Ochoa no ataja todos los insultos
El guardameta mexicano del Standard de Lieja ha sido el blanco de las críticas de su país
Guillermo Ochoa (Guadalajara, 1985) conlleva con solemnidad la desgracia, el gol ajeno. Como cualquier portero ve de lejos los festejos y de cerca la catástrofe. El guardameta mexicano se refugió en el fútbol de Bélgica para que los insultos por sus pifias no se escucharan en castellano. Con el Standard de Lieja ha defendido el arco como titular. Este domingo lo hizo en la victoria 4-3 ante el Royal Excel Mouscron.
En la campaña 2017-18, Ochoa ha encajado 33 goles en 25 partidos. Ha sido el quinto partido en el que recibe tres o más goles. Una cifra que, aún a mitad de temporada, no se compara con la desastrosa cantidad de 82 goles que recibió en el Granada considerada como el mayor registro de toda la competencia. El meta internacional por México tuvo el récord de 163 atajadas, una cifra poco valorada en su país.
Con el Standard se ha mantenido en la cintura de la clasificación que preside el Brujas y a un punto de los puestos de la ronda de campeonato. Tras su fichaje, la cadena ESPN negoció con la Liga belga para transmitir los juegos del Standard en México. Ahí Guillermo Ochoa, con el número ocho en su espalda, se ha podido lucir con sus lances de fotografía y también vapuleado por cada error.
Ochoa ha coleccionado oscuros episodios en su carrera. Además del año en Granada, también tiene en el recuerdo el 0-7 frente a Chile, la derrota más profunda en toda la historia de la selección de México en la que se dedicó a sacar el balón de su portería ante el pavor de sus compañeros. También tiene en la mente el 4-1 en las semifinales de la Copa Confederaciones. “Nací en un país donde todos tienen una opinión sobre todo. A todos los mexicanos les gusta dar su opinión, su análisis, pero para mí hablar sin saberlo nunca es bueno”, reflexionó en una entrevista Sport Magazine.
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— Standard de Liège 🇪🇸 (@StandardLiegeES) February 11, 2018
Uno de los fuertes golpes a la carrera de Guillermo Ochoa fue cuando Javier Aguirre le cerró la posibilidad de ser el meta titular en el Mundial de Sudáfrica. Se lo había ganado tras ser titular en las turbulentas eliminatorias mundialistas. El entonces seleccionador prefirió llamarle a Óscar Pérez, uno de sus viejos amigos. Fue Miguel Herrera el hombre que blindó a Ochoa para la Copa del Mundo de 2014 y le fortaleció al grado de dar el partido de su vida frente a Brasil al ser un pulpo y dejar su meta en ceros. Después de ser el portero del momento, el Málaga le fichó aunque el entrenador Javi García se inclinó por Carlos Kameni. El portero de los rizos tardó en debutar en España dos años después de su fichaje.
Incluso hay compilaciones de los osos - una forma para llamarle a los errores - de Ochoa. Desde sus fallos como meta del América, con la selección de México, el Granada y con el Lieja. Las imágenes de burla no lo dejan de bombardear. Desde fotomontajes donde se le veía con barras de mantequilla en vez de guantes, hasta tildado de coladera. Uno de los históricos porteros de América, Héctor Miguel Zelada, le consideró y crítico como “el mejor arquero del mundo en su área de confort”.
Memo Ochoa va por su tercer Mundial de fútbol. A Juan Carlos Osorio le ha convencido para ser el estelar luego de una ronda de pruebas en la portería. Al seleccionador del Tri le parece más loable que él compita fuera de México. "El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo", escribió Eduardo Galeano. En su país, Ochoa ataja condenado.
Govea, el talento emergente en Bélgica
A Omar Govea echaba de menos jugar. El Oporto, el club visionario de los futuros talentos, le contrató luego de verle en un Mundial sub-17 en 2013. El chico jugó en los equipos inferiores y le cedieron esta temporada al Royal Excel Mouscron de Bélgica. Se estrenó de manera profesional en aquel equipo modesto. Hace unos días recibió el premio de la liga al ser considerado uno de los 10 jugadores del futuro. En noviembre llegó al equipo absoluto de México.
Frente al Standard de Lieja se mostró como un gran centrocampista que incursionaba al ataque. Participó en el tercer gol de los suyos, aunque al minuto 90 se ganó la tarjeta roja.
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