctor Herrera, Diego Lainez, Edson Álvarez y Érick Gutiérrez.
Gerardo Martino se ha asumido como un especialista en el dolor. En México tendrá el reto de encontrar una identidad como equipo, de pulir a los prospectos y de buscar un lugar en la misma mesa que Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay, la de la competitividad.
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