Dos días con Metallica en Ámsterdam: los reyes del ‘thrash metal’ inician la gira mundial que llegará a España en 2024
La avalancha de fans que inundó la capital holandesa la semana pasada muestra cómo la banda fundada por James Hetfield y Lars Ulrich sigue despertando fervor tras 40 años de carrera
El 27 de abril, el mismo día en que Países Bajos celebraba el Koningsdag (Día del Rey), Metallica comenzaba en Ámsterdam el M72 World Tour, la gira mundial de su nuevo trabajo, 72 Seasons. Los seguidores holandeses de la banda llegaban al concierto vestidos de naranja (el color asociado a la corona) tras una jornada de fiesta en la calle en la que, por si fuera poco, salió el sol. “Hoy es el King’s Day y esta es la canción apropiada”, decía James Hetfield sobre el escenario del estadio Johan Cruyff Arena para introducir King Nothing (Load, 1997), que en español viene a significar “rey de nada”. “El castillo se derrumbó y solo te queda el nombre. / ¿Dónde está tu corona, rey de nada?”, cantaba en el estribillo. Abajo y en las gradas, el naranja festivo arrastrado por la marea callejera se había diluido entre las camisetas negras del resto de los asistentes. La noche era de Metallica, y el fin de semana, también.
M72: una ciudad, dos fechas
Jueves 27 y sábado 29 de abril. Cuarenta y ocho horas separaron los dos conciertos con los que la banda californiana arrancó su nueva gira ―concebida con un formato de fecha doble― en la capital holandesa. Durante la espera hasta el segundo recital, el arquetipo metalero, para la ocasión enfundado en una gran variedad de diseños de merchandising del grupo, se mezclaba con el turista medio y el viandante estándar en los canales de Ámsterdam, en las tiendas del centro de la ciudad, en los desayunos y ascensores de los hoteles. Tras el guía de un free tour o la maraña más enrevesada de bicicletas y tranvías, un fan con camiseta de Metallica y andar despreocupado recordaba a quien se fijara que los reyes del thrash metal estaban en la ciudad.
Este recién iniciado M72 World Tour será el reencuentro de la banda con sus fieles tras el WorldWired Tour, que arrancó en 2016 con los temas de su décimo trabajo, Hardwired... To Self-Destruct, y con el que pasaron por España en cinco conciertos apoteósicos en 2018 y 2019. En julio de 2022 regresaron a Madrid para inaugurar el festival Mad Cool. Desde entonces, Metallica ha sonado también en las listas de reproducción de un público más joven gracias a dos hitos intergeneracionales. El año pasado, la cuarta temporada de la serie de Netflix Stranger Things ponía al personaje de Eddie Munson a interpretar Master of Puppets (del disco homónimo de 1986) en una escena épica con la guitarra. Antes, en 2021, Hetfield y los suyos habían celebrado el 30º aniversario de su disco más crucial, The Black Album (1991), invitando a músicos de todos los géneros a versionar sus canciones y convirtiéndolas luego en las pistas del desafiante The Metallica Blacklist, un nuevo corte de mangas para quienes creían poder definirles, que contó con Juanes y Miley Cyrus, entre otros.
Máximos exponentes del thrash metal estadounidense que vivió en el San Francisco de los años ochenta su punto de eclosión, junto a otras formaciones como Slayer o Megadeth, los miembros de Metallica ya suman más estaciones (seasons, en inglés) de las que menciona el título de su nuevo álbum, lanzado el 14 de abril, y en el que vuelven a someterse a los juicios más puristas de quienes hace décadas decidieron que la banda había traicionado la esencia del subgénero para trascender en la cultura popular. El mundo es ahora tan hostil como aquel que destriparon con sus letras apocalípticas y su sonido veloz y violento, pero la urgencia por contarlo que les mereció el apodo de four horsemen (cuatro jinetes) compite ahora con la necesidad de ganarle el pulso al tiempo, reinventándose pese a todo.
