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Un juego de rol para vivir una de las mayores masacres de la Guerra Civil

‘La Desbandá 1937′ se adentra en la huida de más de 100.000 civiles de Málaga a Almería en febrero de ese año mientras el bando nacional y los aliados alemanes e italianos disparaban por tierra, mar y aire

Huida de civiles, en febrero de 1937, hacia Almería tras la caída de Málaga. / NORMAN BETHUNE. LA HUELLA SOLIDARIA (CENTRO ANDALUZ DE LA FOTOGRAFÍA)
Huida de civiles, en febrero de 1937, hacia Almería tras la caída de Málaga. / NORMAN BETHUNE. LA HUELLA SOLIDARIA (CENTRO ANDALUZ DE LA FOTOGRAFÍA)

El cirujano canadiense Norman Bethune (1890-1939) viajó a España para ayudar a los heridos de las tropas republicanas durante la Guerra Civil. Diseñó y financió una unidad móvil de transfusión de sangre que parecía imposible en aquel tiempo. En febrero de 1937 viajó con ella hasta Andalucía cuando supo que más de 100.000 civiles huían desde Málaga a Almería mientras eran acribillados por el bando franquista por tierra y mar con el apoyo de la aviación alemana e italiana desde el aire. Salvó a cientos de personas, vivió situaciones límite que luego contó en un libro y sus colaboradores fotografiaron la que es considerada como una de las mayores masacres del conflicto bélico, en la que murieron unas 5.000 personas. Ahora, casi un siglo después, su historia es el hilo conductor de La Desbandá 1937, juego de rol diseñado por el granadino Pablo López que utiliza esta matanza como contexto histórico para desarrollar las partidas.

Este ingeniero informático conoció lo ocurrido gracias a un reportaje que vio en la televisión autonómica andaluza, Canal Sur, hace unos años. La noticia cubría la habitual marcha que cada año se realiza entre las capitales andaluzas para que la tragedia no se olvide. “Empecé a leer, a ver vídeos, a investigar en profundidad. Me llamó la atención que no había demasiada gente que conociera estos sucesos. Y mucho menos los jóvenes”, relata López. Aficionado al rol desde su adolescencia, pensó que sería un buen vehículo para visibilizar esa apresurada y obligada huida que se terminó conociendo como La Desbandá. “Además, me di cuenta de que era una amalgama de historias, de personas con distintos orígenes y circunstancias que tenían algo en común: escapar por el mismo lugar”, explica el creador del juego.

Pablo López, creador del juego de rol ‘La Desbandá 1937’, posa en el Parque Almunia de Aynadamar de Granada.
Pablo López, creador del juego de rol ‘La Desbandá 1937’, posa en el Parque Almunia de Aynadamar de Granada.Fermin Rodriguez

Aquella era la única salida que tenía entonces la población civil. Y se convirtió en una ratonera en la que unos 5.000 civiles fueron masacrados por las tropas franquistas. Fue una travesía en la que reinó la inquietud, el desconcierto, el hambre y la incertidumbre. El propio Bethune reflejó en sus memorias aquellos “doscientos kilómetros de miseria” a los que se enfrentaban los protagonistas. “Imagínense cuatro días y cuatro noches escondiéndose de día entre las colinas, ya que los bárbaros fascistas los perseguían con aviones; caminaban de noche agrupados en un sólido torrente hombres, mujeres, niños, mulos, burros, cabras, gritando los nombres de sus familiares desaparecidos, perdidos entre la multitud”, escribió. También el periodista Arthur Koestler relató lo ocurrido en sus crónicas publicadas en Francia, que sirvieron al cineasta malagueño José Antonio Hergueta para su proyecto Últimos días de una revolución. La radio comunitaria Onda Color se basó igualmente en estos sucesos para su ficción sonora La Desbandá, que le valió una mención especial en los Premios Ondas de 2022.

Una tableta electrónica con las instrucciones del juego de rol 'La desbandá 1937'.
Una tableta electrónica con las instrucciones del juego de rol 'La desbandá 1937'.Pablo López

Personajes de ficción

La primera versión de La Desbandá 1937 fue lanzada el 28 de febrero del año pasado, coincidiendo con el Día de Andalucía. Se podía descargar de manera gratuita y generó interés en el sector, pero también dudas entre quienes no estaban familiarizados con el rol. Entonces López decidió investigar más para obtener un mejor contenido, ”siempre desde el mayor rigor histórico”. Su objetivo era hacerlo atractivo y comprensible para los no habituales de este tipo de juegos. Desde el pasado mes de junio la nueva versión está disponible, también sin coste. Además de Norman Bethune, el libreto de dirección incluye otros personajes históricos como Thomas C. Worsley —conductor de la ambulancia de Cruz Roja en la que se trasladaba a los heridos hasta Almería— o periodistas como la fotógrafa Gerda Taro, además del general franquista que impulsó el bombardeo, Gonzalo Queipo de Llano. Son perfiles que permiten interacciones para desarrollar nuevas situaciones en el transcurso del juego.

Portada del juego de rol creado por Pablo López.
Portada del juego de rol creado por Pablo López.Pablo López

Más allá del manual con las normas (disponible en PDF), para jugar no hacen falta más que unos dados, papel y lápiz. No es necesario siquiera conocer este hecho histórico. El texto propone incluso cuatro perfiles ficcionados en cuya piel se pueden meter los participantes: el médico Ricardo Mistral, la miliciana Evarista Vela, el ingeniero civil Vicente Robles y la política Teresa Vergara. Son personajes creados por López, que aun así piensa que lo mejor es que cada jugador cree el suyo propio. “Es lo que hace aún más interesante el juego, se genera más implicación y las historias que se van desarrollando tienen mucha magia”, subraya el creador, que cuenta que las partidas en las que que él mismo ha participado se han extendido unas 16 horas. “Pero no es un atracón. Al final esto es como una serie, cada semana echas un par de horas, que funcionan a modo de episodio. Nosotros cortábamos siempre cuando la trama estaba más interesante, para generar interés para la siguiente quedada”, señala.

Pablo López sostiene una copia de su juego de rol.
Pablo López sostiene una copia de su juego de rol.Fermin Rodriguez

“Hemos revisado el juego de arriba abajo y hasta los más mínimos detalles de la tragedia están ahí. Es una iniciativa espléndida para dar a conocer lo que ocurrió”, subraya Víctor Manuel Hernández, uno de los docentes de la asociación malagueña La Desbandá. Encargado de la elaboración de materiales didácticos que se utilizan en colegios e institutos, cuenta que siempre está buscando nuevos lenguajes de difusión: del teatro a documentales o incluso el deporte. “Salir de las mecánicas tradicionales es siempre positivo”, subraya Hernández, cuya organización ya planea dar visibilidad al juego de rol durante la marcha anual en la que, desde 2017, se realiza el trayecto entre Málaga y Almería para que la masacre de febrero de 1937 nunca se olvide.

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