Adele suspende su residencia en Las Vegas durante al menos un mes por problemas en la voz
La cantante británica, que lleva desde finales de 2022 cantando en Nevada, se ha visto obligada a cancelar 10 conciertos durante todo marzo “por órdenes de los médicos”. Aun le faltan 10 más desde mayo y otros tantos en Múnich en verano
Le había costado arrancar pero estaba siendo un éxito formidable... hasta que la salud le ha dicho: “Basta”. La cantante Adele, de 35 años, ha anunciado a través de sus redes sociales que se ha visto obligada a suspender, por ahora temporalmente, su residencia en Las Vegas, los conciertos que lleva dando en la ciudad desde el pasado noviembre de 2022 y que se extendían hasta junio de 2024. Un problema en su voz la obliga a parar durante todo el mes de marzo.
“Tristemente, tengo que tomarme un tiempo y poner en pausa mi residencia de Las Vegas”, arranca en su nota. “Estuve enferma al final de la última etapa [enero y febrero] y durante todo el descanso [en Navidad]. No había tenido la oportunidad de recuperar la salud por completo antes de que se reanudaran los espectáculos, y ahora vuelvo a estar enferma, y por desgracia eso ha hecho mella en mi voz”, explica. “Por tanto, por órdenes de los médicos, no tengo más remedio que descansar a fondo”.
I love you, I’ll miss you like mad and I’m sorry for the inconvenience x pic.twitter.com/zO3k2ggMKR
— Adele (@Adele) February 28, 2024
Adele explica que “los cinco fines de semana restantes de esta parte [de la residencia] se pospondrán a una fecha más adelante”. “Ya estamos trabajando en los detalles y os enviaremos la información lo más pronto posible”, explica, relatando que las fechas pospuestas son el 1, 2, 8, 9, 15, 16, 22, 23, 29 y 30 de marzo. Después del 30 de marzo, su siguiente fecha programada era el fin de semana del 17 y 18 de mayo; por tanto, podrá descansar durante dos meses y medio. La cantante firma ese mensaje con un tono más personal: “Os quiero, os echo locamente de menos y siento las molestias”. La cantante ya pasó por una cirugía de garganta a causa de unos pólipos en 2011.
Desde hace un año y medio, la artista británica toca viernes y sábado a las ocho de la tarde en el teatro Colosseum del Caesars Palace, uno de los hoteles-casino más emblemáticos de Las Vegas, la ciudad de Nevada, ante 4.200 espectadores. Sus entradas se venden con meses de antelación, y no precisamente a precios populares: cuando salieron costaban a partir de 400 dólares, pronto las más asequibles subieron a 600 y en pista podían alcanzar los 2.300. Pero, pese a ello, para los 10 conciertos que faltan (en mayo y junio, tras esta pausa de marzo), están todas agotadas. Después, tiene otra decena de recitales programados en Múnich, Alemania, durante el mes de agosto.
La de Adele no está siendo una residencia fácil. Desde 2021 trató de arrancar el proyecto, pero las complicaciones por el coronavirus le impidieron arrancarla cuando estaba prevista, para finales de enero de 2022 (con dos conciertos semanales hasta el 16 de abril), a causa de que “la mitad del equipo”, como ella misma explicó entonces, estaba enfermo. “Lo siento, pero mi espectáculo no está listo (...) Lo hemos intentado todo para tenerlo a tiempo y que fuera lo suficientemente bueno”, contaba entonces, asegurando sentirse “avergonzada” con sus seguidores por la paralización. Unos meses después de esa cancelación, la artista despidió a buena parte de ese equipo y contrató a uno nuevo para empezar de cero.
Finalmente y tras un par de conciertos en verano en Londres, la residencia empezó, tal y como ella había prometido, ese mismo año, el 19 de noviembre de 2022. Iba a acabar en marzo de 2023, pero añadió fechas, entre junio y noviembre. Y el 20 de octubre de 2023, cuando ya llevaba 31 fines de semana y el último recital estaba previsto para solo unos días después, anunció que daría otra tanda de 32 conciertos, entre el 19 de enero y el 15 de junio. En esta última tanda, por tanto, ya ha dado 12 en los que, según ella misma ha contado, no ha estado al 100% en sus capacidades.
Según el diario británico The Daily Mail, en uno de los últimos ella misma explicó que no se encontraba muy cómoda con su voz, que se sentía “cansada”. “Desde el océano, Úrsula [la bruja de La Sirenita] llegó anoche hasta mi pecho. No llego adecuadamente a las notas. No he dormido muy bien y me quema el pecho”, afirmaba, explicando: “Después de este show voy a tomarme un descanso vocal... ¿Os imagináis lo difícil que me resulta no hablar en tres días? Voy a meterme en la cama tosiendo y en un descanso completo para la voz”, comentaba, bromeando con que tanto su hijo como su pareja eran “unos totales parlanchines”y que iba a tener que encerrarse en una alacena para poder estar en silencio.
Las residencias en Las Vegas, con conciertos programados con meses de antelación, son un gran negocio para artistas consagrados. Frank Sinatra y Elvis Presley estuvieron entre los primeros en hacerlos. Céline Dion, la reina de la ciudad de los casinos y que cambió el concepto de estos conciertos, desterrando la idea de que eran un cementerio de elefantes, ha ganado más de 600 millones de dólares gracias a ellos. Lady Gaga tuvo una en 2018 y U2 ha estrenado la famosa e inmensa Esfera de la ciudad con otra.
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