El secretario de Cultura italiano dimite por su presunta implicación en el robo de un cuadro renacentista
Vittorio Sgarbi, crítico de arte y polemista, está imputado por la presunta sustracción de una obra de Manetti de un castillo de Piemonte y su posterior retoque para ocultar el original
La historia de Vittorio Sgarbi podría servir para escribir una novela. O al menos un telefilme. El crítico de arte, polemista y hasta ahora secretario de Cultura del Gobierno italiano ha dimitido este viernes de su cargo después de semanas envuelto en una extraña polémica que le sitúa en el centro de una trama para robar un cuadro del pintor barroco Rutilio Manetti ede un castillo de Piamonte. Sgarbi fue imputado por la fiscalía hace dos semanas por la sustracción de dicha tela, del pintor Rutilio Manetti, cotizado artista del siglo XVII. Pero después de negar su implicación, también a este periódico, apareció en un programa televisivo insultando a los periodistas que habían hecho la investigación y deseándoles “la muerte en un accidente de tráfico”. Al Ejecutivo de Giorgia Meloni se le ha acabado la paciencia y este viernes Sgarbi ha dimitido.
La decisión la ha comunicado él mismo. A su manera. “Retiro mis deseos de que muriesen, me excuso por haberlo pensado y ya no soy secretario de Cultura. De ahora en adelante desearé la muerte de alguien sin ser responsable político. Me excuso también con los periodistas que consideran que están en peligro de muerte solo porque yo les dije que deseaba que se muriesen en un accidente de tráfico. Era una entrevista no autorizada. Ya no quiero ser secretario de Estado de Cultura”. Además, Sgarbi ha acusado al ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, de mandarle cartas anónimas.
La captura de San Pedro, el cuadro en cuestión, una estupenda obra con cierta influencia de Caravaggio, fue robada de un castillo de Buriasco (Piamonte) en 2013 y se le perdió la pista. La tela renacentista, sin embargo, volvió a aparecer en 2021 en una exposición siendo ya propiedad del propio Sgarbi. Quien lo conocía podía apreciar una diferencia pequeña, pero sustancial. El cuadro de Sgarbi era idéntico, pero una vela colgada de una de las paredes que representaba el lienzo iluminaba la escena desde el fondo. Un pequeño y luminoso detalle pictórico fundamental para la cuestión. La fiscalía, según los medios italianos, investiga ahora si se trata de una modificación introducida por el propio Sgarbi para ocultar el posible robo.
El caso estalló hace algunas semanas, cuando los citados medios publicaron que Sgarbi inauguró en Lucca (Toscana) la exposición Los pintores de la luz —no deja de ser irónico tratándose de un caso que gira alrededor de una vela—, en la que se mostraba el citado cuadro de Manetti, valorado en cientos de miles de euros y que constaba como robado en la base de datos de Interpol. Antes de 2013, el lienzo estaba en el castillo de propiedad de Margherita Buzio, un lugar que Sgarbi había visitado varias veces. Según los medios locales, uno de sus colaboradores habría ofrecido comprarlo, pero siempre se le había rechazado la oferta.
La propietaria denunció que unos ladrones habían entrado en el castillo, recortado y retirado el lienzo de Manetti, dejando en su lugar una fotografía de la obra. Los carabinieri ya han sido enviados por los fiscales de Macerata para interrogar a un restaurador y a los propietarios de la empresa de Correggio (Reggio Emilia) que supuestamente realizó una copia de la obra, como sostiene Sgarbi en su defensa. El suyo, asegura, estaba en una mansión que compró su madre hace tiempo.
Los jueces y los peritos deberán ahora decidir quién miente. Sgarbi ha anunciado que volverá a su trabajo como crítico y como conferenciante y reitera que está seguro de que no encontrarán pruebas contra él.
Babelia
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