Una banda, cero repeticiones
Como en Ámsterdam, la gira que queda por delante tendrá dos fechas en cada parada (las entradas están disponibles para uno solo o para los dos conciertos) con repertorio y artistas invitados distintos cada noche, una promesa de No repeat weekend (ningún fin de semana repetido) que en España se cumplirá el viernes 12 y el domingo 14 de julio de 2024, en el estadio Cívitas Metropolitano de Madrid. Dan Braun y John Zajonc, directores de show y de producción de Metallica, respectivamente, aseguran que cada concierto del M72 World Tour es completamente diferente.
Ambos veteranos forman una dupla que desde 1994 materializa cada gira. Horas antes del primer concierto en el Johan Cruyff Arena, un reducido grupo de prensa admiraba con ellos el escenario diseñado, una ancha pasarela que se cierra en círculo, dejando el mítico snake pit (nido de víboras) en el centro y por la que los cuatro miembros de Metallica desfilarán cada noche. Todo el conjunto custodiado por cuatro torres de más de 100 metros, en las que se proyectarán los visuales del concierto. Mientras Zajonc enumera qué hay detrás de este despliegue ―unas 240 personas del equipo fijo, otras 100 locales y 45 camiones de producción―, Braun asegura que en este espectáculo “todo empieza y termina con la banda”, aunque, matiza, “un 50% está diseñado pensando en el público”. Sobre el amarillo flúor que salpica los acabados de las plataformas o la batería de Lars Ulrich y que viene del fondo de la portada de 72 Seasons, comenta: “Tenemos mucho amarillo, el amarillo es un nuevo comienzo para el grupo”.
Dos conciertos, todos los fans
Cuarenta años de carrera dan para más de dos fechas en una ciudad sin quemar repertorio, y en sus primeras dos noches en Ámsterdam los de San Francisco dispararon munición para contentar a todos sus seguidores. Lo consiguieron con quienes llevan decenas de conciertos de Metallica a sus espaldas, cuando el sábado volvieron a escuchar Until It Sleeps (Load, 1996), tras 15 años sin sonar en directo. También con aquellos que esperaban temas rápidos, como Fuel (ReLoad, 1997) para estallar con pogos (celebraciones en la que los asistentes se empujan frenéticamente) en el tramo final del primer concierto, o con quienes se convirtieron en legión coreando Wherever I May Roam (The Black Album, 1991) en el último recital.
“¿Estáis vivos?”, gritaba Hetfield a los asistentes en la primera noche en el Johan Cruyff Arena. Y parecía que lo preguntaba en serio, como si en algún momento él hubiera temido que el cartón piedra recubriera el corazón del heavy metal. Para demostrar que ellos lo estaban, la formación no se permitió un momento de paz en ninguna de sus dos citas con el público holandés, más allá de los brevísimos descansos que hicieron cada cierto tiempo, en los que se esfumaban de la pasarela circular para aparecer otra vez en una nueva disposición, con Ulrich preparado en su batería para dar de nuevo la batalla, Robert Trujillo al bajo en otra contorsión de cuádriceps sostenida, Kirk Hammett deslizándose con su peculiar balanceo hacia el siguiente solo de guitarra y Hetfield practicando el menos es más del líder que no descontrola. Cuatro energías bien diferenciadas que en el escenario a veces parecían desconectadas, sobre todo cuando la holgura de movimientos de las guitarras y el bajo dejaba a la batería algo aislada, convertida en un punto ciego de la experiencia 360º con el público.
Además de los clásicos con los que pista y grada se estremecieron de nostalgia, como The Unforgiven (The Black Album, 1991) o Master of Puppets, los repertorios de las dos noches sumaron seis temas del recién estrenado 72 Seasons. “¿Os gusta el nuevo material?”, preguntaba Hetfield el sábado, antes de que los cuatro jinetes se entregaran frenéticos a los más de siete minutos de You Must Burn! El jueves anterior, Lux AEterna, la canción con más reproducciones del disco en Spotify, ya había conquistado a los fans citados en un estadio con capacidad para 49.000 personas. “Estamos enamorados de este álbum”, confesaba el vocalista sobre su gira actual, un directo que ha reconciliado a los fans con Metallica y a Metallica con el paso del tiempo. Eso sí que es heavy.
Babelia
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