Boca termina de noquear a un River angustiado y se afianza en la Superliga
Los de Barros Schelotto superan a su eterno rival para ganar ocho partidos en igual cantidad de jornadas
Un viejo lema del fútbol dice que se juega como se vive. El Superclásico entre River y Boca de este domingo en el Monumental lo ha demostrado. El xeneize terminó siendo la visita más incómoda para los de Gallardo, quienes llegaron al partido con el ánimo por el piso por la eliminación en copa Libertadores del pasado martes. El público y los nervios fueron del local, que antes de que termine el primer tiempo ya jugaban con diez. Boca solo tuvo que aguardar y, claro, colocar la pelota en arco de su rival, algo que ha hecho de manera magistral el colombiano Edwin Cardona, un jugador extraño, que por momentos parece caminar la cancha en forma discreta y en otros, es capaz de definir un partido con precisión de cirujano. Y luego de hacerlo, salir expulsado por un codazo.
Jugados los primeros 15 minutos, Boca se hizo dueño del partido. El xeneize cuenta hoy con más recursos que su rival y no ha dudado en usarlos todos en el Monumental. Entonces, Cardona manejo los ataques a discreción, sabiendo cuando era momento de esconder la pelota y cuando atacar. Pavón, como un avión esperando que le den pista, fue receptor de algunos pases para que despegue por el sector izquierdo del ataque y Wilmar Barrios y Pablo Pérez, mantuvieron un combate despiadado con los guerreros de River, Ponzio y Rojas. Pero fue la explosión de los laterales Jara y Fabra lo que hizo superior a la visita.
Sin embargo, el orgullo de River hizo que el partido volviera a cambiar de dueño. El crecimiento del local se dio gracias a un mayor compromiso de su número 10, Gonzalo Pity Martínez, quien tomó la manija de su equipo, aunque sin un socio entre los suyos y abusando de los pelotazos frontales. Algo que no le gusta a Marcelo Gallardo. En esos minutos River tuvo dos ocasiones claras, que hicieron crecer la figura del portero Rossi. El juego del dorsal 10 luego se diluyó. A los 37 minutos, la misma nube negra del pasado martes sobrevoló el Monumental. Ignacio Fernández vuelve a ser expulsado, como hace cinco días, por un fuerte planchazo al colombiano Cardona, quien cobró la falta con un exquisito remate al ángulo. El primer tiempo se fue con el marcado abierto en favor de la visita, 1 a 0.
River 1 - Boca 2
River: Germán Lux; Gonzalo Montiel, Jonathan Maidana, Javier Pinola, Milton Casco; Leonardo Ponzio, Ariel Rojas, Enzo Pérez, Nacho Fernández; Pity Martínez y Nacho Scocco. DT: Marcelo Gallardo.
Boca: Agustín Rossi; Jara, Paolo Goltz, Lisandro Magallán, Frank Fabra; Nahitan Nández, Wilmar Barrios, Pablo Pérez; Christian Pavón, Darío Benedetto y Edwin Cardona. DT: Guillermo Barros Schelotto.
Goles: 37' Cardona (Boca), 23' ST Ponzio y 27' ST Nández.
Arbitro: Néstor Pittana. Amonestó a Maidana, Pinola, Pérez, Casco, De la Cruz y Fernández (River); Nández, Pablo Pérez, Pavón y Benedetto (Boca). Expulsó a Ignacio Fernández (River) y Cardona (Boca).
Estadio Monumental de Buenos Aires.
A los 17 minutos del segundo tiempo apareció la figura de Enzo Pérez. Primero, evitando una gran jugada personal de Darío Benedetto que corrió cerca de 40 metros con pelota dominada esquivando a dos rivales. Antes de que el pichichi de la liga entre al área, el exValencia -que estuvo en duda por lesión- se vistió de héroe y le extirpó la pelota. Otro gran esfuerzo del mediocampista provocó el codazo de Cardona, un minuto después, y la posterior expulsión de colombiano. Entre él y el capitán Leonardo Ponzio, uno de 31 años, el otro de 35, se reparten el alma de River. Tal es así que a los 23 del complemento, Ponzio metió un furioso remate en el ángulo de Rossi para marcar el empate.
Todo River se despertó de la pesadilla pero la alegría duró apenas cuatro minutos. A los 27, Pablo Pérez vio llegar al uruguayo Nahitan Nández, la figura del partido, por el sector derecho. El medio impactó sin que la pelota pique y marcó el desnivel que terminó dando los tres puntos a la visita. Un gol con una factura muy similar al que convirtió el Pity Martínez en el clásico pasado, jugado en La Bombonera.
River completa una de las peores semanas de su vida. Ahora, sólo le queda volver a formar un equipo competitivo, libre de traumas, para tratar de dar pelea en la Superliga y obtener la Copa Argentina, un trofeo que ya ganó en su última edición y que le serviría para decir presente en la gran cita continental de 2018.
Ya nadie podrá decirle al equipo de Guillermo Barros Schelotto que sólo le gana a rivales débiles. El xeneize, que conserva puntaje ideal tras ocho jornadas, se va victorioso del estadio donde nunca quiere perder y demuestra ser un puntero sólido, que se prepara para ganar la primera edición de la Superliga de inicio a fin. Los puntos conseguidos en esta etapa del torneo son vitales de cara a la copa Libertadores de 2018 que ya lo tiene en fase de grupos. La verdadera obsesión de sus hinchas, que hoy han festejado tras el televisor.
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