Gracie Abrams acaricia el alma de sus fans en Madrid
La cantante estadounidense, que ha visitado Madrid en las dos primeras fechas de su gira ‘The Secret Of Us’, saltó a la fama en 2024 gracias a canciones como ‘That’s so True’ y ‘Close To You’
![Gracie Abrams Madrid](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/33KX4NB4ZJGLRF5CNSPDA6MW7E.jpg?auth=354fb4e1bfddb5fc4a432f07786cf05a33999f48606735a581b55c7ac1f23a09&width=414)
![Andrea Jiménez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2e544f35-d550-4456-9536-b73a2d0f8ec7.png?auth=5e32f9b1c444473b516da22ee59f869ed643b6b873f0fa5cc1c6f01e84fbfdb6&width=100&height=100&smart=true)
Lazos grandes, medianos y pequeños. Lazos por todas partes: en el pelo, como estampado en la ropa y como complemento en pendientes y anillos. Un accesorio que ya se ha convertido en el sello personal de Gracie Abrams (Los Ángeles, 25 años) y con el que sus seguidores —en su mayoría chicas— inundaron los aledaños y el interior del Palacio Vistalegre de Madrid. No llevarlos te hace parecer un extraño, alguien ajeno a la ola de fanatismo que genera esta joven, y que ella lleva en el vestido elegido para una gran noche. La capital española fue la primera de las paradas de su gira The Secret Of Us, con la que recorrerá otros países europeos en las próximas semanas, como Francia, Portugal o Alemania. Eso no ha impedido que seguidores, llegados de todas las partes del continente, hiciesen las maletas para acudir al arranque de una serie de conciertos que prometen ser su confirmación como fenómeno del pop actual.
Los nervios por el inicio del concierto del domingo eran palpables en el ambiente. Los 8.500 asistentes preparaban las gargantas para lo que estaba por llegar con las canciones que sonaron como antesala del repertorio de la protagonista —no faltaron Taylor Swift (su mentora) o Billie Eilish—. Para intentar calmar ese estado de impaciencia generalizada, el equipo de Gracie Abrams colocó en el escenario, de manera estratégica, varillas de incienso con el objetivo de crear un ambiente único, especial y de relax.
Las luces se apagaron, los gritos retumbaron en el ambiente, la banda apareció en el escenario y los móviles automáticamente se prepararon para la salida de la estadounidense, hija del famoso productor y director de cine J. J. Abrams. La voz de la artista sonaba, pero no había ni rastro de ella en el escenario. Los ojos de los presentes se movían de un lado a otro para buscar de donde procedía la voz. Entonces las luces iluminaron el centro del decorado y una sombra cobró protagonismo interpretando Felt Good About You, la primera de las 24 canciones que cantó, sin descanso, durante las casi dos horas de espectáculo.
La conexión con su público fue inmediata y el clima se transformó en un espacio íntimo y de cercanía. Las canciones de Abrams, donde relata cada una de sus vivencias y sentimientos, emulan una conversación consigo misma, pero también con sus seguidores, que ya las han hecho suyas. A partir de ese momento, solo existía la artista y las 8.500 almas —que coreaban las letras incluso más alto que ella— que le acompañaban. No necesita excentricidades porque ella sola, y su inseparable variedad de guitarras, son suficientes para encandilar a una masa que quiere y necesita más de ella.
Si por algo se caracteriza Abrams, además de la sensibilidad de sus letras, es por la cercanía con su público. Una característica fundamental en estos tiempos donde el consumo musical rápido puede hacer que un día estés en lo más alto y al siguiente ya nadie se acuerde de ti. Miró a los ojos a sus fans, interactuó con ellos, saludó una y otra vez a la grada y les envió besos constantemente. “Hola. Soy Gracie”, se presentó como si nadie de los allí presentes supiese quién es y no llevasen meses esperando este día. “Esta ciudad es muy importante porque me siento muy querida. Estáis cantando muy alto”, explicó tras interpretar las cuatro primeras canciones.
