El boicot de los autores amenaza con cancelar el prestigioso Festival de cómic de Angulema
El Gobierno francés recorta la subvención al evento tras la denuncia a la mala gestión por parte de la organización del certamen y el despido de una empleada que denunció una violación

El Festival internacional de cómic de Angulema, el más importante de Europa y que se celebra cada año en esta localidad al sur de Francia desde 1974, atraviesa la mayor crisis en su historia hasta el punto de que podría anularse la presente edición, la número 56, que debía celebrarse a finales de enero. La polémica se inició con el boicot de las autoras y autores participantes y de las editoriales que los publican, que denuncian la mala gestión por parte de los organizadores del certamen y el despido de una empleada que presentó una denuncia por violación el año pasado. El Gobierno ha anunciado un recorte de las subvenciones públicas al evento.
“Vemos más que complicado que se pueda mantener la presente edición (…) Son los autores y autoras, también las editoriales, los que hacen que el festival sea posible. Sin ellos no hay festival, y sin certamen no hay subvención pública”, ha admitido el alcalde de Angulema, Xavier Bonnefont, durante una rueda de prensa celebrada este miércoles. El festival atrae cada año a unos 200.000 aficionados al cómic, así que su suspensión es un golpe para este municipio, que es conocido principalmente por su prestigioso festival de viñetas.
En el origen de la controversia está la empresa 9e Art+ (noveno arte), encargada de gestionar el evento desde 2008, pero criticada desde hace años por su falta de transparencia y sus malas prácticas. El remate ha sido el despido el año pasado de una empleada que había presentado una denuncia por violación contra uno de los colaboradores del certamen. El contrato de esta empresa se acababa de prolongar para las dos próximas ediciones, pero los autores se han plantado.
En una tribuna publicada el domingo en el periódico L’Humanité, 285 diseñadoras denuncian que “las condiciones de trabajo y de acogida se han degradado en los últimos 20 años. Históricamente las mujeres y las minorías hemos sido invisibilizados. Con el tiempo nos hemos hecho un hueco y ahora alzamos nuestra voz para que se nos escuche”, escriben en un manifiesto.
“El despido de Chloé durante la edición precedente ha creado una cólera difícil de contener. En lugar de protegerla y ayudarla, su empresa, 9eArt+, la ha despedido por falta grave, después de haber denunciado por violación a un colaborador del festival”, denuncian las firmantes, que reivindican un Me Too BD (Bande Desinée, cómic, en francés). “No es un caso único, hay centenares de historias cubiertas de silencio, de omertá (…) Existe una continuidad en la violencia sexista y sexual en nuestro oficio”. Entre los firmantes, mayoritariamente mujeres, incluida la propia víctima, hay 20 ganadores del primer premio en las ediciones precedentes.
Tras el plante de los autores, llegó el de las editoriales. El sindicato nacional del sector, con más de 700 socios, ha reconocido que, sin la presencia de los dibujantes, es complicado que se pueda llevar a cabo.
El martes la ministra de Cultura, Rachida Dati, anunció en la Asamblea un recorte del 60% (unos 200.000 euros) en las subvenciones al festival este año “debido a las irregularidades detectadas en materia de transparencia”, aunque confió en que se pueda celebrar. El evento se sostiene gracias a la financiación pública. Además del Estado, contribuyen la región de Nueva Aquitania y el municipio de Angulema, que inyectan la mitad del dinero necesario para que se lleve a cabo.
El lunes, las autoridades locales y regionales publicaron un comunicado en el que anunciaban que abrirán un nuevo proceso de licitación para encargar la gestión a otra empresa, aunque esta decisión no ha bastado para que se cancele el boicot. Tampoco ha calmado los ánimos la dimisión del director de la empresa 9eArt+, Franck Bondoux, en el centro de las críticas desde hace tiempo, que niega una mala gestión.
El festival ha sufrido otras crisis. En 2017 varios autores amenazaron con retirarse en protesta por la ausencia de mujeres en la lista de finalistas. Sin embargo, su celebración nunca ha estado tan amenazada. “El horizonte nunca ha sido tan apocalíptico. La anulación [de la edición] en 2026 podría suponer su desaparición definitiva”, declaró al periódico Libération Fausto Fasulo, uno de los directores artísticos de la Federación Internacional de Cómic, la asociación propietaria del festival.
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