‘Voy a pasármelo mejor’: otro efervescente musical ‘retro’ de amor a los 14 años
La secuela de ‘Voy a pasármelo bien’, ahora con la jovencísima Ana de Alva tras la cámara, confirma que aquel chispazo no fue flor de un solo verano

Voy a pasármelo bien sorprendió hace tres años por su frescura inesperada, por su forma desprejuiciada y a la vez inteligente de abordar el cine español para chavales. Tenía alma, chispa, ritmo y ternura sin caer en lo meloso. Su secuela, Voy a pasármelo mejor, ahora con la jovencísima Ana de Alva (23 años) tras la cámara —una apuesta, no exenta de polémica, de David Serrano por ceder el testigo—, confirma que aquel chispazo no fue flor de un solo verano, aunque esta segunda entrega, sin perder las formas, acuse algunos matices de desgaste.
De Alva recoge el testimonio con sensibilidad y respeto, manteniendo intacto el tono simpático y desacomplejado de la original. La complicidad entre los chavales sigue ahí, como si, salvando las distancias, el espíritu de Cuenta conmigo o Los Goonies soplara aún desde el otro lado del Atlántico. La pandilla, ya con 14 o 15 años y ambientada en un 1991 lleno de referencias reconocibles (y deliciosamente ridículas), funciona como grupo y como evocación nostálgica, sin necesidad de forzar la máquina.
El guion de Serrano y Luz Cipriota —ágil, bien dialogado, atento al detalle— contiene líneas sutiles y certeras, como ese “En Valencia están pasando cosas”, que logra condensar en cinco palabras descacharrantes el despertar de una generación al ritmo de Chimo Bayo. Y no es el único momento feliz. Las coreografías grupales, rodadas con planos largos, demuestran una saludable fe en el clasicismo escénico. Y el uso epistolar —con los personajes mirando a cámara al leer las cartas, en homenaje a Las dos inglesas y el amor— es uno de esos recursos de puesta en escena tan discretos como eficaces. El cine también está en los pequeños gestos, como en las bonitas presencias fantasmales de la chica (des)enamorada en la enorme distancia: Mexico DF-Valladolid, en apenas un segundo y en un único plano, para acariciar el extravío.

Eso sí, no todo brilla con la misma intensidad. La fotografía de exteriores, con su textura digital algo lavada, carece de elegancia cinematográfica. Ciertos primeros planos, pensados para subrayar emociones, no siempre resultan plásticos. Y en el lenguaje quizá se abuse de unas expresiones de época que, si bien aportan color, corren el riesgo de sonar a hoja de verificación nostálgica.
En el apartado musical, esta vez sin los Hombres G, se da espacio a, entre otros, Duncan Dhu y Nacha Pop, junto a canciones originales de Alejandro Serrano, autor también de la banda sonora, mientras se cuelan un par de piezas que bien podrían figurar en una boda contemporánea de pesadilla: Chiquilla y Bandido. Sin embargo, hay algo en la película que escapa al análisis técnico: su capacidad para tratar temas delicados —el embarazo juvenil, la identidad sexual en ciernes— con una blancura elegante, sin dramatismos impostados ni homilías de manual. Como si el cine juvenil y familiar, ese tantas veces despreciado terreno de nadie, pudiera mirar a sus espectadores con el respeto que merecen. Como si se dijera: “Sabemos lo que sentís. Nosotros también estuvimos ahí”.
Y entonces llegan las preguntas inevitables. ¿Qué pensarán los chavales de hoy de todo esto? ¿Lo entenderán, lo sentirán como suyo? Queremos creer que sí: la primera entrega recaudó algo más de dos millones de euros. Porque, aunque no sepan lo que era un campamento de inglés en el que nadie hablaba una mierda de inglés, la emoción del amor a distancia o del primer desamor, el vértigo de una mirada que dura más de la cuenta o el deseo de pertenecer siguen siendo universales. Voy a pasármelo mejor cree en sus personajes y en sus espectadores. Tal vez, solo tal vez, si muchos hubieran podido ver algo así a finales de los ochenta o principios de los noventa, les habría ido un poco mejor. O al menos se habrían sentido más comprendidos.
Voy a pasármelo mejor
Dirección: Ana de Alva.
Intérpretes: Izan Fernández, Rodrigo Gibaja, Renata Hermida, Rodrigo Díaz.
Género: musical. España, 2025.
Duración: 91 minutos.
Estreno: 18 de julio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Gala 13 y final de ‘Operación Triunfo’: el podium más justo en la edición menos atractiva
Última hora de la actualidad política, en directo | Puente carga contra Sumar por reclamar una crisis de Gobierno: “No tiene sentido un sacrificio ante el altar”
El gigante de los pagos PayPal solicita convertirse en banco para impulsar los préstamos
El Supremo desvía a la Audiencia Nacional la decisión sobre la cobertura legal del comité del apagón
Lo más visto
- Un trabajador de Acciona asegura que fue el exdirector de Construcción quien le sugirió colaborar con Servinabar, la empresa a la que la UCO vincula con Cerdán
- Eurovisión 2026 cierra la lista de sus países participantes, la cifra más baja desde 2004
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- La UE eleva la presión sobre Venezuela al prorrogar las sanciones al círculo de Maduro en plena escalada de Estados Unidos
- Sánchez se mueve para seguir: pacta una cita con Junqueras, anuncia un abono único y descarta tocar el Gobierno































































