Un videojuego para ser marmolista del Imperio Romano
La Universidad de Navarra, con fondos de la Unión Europea, desarrolla la primera aventura digital en 3D que reconstruye el yacimiento de Los Bañales, en Zaragoza, y enseña a tallar inscripciones en sus monumentos
Al pie de la vía Caesaraugusta-Pompelo, en una zona elevada y a medio camino entre el Pirineo y el Ebro, se levantaba en el siglo I una orgullosa ciudad romana de unas 24 hectáreas. El viajero que transitaba por el gran camino empedrado que unía las actuales Pamplona y Zaragoza podía distinguir en lontananza el resplandor de las múltiples esculturas ecuestres de bronce que cubrían el céntrico foro urbano, incluida la principal, la dedicada al emperador Tiberio. Ese municipio romano, hoy en día el yacimiento de Los Bañales (Comarca de las Cinco Villas, Zaragoza), desapareció inexplicablemente a principios del siglo III antes de la caída del imperio y de las grandes invasiones bárbaras. Ahora, un videojuego con guion de diversas universidades europeas, incluida la de Navarra, y la financiación de la Unión Europea permite pasear por sus calles, admirar sus edificios, charlar con sus habitantes y recuperar las inscripciones que jalonaban los pedestales, las vías y sus impresionantes espacios públicos.
El proyecto europeo Valete vos viatores: travelling through Latin inscriptions across the Roman Empire (Hasta luego, viajeros: viajando a través de las inscripciones latinas por el Imperio Romano) tiene como objeto acercar la cultura de Roma a los jóvenes mediante el empleo de las nuevas herramientas digitales. La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, junto con las universidades de Coimbra (Portugal), Sapienza de Roma, Burdeos (Francia) y el Museo Nazionale Romano, ha participado en este proyecto que reconstruye, además de Los Bañales, varios yacimientos del occidente romano. El videojuego en 3D ha sido producido por The Longest Road, un prestigioso estudio independiente.
El jugador se convierte así en un artesano grabador de inscripciones (scriptor) que viaja desde Roma hasta Lusitania. En su trayecto recala en Los Bañales en los años treinta del siglo I, justo cuando se están tallando las leyendas de homenaje a Tiberio promovidas por el militar Q. Sempronio Vítulo y que fueron localizadas en la campaña de excavaciones de 2015. El personaje visitará de esta manera la ciudad, incluido el foro, las canteras y la officina lapidaria, donde se grababan las inscripciones. El videojuego se puede descargar desde la plataforma STEAM.
Esta ciudad nació como oppidum vascón (asentamiento elevado y fortificado) entre los siglos VI y V a. C., pero no fue hasta finales del I a. C. ―coincidiendo con la fundación de la cercana Caesaraugusta (15-14 a. C.)― cuando recibió su gran impulso constructivo. Vivió su esplendor en las épocas Julio Claudia y Flavia (siglo I), pero sufrió, según muestran las investigaciones, una fuerte crisis en el siglo II y se abandonó definitivamente en el III, antes de las invasiones bárbaras. La causa de su desaparición no está clara, aunque se sospecha que pudo deberse a la dificultad económica de mantener tan lujoso enclave y a su proximidad con la gran Caesaraugusta.
La primera noticia que se tiene de sus ruinas la ofreció el viajero portugués Juan Bautista Labaña en 1610. Pero no fue hasta los años cuarenta del siglo pasado cuando José Galiay Sarañana emprendió las primeras excavaciones, que continuó 30 años después Antonio Beltrán Martínez. Desde 2009, Javier Andreu Pintado, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Navarra y director del Diploma de Arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras, ha tomado el relevo.
¿Y qué se muestra actualmente de aquella ciudad? Ocho décadas de investigaciones han permitido recuperar y hacer visitable su espectacular foro ―de “majestuosidad imponente”, según Andreu―; unas termas reconstruidas en parte; su acueducto ―de 350 metros y del que perviven 38 pilares―; un barrio artesanal y residencial, además de diversas calles de la población. Pero los arqueólogos no han localizado solo estructuras urbanas, sino también un amplio material que pasa por pedestales ecuestres ―arrojados dentro de la basílica tras la destrucción de la ciudad―, esculturas, cerámicas, estelas funerarias, miliarios, amuletos ―uno de ellos un pequeño falo de oro―, sarcófagos, inscripciones... Es tanto el material recuperado que una parte se expone en un museo virtual, donde el visitante puede admirar lo más representativo en 3D y con explicaciones detalladas. De todas formas, y a pesar de haber hallado tal cantidad de objetos, los especialistas no han encontrado aún ninguna inscripción que mencione el nombre de aquel municipio de unos 2.500 habitantes, aunque barajan que se denominase Tarraca, un asentamiento vascón citado por el geógrafo griego Ptolomeo.
Desde 2017, tras haber acabado la excavación del foro y el área artesanal o barrio de las termas, los expertos de la Universidad de Navarra centran sus esfuerzos en la barriada más septentrional. Andreu lo explica así: “Este barrio era un gran escaparate frente al valle del río Riquel y, por tanto, el espacio que constituyó, entre encinas, esparto, vides, trigales y olivares, fue el pulmón económico de la ciudad”. Aquí se ha encontrado un gran decumanus (calle empedrada orientada este-oeste) con pasos elevados para peatones y un cardo (calle norte-sur). Y este verano se ha excavado el decumanus que sirvió de camino de entrada a los viajeros que transcurrían por la vía Caesaraugusta-Pompelo y que se veían atraídos por la ciudad de estatuas ecuestres de bronce. El mes pasado también se desenterró un peristilo de ocho columnas perteneciente a un edificio del que todavía se desconoce su utilidad, aunque se sospecha que formaba parte de “un ámbito de representación y ostentación de control de mercancías”.
Entre el 22 y 24 de este septiembre, el Centro de Estudios de las Cinco Villas celebra el encuentro Pecunia comunis. Recursos económicos y sostenibilidad de las pequeñas ciudades romanas. A las jornadas asisten los mejores expertos de las universidades de Los Ángeles (Estados Unidos), Barcelona, Navarra, Pau et des Pays de l’Adour (Francia), Burdeos, Oxford (Reino Unido), Cádiz, Zaragoza, Liverpool (Reino Unido), Sevilla y Coimbra (Portugal). Entre todos intentarán aclarar por qué desapareció inexplicablemente este municipio romano, que ahora solo se puede reconstruir en su totalidad en un divertido y educativo videojuego de 3D.
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