Paco Bezerra, dramaturgo censurado: “La mejor manera de combatir el fascismo es con la cultura”
El creador reflexiona sobre la censura que ha sufrido su obra ‘Muero porque no muero’, sobre Teresa de Jesús. “La libertad de creación está amenazada”, sostiene
Los últimos seis meses, con sus días y sus noches, Paco Bezerra ha estado atrapado por Santa Teresa de Jesús en una lucha tenaz contra la censura sufrida por su obra Muero porque no muero (La vida doble de Teresa). La decisión de la Comunidad de Madrid, presidida por el Partido Popular, de retirar de la programación diseñada por la directora artística de los Teatros del Canal, Blanca Li, el texto en el que el dramaturgo, premio Nacional de Literatura Dramática, traslada a la santa al Madrid de hoy, le ha sumido en una vorágine de la que todavía no ha salido. Teresa de Jesús, dice, le ha hecho perder el miedo, a él, un hombre temeroso de siempre. Todas sus obras anteriores, diez, han sido estrenadas. “He sido fiel a mi corazón”, asegura Bezerra (Almería, 44 años) en una entrevista realizada el pasado miércoles en Madrid —el mismo día en el que se hacía público un manifiesto firmado por cerca de 200 personas, como Pedro Almodóvar, Javier Bardem, Andrés Lima, Aitana Sánchez-Gijón o Álex Rigola—, en el que se denuncia la injerencia política y la censura del arte en la Comunidad de Madrid.
Pregunta. ¿Cómo se encuentra tras este medio año de batallar contra la decisión de la Comunidad de Madrid?
Respuesta. No pienso mucho en ello. Por un lado, me siento desgastado por la violencia con la que me han tratado, por la nula empatía y la ausencia de diálogo por parte de Blanca Li y Marta Rivera de la Cruz [consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid], de las que no he recibido ni una sola llamada en estos seis meses. Pero, personalmente estoy muy bien, he hecho lo que dictaba mi corazón. Sentía miedo por el riesgo que supone exponerte de esta manera. De hecho, las represalias son evidentes. Pero duermo bien, tengo la conciencia muy tranquila y pienso que todo lo que he hecho va a ser a la larga positivo.
P. ¿A qué represalias se refiere?
R. A la expulsión que sufrí en el Festival Eñe porque estaba programado en una biblioteca dependiente de la Comunidad de Madrid, a que ningún teatro, ni público ni privado, me haya llamado para interesarse por la obra, a pesar de que mucha gente piensa que es un caramelo. Las represalias vienen también de esta violencia con la que me están tratando, como Blanca Li, que me acaba de tachar de mentiroso y acosador.
P. Los primeros meses fueron una lucha prácticamente en solitario, usted y las redes sociales ¿Cómo fueron?
R. Yo estaba en Lille, en el norte de Francia, cuando en el mes de julio recibí la llamada de Blanca Li anunciándome la retirada de Muero porque no muero, y allí estuve todo el verano. Me encontré muy solo y toda mi campaña la empecé con el móvil.
P. ¿El mundo del teatro tardó en solidarizarse con usted?
R. En cierta medida lo entiendo. Para tener un criterio y juzgar algo, uno ha de formarse y tener todas las piezas del puzzle, pero no fue posible porque Blanca Li no abría la boca. Solo tenían mi versión. Al final, la ausencia absoluta de explicaciones hizo que mi versión tuviera cada vez más verosimilitud. Quien calla durante tiempo es porque tiene algo que ocultar o no tiene una razón con la que desmentir mis denuncias.
El enjuiciamiento de la extrema derecha contra mi persona se podía comparar con el que sufrió la propia Teresa por parte de la Inquisición
P. ¿Hay miedo en el mundo del teatro?
R. Mucho. En cierta medida, también lo entiendo, es un trabajo muy precario, a todo el mundo le cuesta mucho salir adelante. Los apoyos han venido más de fuera del teatro, de gente que no me conoce y no de personas cercanas con las que he compartido cientos de horas. Hay miedo en el teatro y más en Madrid.
P. Representantes del mundo de la cultura y el arte, como Almodóvar, Alfredo Sanzol, Luis García Montero acudieron a la lectura pública de la obra, que protagonizaron cinco actrices, Ana Belén, Aitana Sánchez-Gijón, Nathalie Poza, Gloria Muñoz y Julieta Serrano. ¿Cómo vivió ese día?
R. Con nervios. Por encima de un acontecimiento polémico con esa carga política y con tanta expectación, yo mostraba por primera vez mi obra al público. Habíamos ensayado muy poco y no sabía si el texto iba a funcionar bien. También tuve una gran sensación de responsabilidad ante todas esas personas desconocidas que acudieron en mi apoyo. Lo intenté despersonalizar, pienso que la mayoría del público que acudió no fue para solidarizarse conmigo, sino para denunciar la censura y la injerencia política que se había cometido con un texto.
P. Cerca de 200 personas acaban de hacer público un manifiesto denunciando precisamente esa injerencia política. ¿Le ha sorprendido la ausencia de responsables de teatros públicos?
