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Que la ira de Metallica caiga sobre nosotros

El nuevo trabajo del cuarteto, ‘72 Seasons’, de 77 minutos, mantiene la rabia a pesar de haberse convertido en unos hombres de mediana edad con una marca que defender

Robert Trujillo, Lars Ulrich, James Hetfield y Kirk Hammett, en una imagen actual de promoción.
Robert Trujillo, Lars Ulrich, James Hetfield y Kirk Hammett, en una imagen actual de promoción.Tim Saccenti
Carlos Marcos

En su camino hacia la redención, Metallica se ha convertido probablemente en lo que más odiaban cuando eran unos veinteañeros y empezaron a meter ruido en un garaje: tipos sobrios de mediana edad con la responsabilidad de mantener sostenible una marca, la suya. Pero para realizar este viaje inevitable en toda estrella del rock que ha perdurado, los californianos conservan algunos demonios del pasado alojados en los estuches de sus guitarras. Sus peleas internas quedaron reflejadas en ese documental excepcional llamado Some Kind Of Monster, donde plasmaron ante las cámaras las ganas que tenían de matarse los unos a los otros. La actual situación del grupo la definió recientemente el batería y fundador, Lars Ulrich, con esta frase: “Nos tenemos ahora mucho más respeto. Hay menos ‘jódete’ y más ‘vale, vamos a intentarlo como tú dices”.

En este ambiente e impulsados por bolsitas de té Earl Grey (como confirmaron a la BBC) grabaron su undécimo disco, 72 Seasons, donde lo que sí permanecen son los demonios de su letrista, James Hetfield. Un divorcio reciente y su pelea contra el alcoholismo se han sumado a esa lucha interior que siempre ha librado el guitarrista y cantante. El resultado de toda esta tormenta se refleja en una de las mejores colecciones de letras de su carrera. “Nunca digas mi nombre. / Recuerda, tú tienes la culpa. / Mantenme dentro, mantenme dentro. / Mi nombre es suicidio”, canta en la tenebrosa Screaming Suicide.

El título, 72 Seasons, se refiere a las estaciones del año que pasan hasta cumplir 18 años, edad que según el letrista “explora la crueldad de la juventud y los peligros de crecer”. Complicados los suyos, con una familia integrada en una especie de secta religiosa, con el padre alcohólico y una madre que falleció de cáncer cuando el músico contaba 16 años. Un hombre torturado este Hetfield que con la llegada de la madurez ha decidido desnudarse en los textos sin la necesidad de recurrir a muchas metáforas. Por este lado, ya tenemos cosas interesantes en 72 Seasons. Vale, musicalmente resulta un disco largo (una hora y 17 minutos), pero sobre todo por los tiempos en los que vivimos, donde la posibilidad de mantener la atención más de 30 segundos sobre algo se hace casi imposible. La duración del álbum se ha criticado desde diferentes tribunas, esas mismas que están encantadas de que el último trabajo del rapero Tyler, The Creator (y es solo un ejemplo, nada en contra de este trabajo), dure exactamente lo mismo: 77 minutos.

No, 72 Seasons no llega al nivel de Master Of Puppets, Kill ‘Em All o Ride The Lightning, pero es que ningún grupo con más de 40 años de carrera consigue igualar y mucho menos superar la obra que construyó en ese momento especial de su carrera donde se alinean los astros. 72 Seasons mantiene la intención de Hardwired… to Self-Destruct, su penúltimo trabajo (siete años cumplían sin álbum nuevo), una mirada a su pasado, un querer mantener la agresividad de unos años que nunca volverán. No son los Metallica de los ochenta, pero quedan brasas en la hoguera.

Aflora la ira, la agresividad y la mala leche en estos temas largos con la excepción de Lux Æterna, influida por sus adorados Diamond Head, de solo 3,21. ¿Está justificada la duración de You Must Burn! (7,03 minutos), 72 Seasons (7,39) o Inamorata (11,10, la más larga de su carrera)? Por qué no. Son canciones poderosas que dejan hueco para las chispas que saca Kirk Hammett de su guitarra, para rotundos ritmos pesados (guiños a Black Sabbath) o acelerados que recordarán a los primeros Metallica. No hay pasajes relajados a la vista, y mucho mejor, porque en los últimos conciertos su balada por excelencia, Nothing Else Matters, sonaba tan blandurria como Still Loving You, de (sí) Scorpions.

72 Seasons es un buen álbum: gustará a los viejos seguidores del grupo y dejará alguna canción en el repertorio fijo de las próximas giras. Con los cuatro miembros del grupo rondando los sesenta (Hammett es el primero que los ha cumplido), sería injusto pedirles más.

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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