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Un vergonzante saldo ganadero

Ovaciones para Curro Díaz y el confirmante Borja Jiménez en una aburrida tarde

Un trincherazo de Borja Jiménez al toro de su confirmación.
Un trincherazo de Borja Jiménez al toro de su confirmación.Alfredo Arévalo

Para celebrar la tradicional corrida del Domingo de Resurrección, la empresa Plaza 1, gestora de Las Ventas, supuesta primera plaza del mundo, reseñó un miserable saldo ganadero, que no sólo arruinó las (pocas) esperanzas de los aficionados, sino también las de tres toreros altamente necesitados de un importante triunfo.

Un saldo ganadero que, en principio, estaba integrado por las ganaderías de El Tajo (propiedad de José Miguel Arroyo ‘Joselito’) y Las Ramblas, pero que se acabó convirtiendo casi en una concurso de ganaderías. Ocho animales de cinco hierros diferentes saltaron al ruedo. Además de los titulares, un toro de Martín Arranz, que fue devuelto a los corrales y sustituido por un sobrero de Martín Lorca, que igualmente se marchó con los mansos para dar paso a otro sustituto de Escribano Martín.

Divisas todas ellas hermanas (o primas), marcas blancas de Juan Pedro Domecq, que, al parecer, fueron incapaces de reunir una corrida digna y completa para Madrid —porque si esto era otro “desafío ganadero”...—. El caso es que, para tan señalada fecha, al ruedo de la supuesta primera plaza del mundo saltaron unos bovinos, presumiblemente de lidia, feos como ellos solos, cornalones, pero sin un ápice de trapío.

El jabonero sucio que hizo primero, bajo y apretado de carnes, sin ser excesivamente ofensivo, fue el único de estimable estampa. Al resto había que verlos. Y si al menos hubieran embestido... Pero tampoco.

Ese primero, con el hierro de El Tajo, tuvo nobleza y buena condición, pero un escaso fondo de casta brava en sus entrañas. Lo saludó templado a la verónica el confirmante Borja Jiménez, que minutos después replicó por ajustadas chicuelinas un bello quite, también a la verónica, de su compañero José Garrido.

Ya muleta en mano, se sacó Jiménez al astado hacia fuera con un torerísimo manojo de trincherazos que supieron a gloria. Después, una tanda ligada con la diestra a la que el animal respondió por abajo con bondad. A partir de ahí, todo empezó a diluirse. Dispuesto, entregado y casi siempre bien colocado, el sevillano dejó también algunos naturales de buen trazo, pero sin la necesaria emoción del toro.

Fue a por todas de nuevo en el quinto, un zapatito cornalón de pavoroso pitón izquierdo que se dejó lo poco que tenía en los primeros tercios. Borja Jiménez porfió en demasía, aunque con enorme decoro y dignidad, ante un animalito claudicante. Merece más y mejores oportunidades.

Los otros pocos destacados momentos de la tarde llevaron la firma de Curro Díaz. Fue frente al cuarto, un mansito que acabó empleándose en la muleta del torero de Linares. A media altura y casi siempre de uno en uno, Curro brilló con la mano izquierda en naturales de corto trazo, pero indudable personalidad. De frente y a pies juntos llegó lo mejor. Tenía a la gente en el bolsillo, pero, esta vez, la espada, esa que había tumbado de una soberana estocada a su primero, se le fue a mal sitio.

José Garrido, que pareció contagiarse de la insufrible sosería de su lote y se dedicó a pegar pases acelerados y despegados, se fue como vino. Sin despeinarse.

El Tajo, Las Ramblas/Díaz, Jiménez, Garrido

Tres toros de Las Ramblas (2º, 5º y 6º), dos de El Tajo (1º y 4º) y un sobrero (3º tris) de Escribano Martín. Un saldo de feísimas hechuras, con pitones, pero sin trapío, y de escaso juego por su falta de casta. El noble 1º tuvo buena condición, pero contado fondo, mientras que el 4º tuvo algo más de movilidad y transmisión.

Curro Díaz: gran estocada (saludos); estocada que hace guardia y otra estocada contraria y caída _aviso_ (saludos).

Borja Jiménez, que confirmaba alternativa: estocada corta caída y tendida y un descabello (saludos con algunas protestas); dos pinchazos y estocada (palmas).

José Garrido: espadazo defectuoso que escupe el toro, pinchazo y estocada desprendida _aviso_ (silencio); estocada caída (silencio).

Plaza de toros de Las Ventas. Domingo de Resurrección. Menos de 1/3 de entrada (8.164 espectadores, según la empresa).


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