![Gracie Abrams actuaba en el Palacio Vistalegre de Madrid, el domingo 9 de febrero.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5EU2CHS4DJDMRP3MTA4K6HWEDM.jpg?auth=daccb1f37343000fc4e4c815470ffde44ba54cbd8734ecbca5dea029329881fb&width=414)
Su voz es hipnótica, casi como un susurro. Sabe lo que genera y también sabe que sus seguidores han encontrado en sus letras un refugio al que acudir. “He creado un espacio en el que podamos sentir todo. Van a ser dos horas donde vamos a estar juntos o conectar con los sentimientos que tenemos, distraernos de la vida, bailar, cantar o llorar. Esto es un lugar seguro para ello”, quiso recordar a sus seguidores.
Aunque la locura por Gracie Abrams se desató en 2024 gracias al disco The Secret Of Us, la compositora lleva lanzando sus temas desde 2019. Parte de este éxito se lo debe a Taylor Swift, quien confió en ella para ser la telonera de su gira The Eras Tour y con quien ha colaborado en Us, tema que ha estado nominado a los premios Grammy. En esta gira interpreta las canciones que le han dado la fama, pero también recuerda las composiciones que le abrieron las puertas a la industria musical. Cuando los acordes de 21, Camden o Rockland —algunas de sus primeras canciones —empezaron a sonar, el gentío estalló en un ahogado grito que confirmó que no solo quería escuchar sus últimos éxitos.
No habló en español, solo dijo en repetidas ocasiones “Te quiero”, “Os amo” y “Les quiero” a su público en inglés. Pero no hizo falta más. La emoción inundó una y otra vez tanto a la protagonista de la velada como a sus seguidores. También hubo tiempo para recoger algunos de los regalos que los asistentes prepararon para ella. “¿Esto es para mí? ¿Cómo te llamas?”, preguntó a una chica que se encontraba en las primeras filas y que, por lo tanto, llevaba horas de espera. Siempre atenta y pendiente, se mostró tan natural que sorprendió incluso a los que dicen conocerla como si de una amiga se tratase.
La realidad es que ha conseguido crear una hermandad que une a personas que aparentemente no tienen nada que ver, más allá de su gusto musical. El final de la pista, donde se encontraban los fans que buscaban pasárselo bien sin el agobio del bullicio, se convirtió en un lugar donde los abrazos iban y venían, las manos permanecían unidas y la gente se consolaba en los momentos de vulnerabilidad ante la emoción de escuchar los notas de la canción deseada.
Tras hacer un recorrido por su corta discografía, se trasladó al segundo escenario, ubicado en mitad de la pista y de donde surgió una habitación —la de su adolescencia, donde compuso las primeras canciones—. Aquí fue donde pudo sentir más de cerca el calor del público y también le sirvió para inmortalizar en tres polaroids lo vivido esa noche. Siguiendo una de las señas de identidad de Swift en su última gira, también ella quiere que cada concierto sea diferente e interpretar una canción nueva en cada una de las citas en un set acústico.
Pero nada se parece a The Eras Tour, y tampoco lo intenta. Demuestra que no hacen falta constantes cambios de vestuario para sorprender, ni un increíble escenario, ni tampoco un juego de luces propio de los grandes acontecimientos. Ella quiere que sus conciertos sean algo íntimo y especial.
Las canciones más esperadas, como no podía ser de otro modo, las interpretó al final del concierto. Us, Free Now, That’s So True —a la que debe su éxito gracias a viralizarse en TikTok— y Close To You pusieron el punto final a una velada que fue como una montaña rusa de emociones y donde hubo tiempo para bailar, llorar y sentir. El espectador no solo consiguió salir de allí con una bonita sensación de libertad, sino también de haber visto en directo a una estrella que acaba de nacer y que todavía tiene mucho potencial que demostrar.
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