La obra anónima que la IA atribuyó a Lope de Vega se hace carne
‘La francesa Laura’, adjudicada al Fénix de los Ingenios en enero, se estrena el jueves en los Teatros del Canal de Madrid en un montaje de la compañía de la Fundación Siglo de Oro
“Agárrala a ella más fuerte y da medio paso adelante, acércate”. La actriz de teatro y televisión Marta Poveda, en su estreno como directora teatral, indica en los ensayos cómo debe moverse la intérprete protagonista de la obra La francesa Laura, de Lope de Vega (Madrid, 1562-1635). Podría ser un título más del Fénix de los Ingenios, pero se trata de un texto especial porque hasta hace 10 meses no se sabía que lo había escrito el prolífico dramaturgo. La inteligencia artificial y los humanos señalaron a finales de enero que este manuscrito que bostezaba en los fondos de la Biblioteca Nacional de España (BNE) desde 1886, tras la compra de la biblioteca del Duque de Osuna, había nacido de la misma pluma que El caballero de Olmedo o Fuenteovejuna. Ya no era de autor anónimo como se pensaba.
De modo que la actriz Sheila Niño es la primera “francesa Laura” de la que haya noticia: “Está bien no tener ningún precedente, nadie en quien fijarme”, dice en Almagro, adonde se trasladó la compañía de la Fundación Siglo de Oro, responsable del montaje, el 6 de noviembre para ensayar en el Corral de Comedias de esta localidad. Un espacio que data de 1627, muy pocos años antes de que Lope de Vega escribiera, al final de su vida, esta trama de celos, equívocos y “amor tóxico en toda regla”, subraya Poveda.
La compañía apura los últimos días antes del anunciado “estreno mundial” en los Teatros del Canal el 30 noviembre, donde se representará hasta el 17 de diciembre. Los espectadores se encontrarán con una obra que sitúa su acción en París, en 1453, recién terminada la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia. El rey francés, para trocar las lanzas en amistades, quiere mandar a la corte inglesa a un hombre de confianza para que acuerde el casamiento de su heredero, el Delfín, con la hermana del rey inglés. El Delfín, malévolo, insiste en que vaya el conde Arnaldo, recién casado con la bella Laura y de la que él anda enamorado, para así poder cortejarla. El conde parte con pena y su esposa queda recelosa: “Los hombres, como son hombres / aunque adoran lo que dejan, todo lo que miran hablan / todo lo que ven desean”. Una carta falsa que llega a manos de Laura enmaraña la madeja. “Es un texto que huele a Lope de Vega”, señala la directora.
El texto trata un tema recurrente en la época, la honra de la mujer, sometida al terrible código del honor masculino. “Ante una sospecha de engaño, el conde planea matar a su mujer”, subraya la directora. Sin embargo, en esta obra ellas son inteligentes, valientes, mientras que ellos son débiles y vacilantes. ¿Hay una defensa de Lope de Vega de las mujeres? En el inicio escribe: “La antigua filosofía / nombres de mujeres daba / a la ciencia y a la guerra, / a la gloria y a la fama”. Poveda no lo ve tan claro: “A él le interesa el ser humano y, por lo tanto, la situación de la mujer en esos tiempos. Las de esta obra intentan romper la jaula en que viven y quieren tomar las decisiones que afectan su vida, que no lo hagan otros por ellas”.
Para Sheila Niño, que ya había dado vida a personajes de Lope de Vega, pero no a una protagonista, “Laura es una mujer con fe en el amor más elevado, leal a sus principios y al conde, pero por desgracia lo que se muestra es algo aún hoy muy cercano, vemos a adolescentes que caen en dinámicas de pareja peligrosas”. La actriz se daría por satisfecha con su trabajo “si una adolescente que esté en esa situación, al ver esta obra reflexione sobre ello”.
La adaptación no ha tocado casi el original. “El texto merece ser expuesto tal y como se encontró”, según Poveda. Así, se ha mantenido, por ejemplo, “Ingalaterra” por Inglaterra (así se decía entonces), además de frases hechas de aquella época, imágenes lopianas... No obstante, Poveda añade que está “asumiendo algunos riesgos en el montaje”, propuestas que aún no sabe si funcionarán. Será, en cualquier caso, una versión que no quiere que se alargue más allá de una hora y 40 minutos.
Del trasvase del manuscrito a la edición crítica que ha publicado Gredos se han encargado Álvaro Cuéllar, investigador de la Universidad de Viena, y Germán Vega, catedrático de la Universidad de Valladolid, artífices de haber encontrado la conexión entre La francesa Laura y Lope de Vega. Un hito logrado gracias a programas de inteligencia artificial de transcripción de texto y de comparación del original con comedias del Siglo de Oro español.
“El manuscrito estaba bien conservado, no es autógrafo de Lope, sino una copia de finales del XVII con tres manos distintas de copistas, una por acto, probablemente para tenerla lista más rápido. Eso lo ha protegido del desgaste. Se lee bien”, dice Vega, que advierte, no obstante, de que “los copistas podían cambiar sin problema aquello que no les convenciera del original porque la compañía para la que trabajaban compraba al autor la obra y a partir de ahí decidían qué hacer”.
La labor no siempre pulcra de aquellas tres manos que copiaron la obra propició que fuera necesario un proceso de limpieza del manuscrito: erratas, errores o versos que faltaban, que se decidieron sustituir de acuerdo con la directora, manteniendo la métrica. En el resultado final ha colaborado el Grupo PROLOPE, de la Universidad Autónoma de Barcelona, formado por más de 150 investigadores especializados en el dramaturgo español.
De lo que ha sido el proceso investigador, Vega explica que los programas de IA empleados “permiten reunir muchos textos en un corpus para comparar con ellos la obra que se quiera analizar”. Por otra parte, un programa llamado Stylo “analizó las distancias léxicas con otros títulos, y el resultado nos dio que las cien obras con las que esta tenía más cercanía eran prácticamente todas de Lope”. Los posteriores estudios filológicos, ya de mentes humanas, confirmaron lo que la IA había descubierto, subraya Vega, “que con La francesa Laura son ya 537 las obras atribuidas a Lope de Vega”.
Sobre la repercusión que consiga llevar a las tablas por primera vez esta obra, Rodrigo Arribas, director de la Fundación Siglo de Oro (entidad que también se ocupa de investigación, talleres y ediciones pedagógicas), lamentaba el día del ensayo que “algunas instituciones públicas no hayan mordido este proyecto, siendo entes difusores del teatro del Siglo de Oro”. “No entendemos las razones por las que la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), a la que llegó esta obra, no haya considerado que deba tener difusión nacional e internacional”.
Babelia
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