R. Estoy un poco perplejo ante la discreción, por llamarlo de alguna manera, de muchos responsables de teatros públicos, sobre todo de Madrid, que se han puesto de perfil. Es evidente y más después de ver la decisión reciente del Tribunal Constitucional, que el fascismo está cada vez más presente. Hay muchos compañeros que parecen no querer verlo. Es peligroso ponerse de perfil ante el horror que supone la entrada del fascismo con tanto desparpajo. Siempre hemos sabido que la manera más eficaz de combatir el fascismo es con la cultura, pero si quienes han de liderar esa revolución cultural se ponen de perfil, ¿qué pasará?
P. Su comparecencia en la comisión de la Asamblea de Madrid, a petición de Mas Madrid, se convirtió en el tema más comentado (trending topic) en las redes sociales. ¿Se lo esperaba?
R. Para nada. Me sorprendo cuando me veo a mí mismo en esos vídeos, sobre todo en la segunda parte de la comparecencia, en la que no llevaba nada preparado. Me veía como poseído por una fuerza externa. Me fui a Londres nada más terminar y cuando volví, dos días más tarde, me sorprendió que me reconocieran por la calle, en el metro o en el avión. Un montón de personas se vieron representadas en mis palabras y que las suscribieron. Sería muy bueno que los ciudadanos de la calle acudieran con más frecuencia a las instituciones públicas a hablar y mostrar sus opiniones, que hubiera una representación real del pulso de la ciudadanía.
P. Los ataques a su obra sobre Teresa de Jesús por parte de la derecha, del Partido Popular y concretamente de Vox, han sido feroces, calificándola de “dañina y esperpéntica”. ¿Qué le sugieren?
R. Un absoluto desprecio por la cultura e ignorancia. No se han leído la obra, pero dan su opinión y hacen daño. Da mucha pena ver que en esos sillones institucionales tan importantes hay gente tan iletrada e indocumentada. Si siguiera vigente el índice de libros prohibidos por la Santa Inquisición en tiempos de Santa Teresa —que llegó hasta el franquismo, cuatrocientos años después—, estos señores hubieran metido mi libro en ese índice. Pero lo peor es que lo hubieran hecho sin leerlo.
P. En la comparecencia se habló de la libertad de creación. ¿Cree que está amenazada?
R. Absolutamente sí. El peligro es el miedo que se implanta en la gente a la hora de escribir. El creador sabe que no puede pasar ciertas líneas y se autocensura para que su obra se pueda estrenar.
P. Blanca Li ha roto el otro día su silencio en público y lo ha hecho negando la censura y acusándole de acoso ¿Qué tiene que decir a ello?
R. Es curioso que me acuse de insultarla, al tiempo que me llama acosador, inexperto y manipulador. La que está insultando es ella. Por más que repaso lo que he escrito, no encuentro que la haya insultado en ningún momento. Creo que está mal asesorada, porque con estos ataques hacia mi persona queda en muy mal lugar como directora de una institución pública, que cobra 170.000 euros al año. Yo lo que he hecho es protestar y la protesta es legítima. Creo que lo que pretenden desde la Comunidad es que me ataque a mí para que se tenga la impresión de que es algo personal entre ella y yo y así desviar el asunto. Además, es inconcebible que a una directora artística de un teatro público en Madrid se la permita residir en París. Le subieron el sueldo 40.000 euros en comparación con la responsable anterior, además de darle ayudas para la vivienda y desplazamientos. Todo esto se hizo público en la Asamblea de Madrid, donde se glosó el sueldo de Li.
Estoy un poco perplejo ante la discreción, por llamarlo de alguna manera, de muchos responsables de teatros públicos, sobre todo de Madrid, que se han puesto de perfil
P. De vuelta a Teresa de Jesús ¿Qué siente que le ha aportado como persona y como creador?
R. Teresa de Jesús me ha hecho el mejor regalo posible. Yo era una persona bastante temerosa y Teresa de Jesús me ha hecho perder los miedos. Ya lo dijo la propia Teresa: “El miedo es el demonio”. No quiero tener delirios místicos, pero ella fue una mujer atacada y perseguida en su tiempo por sus ideas, que es lo mismo que me está pasando a mí. El enjuiciamiento de la extrema derecha contra mi persona se podía comparar con el que sufrió la propia Teresa por parte de la Inquisición.
P. ¿Por qué cree, como ha venido denunciado estos meses, que la derecha se ha apropiado de una figura como ella?
R. Por venganza, un auténtico ajuste de cuentas. Lo que no pudieron hacer con ella en vida, lo han hecho después de muerta. La han convertido en todo lo contrario a lo que ella fue en vida. Hay que tener mala leche para nombrar patrona de la Sección Femenina a alguien que abominaba el matrimonio y que se pronunció en contra de las labores impuestas a las mujeres de entonces, entre ovillos y alfileres. Es como si hacen a John Lennon patrón de la Legión o de los marines, y los pusieran a cantar a todos Imagine antes de disparar el fusil. Tengo la sensación de que todo esto es como una orquestación divina y que es la propia Teresa la que me ha utilizado, porque ella quería poner los puntos sobre las íes y yo me he convertido en la persona elegida para ir en contra de los mismos fascistas que la persiguieron. En su caso fue la Inquisición y ahora es el PP de Madrid y Vox.
P. ¿Cómo ve su futuro tras toda esta polémica?
R. Teresa está de mi lado y todo va a salir bien.
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