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Banksy decora Londres con animales para animar a los británicos ante la carestía de la vida

El elusivo artista callejero revela una nueva obra cada día de la semana en diferentes puntos de la capital inglesa con dibujos de cabras, elefantes, lobos y gatos. La última pieza de su particular zoológico es un rinoceronte

Varias personas contemplan una de las obras de Banksy aparecidas esta semana, como los dos pelícanos pescando en la fachada de un establecimiento de pescado frito con patatas (Fish and chips), en Londres, el pasado viernes.Foto: ANDY RAIN (EFE)

El elusivo artista callejero Banksy ha vuelto a sorprender en las calles de Londres, esta vez, con una nueva serie de grafitis por diferentes puntos de la ciudad, aparecidos cada día de la semana pasada, con animales como protagonistas. Monos, elefantes, pelícanos o un lobo forman parte de una sucesión de obras que integran uno de los períodos más prolíficos en tiempos recientes por parte del grafitero de Bristol, quien oficialmente continúa en el anonimato. El domingo, en la City, el corazón financiero de la capital británica, en una pequeña cabina policial de seguridad, instalada en los noventa para evitar atentados del IRA, apareció reconvertida, por obra de Banksy, en un acuario con pirañas. Ayer, lunes, comenzó la segunda semana de su particular zoológico con su octava pieza, un rinoceronte en el barrio de Charlton, al sureste de la capital británica.

Sin embargo, el de la cabina policial es el que más se diferencia de los anteriores que habían ido surgiendo durante la semana pasada, ya que fue producido con espray de pintura transparente para representar a los peces y replicar un efecto parecido al del agua en un tanque de cristal. Las demás piezas, por el contrario, se caracterizan por las habituales siluetas de color negro que han hecho de su estilo uno de los más reconocibles e imitados en las últimas décadas.

Como suele acontecer, la confirmación de la autoría llegó desde la cuenta de Instagram del artista y, como siempre, sin más comentarios ni información; si bien, de los ya ocho dibujos, uno ha sido ya robado, otro retirado y otro ha sufrido vandalismo. La obra de Banksy, de quien se cree que estaría en la cincuentena (pese a desconocerse públicamente su identidad, se asume que nació a principios de la década de los setenta), ha ido reflejando paulatinamente una tendencia más política, con trabajos que abordan fenómenos como la migración o conflictos bélicos, como los grafitis que hizo en Cisjordania, o más recientemente en Ucrania, después de que comenzase la ocupación rusa.

Un patinador salta delante de la fachada en la que Banksy pintó dos elefantes en Fulham (Londres), el 6 de agosto.
Un patinador salta delante de la fachada en la que Banksy pintó dos elefantes en Fulham (Londres), el 6 de agosto.Mina Kim (REUTERS)

Como consecuencia, la temática animal de la serie que ha tomado las calles de Londres había sido identificada, inicialmente, como una denuncia del cambio climático, pero el entorno del artista ha aclarado que su objetivo fundamental es simplemente levantar el ánimo de la ciudadanía, en un panorama de noticias dominado por titulares negativos y un contexto social marcado por el coste de la vida y la desigualdad.

Más que cualquier denuncia climática, sobre la situación del medio ambiente, el propósito esta vez, según personas de su círculo citadas por el dominical The Observer, sería solo ofrecer un momento de entretenimiento para los viandantes, así como destacar la capacidad humana para desplegar creatividad a través del juego, en lugar de para generar destrucción. Por ello, la organización que da apoyo logístico al artista, Pest Control Office (Oficina de Control de Plagas, en inglés, que tiene como logo una rata, un animal recurrentemente empleado por Banksy), ha subrayado que las teorías que buscan un significado más profundo sobre las obras aparecidas estos días en Londres no reflejan la intención del autor.

La primera de ellas fue descubierta el lunes de la semana pasada en el barrio de Kew, al suroeste de Londres. Se trata de una cabra representada en una pared blanca en el lateral de un edificio próximo al río Támesis. El animal apenas logra mantener el equilibrio sobre la minúscula plataforma que lo sostiene, representada por una columna que sobresale del muro. El efecto queda resaltado por unas piedras que parecen desprenderse al vacío y, en línea con las habituales interpretaciones que tratan de descifrar el mensaje del autor, se relacionaba inicialmente con una supuesta denuncia del estado de la naturaleza. La pieza ha sido cubierta con un panel de cristal, que actúa como protección.


Peor suerte ha corrido la representación de dos elefantes aproximando sus trompas, desde dos ventanas diferentes, aparecida al día siguiente en una casa de Chelsea, al oeste de la ciudad. Una de las siluetas de los paquidermos ha sido pintada a rayas. Mientras que la antena parabólica en la que Banksy había pintado un lobo aullando en Peckham, al sureste de la capital británica, fue robada por un hombre que portaba un pasamontañas cuando apenas había pasado una hora desde que la obra fuese avistada el jueves.

El perfil de un gato en una valla publicitaria abandonada y en mal estado en Cricklewood, un barrio al noroeste de Londres, apenas duró también horas. Tras ser identificado el sábado, unos obreros contratados por el propietario de la cartelera lo retiraron, por motivos de seguridad, dado el riesgo de desprendimiento, para enfado del grupo de personas que se concentró para abuchear la eliminación del banksy. El dueño ha prometido, no obstante, donarla a una galería de arte.

Las otras obras que, de momento, continúan en su estado original son las que representan a tres monos cruzando un puente, balanceándose, en Brick Lane, en el este de Londres, y dos pelícanos dibujados pescando justo encima de un establecimiento que vende el clásico pescado frito con patatas (fish and chips, en inglés) en el área de Walthamstow, al noreste de la capital.

Un hombre observa la silueta de un gato dibujada por Banksy en Londres el pasado 10 de agosto.
Un hombre observa la silueta de un gato dibujada por Banksy en Londres el pasado 10 de agosto.Maja Smiejkowska (REUTERS)
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