Hallado un “salón de la fama” de estatuas romanas en la ciudad conquense de Valeria
Los arqueólogos creen que imitaba el Foro de Roma, fue construido en tiempos de Calígula e incluía esculturas imperiales, de dioses y de nobles locales
En un promontorio alargado de la meseta conquense, entre los ríos Gritos y Zahorra, se alzaba la ciudad romana de Valeria, un lugar que el equipo multidisciplinar ArchaeoSpain lleva investigando desde 2022. Al excavar su antiguo foro —el área urbana principal de cualquier ciudad romana― han descubierto que los arquitectos de Valeria imitaron las características del Foro de Augusto en Roma, incorporando un espacio semicircular o exedra, donde se exhibían las estatuas dedicadas a la familia imperial y a las élites locales, para crear una especie de salón de la fama. Los descubrimientos arqueológicos incluyen fragmentos de esculturas dedicadas a dioses y familiares de los emperadores, pedestales de notables de la ciudad y evidencias de que el conjunto fue inaugurado en tiempos de Julia Drusila, la hermana favorita del emperador Calígula, que murió a los 22 años y fue elevada al estatus de diosa, ya que se ha encontrado en Valeria el pedestal de una estatua con el nombre de Diva Iulia. Parte de los hallazgos se han hecho públicos en la revista británica Current World Archaeology bajo el título de Salón de la Fama de Valeria, secretos de un foro imperial.
La ciudad de Valeria se sitúa a unos 30 kilómetros de la capital conquense y era uno de los tres grandes centros romanos de la actual provincia de Cuenca. Se cree que recibió su nombre en honor al general romano Cayo Valerio Flaco, quien la fundó entre los años 90 u 80 a. C. En aquella época, celtíberos y romanos seguían protagonizando fuertes enfrentamientos en el centro peninsular. En este caso, los indígenas, hasta su derrota, vivían en el oppidum (ciudad fortificada) del Pico de Muela, a solo dos kilómetros y medio de Valeria en línea recta.
Fue hace unos 20 años, mientras los trabajadores del actual municipio de Valeria (unos 500 habitantes) ―a unos centenares de metros al norte de la antigua ciudad romana― desmantelaban un cementerio moderno, cuando se descubrió un sorprendente conjunto de estructuras murarias, pertenecientes al período republicano tardío. Se trataba de unas estancias que fueron interpretadas como 38 tabernas o tiendas y que formaban parte de un mayor complejo urbano: el foro de la ciudad.
Los expertos han llegado a la conclusión de que tras el advenimiento del Imperio Romano (siglo I) se decidió construir un nuevo foro en Valeria, “sustancialmente más grande que el anterior”. El problema con el que se toparon fue que la meseta donde se alzaba era muy estrecha para esta infraestructura, con grandes acantilados a ambos lados. Para salvar el obstáculo, decidieron levantar al este y oeste unas estructuras arquitectónicas llamadas criptopórticos, que no son otra cosa que galerías subterráneas sobre las que se levantan los pórticos (pasarela cubierta y con columnas que cerraba el conjunto del foro) y que permiten aumentar la superficie disponible, en este caso más de 20 metros a cada lado. Así, el inicial rectángulo urbanizado, de 54 por 44 metros, pasó a alcanzar los 100 por 85 metros.
Al nuevo foro se accedía por el sur e incluía una escalera y un atrio. El espacio estaba flanqueado por los citados criptopórticos, y junto a ellos se disponían diversos establecimientos comerciales (tabernas y tiendas), “en un número inusualmente alto en comparación con otros complejos similares en Hispania”. Sus fachadas daban al cardo y al decumano máximo, que eran las vías principales de toda ciudad romana. En el extremo más septentrional, se erigía una basílica, el edificio de mayor tamaño, dedicado principalmente a transacciones comerciales y administración de justicia. A su lado, se debieron de ubicar el tabulario (una especie de archivo) y la curia (lugar de reunión de los senadores que gobernaban la ciudad). Bajo la plaza del foro se dispusieron cuatro cisternas, alimentadas por dos canales de agua con tuberías de plomo.
En 2022 se retomaron los trabajos arqueológicos en el criptopórtico occidental, bajo la dirección de los arqueólogos Dionisio Urbina y Catalina Urquijo. En esta ala del foro se abre una exedra (semicírculo) donde se hallaron restos de estatuas de bronce, de las que se habían preservado varias manos y antebrazos. En las últimas campañas (2023 y 2024) han aparecido nuevos fragmentos de bronce, como un dedo y parte de una antorcha que se ha atribuido a la diosa Ceres. Esto confirma la riqueza estatuaria de la exedra del foro de Valeria, por lo que puede denominarse como un antiguo “salón de la fama”, pues allí se elevaban las estatuas de dioses, de miembros de la familia imperial y de los summi viri o personajes más ilustres de la ciudad.
En las excavaciones se han descubierto un buen número de inscripciones en mármol o en bronce. Cayo Gratio Nigrino, por ejemplo, costeó dos estatuas para sendas mujeres de su familia: Licinia y Annia, además de la suya propia y la de su padre. Algo parecido a lo que hicieron los Valeria ―que dan nombre a la ciudad―, una de las familias más poderosas. Igualmente, se ha constatado la presencia de mujeres que costearon varias estatuas para sus familiares, o la ya citada Diva Drusilla, hermana del emperador Calígula, que murió en el año 38. Estos datos han servido para fechar aproximadamente la construcción de la exedra del foro de Valeria.
Estas personas tan influyentes formaban parte del gobierno de la ciudad, formado por cuatro (cuator viros) o dos (duo viros) miembros. Así lo expresaban en las inscripciones localizadas. Muchos de ellos ocuparon varias veces el cargo, así como otros de carácter religioso, como demuestran sus pedestales como flamines augustales o sacerdotes del culto del emperador.
Cada año la lista de los hombres ilustres de Valeria se va agrandando. “De los pedestales que descubrimos en esta zona”, dicen los arqueólogos, “12 contaban con información que nos permite identificar a quién representaban las estatuas”. Algunos de los pedestales presentan la cara posterior curvada, lo cual indica que están pensados para colocarse delante de una columna.
Los arqueólogos creen que “el salón de la fama” de Valeria se inspiró en el diseño del foro romano de Augusto en Roma. En estos lugares se congregaba la gente de la ciudad y de los pueblos cercanos. En el foro romano de Augusto se agregaron hasta cuatro exedras, espacio abierto dedicado exclusivamente a la representación de los personajes más poderosos. “Si querías ser alguien”, señala Urbina, “tenías que tener una estatua allí”. Las ciudades de las provincias copiaron pronto el modelo de la capital y Valeria fue un buen ejemplo de ello.
El declive del foro de Valeria fue paulatino. Su esplendor desapareció con las invasiones godas y árabes. El equipo arqueológico lo explica así: “El tejado y las columnas del pórtico se derrumbaron, algunos de los materiales de construcción se reciclaron para otros usos. Finalmente, la bóveda del criptopórtico cedió y los restos cayeron dentro. La tierra los fue cubriendo con el tiempo y aquel salón de la fama desapareció de la vista y la memoria de la gente”. Durante siglos.
Babelia
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