El Carnaval de Cádiz elige a sus primeros premios en una maratoniana final y se lanza a la calle
Cuatro agrupaciones se imponen a los más de 100 grupos que han pasado por el teatro Falla durante un mes de concurso
“En el Gran Teatro Falla de la ciudad de Cádiz, sede del IX Congreso Internacional de la Lengua Española, a las 7.05…”. No hay frase —con excepcional coletilla orgullosa al CILE que se celebra el próximo mes de marzo— que condense mejor la tensión, el alfa y el omega, del Carnaval gaditano. Cuando los miembros del jurado del Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval (COAC) se han subido al alba sobre las tablas del Teatro Falla ya no había vuelta atrás: era el momento de anunciar las cuatro agrupaciones ganadoras de esta edición, tras más de un mes de batalla de coplas de 109 grupos y de una maratoniana noche de 11 horas de final. Ahí justo ha estado el colofón, pero también el inicio de una fiesta que, con ojeras, ya se pinta dos coloretes para salir a la calle con nueve días por delante.
La chirigota Vamo a escuchá (chirigota callejera), la comparsa La ciudad invisible, el cuartero Escuela taller de gladiadores de El Pópulo y el coro Los Martínez son las que este año se han alzado con el primer premio en sus respectivas modalidades de agrupación. Domingo Acedo, secretario del jurado de este año, ha sido el responsable de despejar la mayor incógnita del Carnaval 2023. Con sus palabras —pronunciadas a las 7.15— se ha puesto fin a una final intensa y reñida donde todo Cádiz parece caber en un teatro de apenas 1.100 localidades —con políticos locales disfrazados y famoseo incluido— que ha vibrado de principio a fin con el humor mordaz, la reivindicación, el repaso a la actualidad nacional e incluso el homenaje póstumo que se ha entreverado en las letras de las 13 agrupaciones que se enfrentaban por los codiciados primeros premios.
Los dos mundos del Carnaval, el de la calle y el del teatro, se han dado la mano este año en la chirigota ganadora, de Chiclana y con la dirección de Antonio Molina Morales. Vamo a escuchá (chirigota callejera) apostó por el humor más borde y gamberro con la interpretación de seis cuplés cortos, en lugar de dos como suele ser habitual en las agrupaciones que pasan por el COAC. El puesto ganador se lo disputaban con otros tres grupos, Los viñanos (la única de Cádiz capital), To me pasa a mí, los desgraciaítos y Los mi alma. Menos expectación despertó el puesto del cuarteto Escuela taller de gladiadores de El Pópulo, único de esta modalidad que llegó a la final y que además se alzó con el premio de la Aguja de Oro al mejor tipo (disfraz).
La comparsa de Antonio Martínez Ares se disputaba el primer premio con El embrujo de Cádiz y Cádiz de mi alma —dos grupos que demostraron que la savia nueva en esta modalidad pisa fuerte— y Los esclavos. Pero La ciudad invisible de Martínez Ares —con su espectacular tipo de hombres del subsuelo evolucionado de su caracterización anterior— se impuso con un repertorio en el que no han dudado en golpear con dureza contra la turistificación de Cádiz y los ancianos muertos en las residencias de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. La actuación acabó con una enigmática despedida del autor que dejó llenos de dudas a sus fans más irredentos sobre si el año que viene regresará.
El coro Los Martínez regaló el momento más emotivo de la noche, antes de alzarse con el primer premio. El grupo homenajeó a Julio Pardo, autor con más primeros premios en la fiesta y fallecido sorpresivamente hace justo una semana. Fue una actuación de altura que se disputó el primer premio con otros tres coros —El día de mañana, La Voz y Los negros— que no lo pusieron fácil con actuaciones que incluso bajaron al patio de butacas al más puro estilo musical, como fue el caso de La Voz.
La final —la última de José María González Kichi como alcalde, que anoche acudió disfrazado de Cervantes por el CILE— ha sido el epílogo de un mes de concurso, lleno de momentazos, buenas letras y algún que otro debate. En las letras de las 109 actuaciones que han pasado por el Falla se han cargado las tintas, con humor y reivindicación, contra el Gobierno, el rey Juan Carlos I, su nieto Frolián o el nuevo rey de Inglaterra. También a favor de la mujer y en contra de debates en torno a la Ley del Aborto que recortan derechos de las mujeres. Esta copla provocó, por cierto, que la nueva Macarena Olona se cayese del caballo, la alabase y abrazase con fe de conversa al Carnaval de Cádiz en sus redes sociales.
Quizás fuese también porque el enemigo de mi enemigo es mi amigo y el Carnaval lleva regalándole fuertes diatribas a Vox desde que el partido comenzó su andadura. Sin embargo, una de las mejores letras contra el partido de ultraderecha ha sido la que este COAC se cantó desde el Paraíso del teatro. Juani, aficionada a la fiesta e integrante de chirigotas callejeras, se hizo viral después de que cantase ante uno de los reporteros de Onda Cádiz una borde y divertida letra en la que glosaba sobre su órgano reproductor para terminar por encomiar a los de Vox a que “se lo comieran”. A ese momentazo se han sumado otros como el ácido debate suscitado por Martínez Ares con su letra contra la Macarena por la exhumación del general golpista Gonzalo Queipo de Llano, con indignación de cofrades sevillanos incluidos. También ha dado que hablar —en una controversia tan antigua como el COAC— la excesiva duración de las sesiones de semifinales y cuartos de final que llevan a más de uno a clamar por una nueva reforma en el concurso.
Todos esos dimes y diretes quedan ahora atrás con el segundo ciclo del Carnaval, ese que sale a la calle para generar nuevas vivencias, debates y golpes de humor. Las mismas agrupaciones que anoche batallaron por el codiciado primer premio se igualan ahora con esas ilegales o callejeras que, desde un portal o escalinata, hacen ver su valía. Habrá que ver a qué y quién le cantan ellos en el deseado regreso de un Carnaval sin restricciones pandémicas, ni cambios de fecha derivados. En la ciudad de Cádiz, sede del IX del CILE, a las 7.05 de esta mañana explotó la fiesta entrópica y libre de la ciudad.
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