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Manuel Diosleguarde sufre una muy grave cornada de 25 centímetros que le rompe la arteria femoral

El diestro salmantino fue prendido en la suerte suprema por un toro de Cebada Gado en la plaza segoviana de Cuéllar

Una imagen del torero Manuel Diosleguarde.
Una imagen del torero Manuel Diosleguarde.Plaza 1
El País

El torero salmantino Manuel Diosleguarde sufrió ayer una muy grave cogida en la plaza segoviana de Cuéllar que le rompió la arteria y vena femoral y le produjo grandes destrozos en la pierna derecha, según han confirmado a la familia los médicos que durante la madrugada pasada lo han intervenido durante seis horas en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Diosleguarde, de 23 años, fue prendido por el sexto toro a la hora de entrar a matar. El torero se tiró muy recto y el animal le metió el pitón por el muslo, dejándolo suspendido en el aire durante unos segundos de verdadera angustia.

Fue intervenido en la enfermería de la plaza de una herida de 25 cms. en el muslo derecho con afectación de la safena y la femoral. El parte médico tras esta primera operación en la misma plaza de Cuéllar, reza lo siguiente: “Cornada en cara interna del muslo derecho de 25 cms. con trayectoria descendente y posterior por debajo de triangulo de Scarpa con extensa afectación del vasto interno del cuádriceps y sangrado de safena y de ramas de la femoral superficial. Se procede a clampaje de la femoral y a la sutura de la safena interna, para ser trasladado intubado y sedado, aunque hemodinámicamente estable, al hospital clínico de Valladolid”.

A ese sexto toro, carbonero de capa y aleonado, de estampa antigua, Diosleguarde le planteó la faena en los medios. El toro, que humillaba, tenía franqueza y recorrido por ambos pitones, permitió al salmantino firmar una importante faena tanto al natural como en una tanda sobre la diestra. Cortó de repente la faena, se fue a por la espada de matar, siendo silbado por el público, ante lo cual continuó toreando, pues el animal aún tenía embestidas en su depósito de bravura. Se tiró a matar muy de verdad siendo corneado en el muslo derecho. Su cuadrilla paseó las dos orejas.

Manuel Diosleguarde no volvió la cara en el tercero, un toro encastado y muy exigente, que cobró dos severos puyazos y le cortó otro trofeo. Se le venía siempre por dentro, nada fácil la prueba, pero el salmantino hizo un esfuerzo importante. Se fue tras la espada enterrando el estoque hasta las cintas.

Diosleguarde estuvo acompañado por Morenito de Aranda que no terminó de apostar con el primero, un cebada bravo y noble, con recorrido en la embestida, y lo intentó por ambos pitones en una labor de porfía en el otro. Fue silenciado en su primero y ovacionado en el otro. Pepe Moral firmó en su primer turno un trasteo voluntarioso pero falto de confianza, y dio la vuelta al ruedo. En el quinto, que había empujado con fijeza en el peto y resultó encastado en el último tercio, Moral fue silenciado.

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