Eulàlia Ramon, actriz y directora de cine: “Me gusta hacer primeros planos de caras maduras que dicen tantas cosas”

La actriz Eulàlia, Lali, Ramon (Barcelona, 64 años) decidió hace tres años pausar su carrera de cuatro décadas, con títulos como Matar al Nani, El río que nos lleva, Las cartas de Alou, El rey pasmado, Pajarico o Goya en Burdeos (estas dos últimas, dirigidas por quien fue su marido, Carlos Saura, fallecido en febrero de 2023), para probar en la dirección. Algo habrá aprendido Ramon de trabajar con varios de los realizadores más grandes del cine español porque su primer cortometraje, Cuentas divinas (2022), “lleva ganados casi cincuenta premios en festivales”, dice; además estuvo nominado al Goya a mejor corto de ficción. Ahora ha estrenado en el festival de Sitges el segundo, Agonía, que de nuevo es un cóctel de suspense, un poco de sangre y considerable humor negro. Ramon se muestra encantada de que la entrevista sea en una sala del palacio de Linares, sede de Casa América, donde se rodó en 1981 la descacharrante Patrimonio nacional, de Luis García Berlanga.

Pregunta. ¿Por qué se ha pasado al otro lado de la cámara?

Respuesta. Fue algo natural, siempre me ha gustado la fotografía y me fascina que se pueda contar una historia dependiendo de los encuadres y la iluminación, y si encima tienes las riendas de eso debe de ser muy satisfactorio. Me habían mandado el guion de Cuentas divinas para hacerlo yo [como actriz] y a la tercera página tuve un impulso y me dije: “Esto quiero dirigirlo”. Mi intención era hacer un ejercicio de fin de carrera, después de 40 años de tantos rodajes, en los que estaba atenta a la técnica, de tantas conversaciones con Carlos... ver lo que una había aprendido. Y ha sido una explosión inesperada.

P. ¿Por qué ha optado por ese tono de humor negro?

R. Me siento muy cómoda ahí, y he querido que todo fuera muy contenido, que la luz acompañara el proceso mental de esta mujer [la actriz protagonista de Cuentas divinas, Celia Freijeiro], que está hasta las narices de todo; es algo con lo que nos identificamos a veces porque según qué situaciones todos hemos dicho: “Me lo cargo a este que tengo delante”.

P. ¿Cómo es trabajar con su hija como productora?

R. Me emocionó que mi hija [Anna Saura Ramon] me dijera: “Mami, este guion te lo produzco yo”. Me gusta que crea en mí. Y cada una sabe su sitio en el rodaje.

P. ¿Una directora que ha sido actriz tiene alguna ventaja a la hora de dirigir a los actores?

R. Es una gran ventaja y así me lo han transmitido ellos. Yo no tengo un método de dirección, me estoy descubriendo, pero como actriz sé que es muy importante que te acompañen porque cada uno tiene sus necesidades. Y siempre les digo que el texto lo adaptemos entre todos, me gusta el trabajo conjunto.

P. Agonía aborda el edadismo, el apartamiento del mercado laboral de personas que, en este caso, están en los sesenta. Una es profesora y la otra, una sicaria.

R. Es eso, aunque edadismo me parece una palabra horrorosa, pero también he tratado el tema de la educación concertada.

P. ¿Como actriz ha sufrido esa discriminación por la edad?

R. Yo creo que sí. No hay papeles y a veces hay prejuicios en este mundo en el que todo se cataloga y etiqueta. Además, pienso seguir contando historias sobre todo con mujeres, y no porque sea una feminista a ultranza, sino porque es una manera de presentar mis temas. Me parece interesante hacer primeros planos de caras maduras que dicen tantas cosas. Me gusta.

P. Desde que empezó como actriz en Últimas tardes con Teresa (1984), ¿qué es lo que más ha cambiado en el cine?

R. Ahí fue mi primer contrato como actriz, aunque ya hacía muchas cosas. En el cine ya nada se parece a aquello. Ahora todo el mundo puede experimentar, puedes hacer una película con un móvil. El ambiente y la dinámica han cambiado mucho.

P. ¿Vivió en los rodajes situaciones desagradables que hoy no toleraría?

R. Algunas, pero nunca me ha pasado nada agresivo. Eso sí, a muchos me los he quitado de encima. Son situaciones muy incómodas porque no sabes cómo reaccionar, aunque yo me puedo poner muy quinqui [risas].

P. ¿Algo del cine actual que le irrite?

R. Es que hay tantas maneras de hacer cine. Hay tanta abundancia de contenidos, sobre todo con las plataformas, que se ha perdido un poco el cine más puro, el que no tiene grandes presupuestos. Cuesta más hacer ese tipo de películas.

P. ¿Su próximo proyecto?

R. La guionista María Zaragoza está trabajando en lo que ya será un largo. Tampoco puedo seguir mucho tiempo haciendo cortos y esperar porque tengo una edad. Hablaré en él de una venganza bestial. Por otro lado, me interesa contar ahí también el tema de las tallas y la moda, y el de la gente mayor que va al banco y... ¡uf, tirarían una bomba!