Sinéad O’Connor murió por causas naturales, señala el informe forense
La cantante irlandesa falleció en julio de 2023 a los 56 años
Sinéad O’Connor murió por causas naturales, ha informado hoy martes el forense. La cantante irlandesa falleció en su residencia del sur de Londres el 26 de julio de 2023, a los 56 años. “La señora O’Connor murió por causas naturales. Por lo tanto, el caso queda cerrado”, señala el comunicado del tribunal forense de Southwark.
El día después de que se anunciara la muerte, la policía británica ya dijo que no estaban tratando el fallecimiento de la cantante por otras causas que no fueran naturales. La artista se había mudado recientemente a Londres y tuiteó a principios de ese mes que había estado fuera durante 23 años. La cantante falleció solo un año y medio después de que su hijo de 17 años se suicidase. O’Connor fue despedida por un cortejo fúnebre por las calles de la localidad de Bray (Irlanda), una ciudad al sur de Dublín en la que residió durante 15 años. El adiós se celebró en un ambiente festivo: centenares de sus fans pusieron en valor su capacidad para defender a los más vulnerables gracias a sus letras y a sus manifiestos.
Nacida en Dublín en 1966, O’Connor publicó 10 álbumes entre 1987 y 2014. En 2023 recibió el galardón de un Disco Clásico Irlandés en los Premios de la Música de RTÉ, la corporación pública de radiotelevisión de su país. Con un físico rompedor, con su característica cabeza rapada, su nombre saltó al estrellato con una canción compuesta inicialmente por el artista estadounidense Prince, Nothing Compares 2 U. Pero O’Connor había publicado ya anteriormente The Lion and the Cobra, un álbum de debut que había generado un notable interés en la industria musical por la complejidad emocional de sus letras y el genio de su autora. Su carrera siempre quedó marcada cuando rompió una foto del Papa en una retransmisión televisiva en 1992.
En su libro de memorias Remembranzas. Escenas de una vida complicada (publicado en España en 2022 por Libros del Kultrum), O’Connor narró los maltratos que sufrió cuando era niña por parte de su madre: “Soy la niña que llora de miedo el último día antes de las vacaciones de verano. Tengo que fingir que he perdido el palo de hockey porque sé que si lo llevo a casa mi madre me golpeará con él todo el verano. Aunque tal vez prefiera el atizador de alfombras. Me hará desnudarme, me obligará a acostarme en el suelo y abrirme de piernas y brazos, a permitirle golpearme con el mango de la escoba en mis partes íntimas”. Esta infancia marcó una vida con continuos altibajos emocionales.
Babelia
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