Desnudo, retrato, moda: lo mejor de Helmut Newton en una exposición de sus fotos más icónicas en Barcelona
La galería FotoNostrum exhibe la colección ‘Private property’, compuesta por 45 obras perteneciente a la fundación del fotógrafo
Sie Kommen, vienen. El título de la célebre y revolucionaria fotografía de Helmut Newton de las cuatro modelos desnudas avanzando impávidas y seguras de sí mismas hacia la cámara serviría para toda la exposición Private Property, que se inaugura el sábado en la galería barcelonesa FotoNostrum (Diputació, 48, hasta el 3 de julio). Son, las que vienen a Barcelona, las fotos más icónicas de Newton (Berlín, 1920-Los Ángeles, 2004), con toda su potencia y su capacidad de provocar intensas reacciones y emociones. Se trata de una colección que compuso él mismo seleccionando 45 de sus originales (todos en blanco y negro) y que se presenta en la capital catalana en la que constituye, destacan los responsables de la sala, la primera muestra del autor en la ciudad.
Todas las fotos, realizadas entre 1972 y 1986, resultan tan impactantes como la de las cuatro modelos (¿bromeó Helmunt Newton con el título del famoso libro Sie Kommen! del excombatiente del Afrika Korps Paul Carell sobre la visión alemana del desembarco de Normandía?). De esa foto se ha hecho además una reproducción a gran tamaño que recibe al visitante sobre su cabeza junto a la otra parte de lo que era un díptico: una segunda foto en la que aparecen las mismas modelos en la misma posición, pero vestidas.
“La fotografía es siempre una forma de seducción”, puede leerse en una de las paredes de la galería sobre las que se han dispuesto frases del fotógrafo, citas para acercarse a la mentalidad del autor. “Fotografío lo que me atrae”, “Me gustan las mujeres peligrosas, quizá no para estar conmigo sino en mis fotos”. También dijo que sus fotografías de mujeres desnudas nunca dejaban de ser fotos de moda, “son fotos de moda sin ropa”, zanjó.
Entre las fotografías de la exposición, con despliegue de voyeurismo, exhibicionismo, glamur, surrealismo e ironía (sin olvidar el erotismo), la de la modelo sujetándose los senos ante la tumba de Talma en el cementerio parisino de Père Lachaise sugiriendo el gesto de la escultura yacente del actor que sostiene una máscara; la de la mujer en abrigo de pieles ajustándose el liguero entre estatuas; la de la modelo Jenny Kapitan desnuda, con una pierna enyesada y collarín junto a un lecho bajo un cuadro de un tritón y una nereida de Bocklin, en la pensión Dorian de Berlin; o Winnie at the Negresco, con una mujer sobre la balaustrada de un balcón, puesta mirando a Niza, con el trasero desnudo en pompa hacia el observador. Misterio, sueños, deseo.
Muchos retratos: Natassia Kinski amamantando a una muñeca que reproduce a Marlene Dietrich, Karl Lagerfeld con monóculo, Elsa Peretti (tan vinculada a Barcelona, por el teatro Akademia) en Nueva York en 1975 vestida de conejito de Play Boy, David Hockney en una piscina (dónde si no) , Paloma Picasso, Sigourney Weaver -pure Ripley- con un cuerpo de tul transparente, David Bowie con gafas, Veruschka tapándose apenas el pubis, Charlotte Rampling mirando con belleza displicente a la cámara en Saint Tropez en 1967, Andy Warhol, Raquel Welch con un bañador imposible y un perro en Beverly Hills en 1981…
El comisario de la exposición, Matthias Harder, director de la Fundación Hemut Newton (Berlín), ha destacado durante una visita a la muestra una imagen de lo que parece una escena del rodaje de una película y que es en realidad un momento de la sesión de fotos de joyas. “Siempre hacía algo diferente de lo que se esperaba, creaba escenas y dejaba abierta la interpretación, ‘el espectador decide lo que ve’, decía”, ha apuntado Harder, que ha señalado otra foto “muy icónica” y reveladora, Self portrait with wife and models, que ha sido comparada con Las meninas, nada menos, y en la que Newton aparece reflejado en un espejo con una gabardina (el anuncio era para Burberry’s en el Vogue italiano) fotografiando a una modelo desnuda mientras observa la escena en una silla de director la esposa del fotógrafo, June Browne. También ha considerado muy relevante el comisario la de la mujer con las piernas abiertas mirando con evidente deseo a un hombre con el torso desnudo (un cambio notable de perspectiva).
Harder, acompañado por el director de la sala, Julio Hirsch-Hardy, ha explicado que la fundación Newton, en el edificio de un antiguo cuartel prusiano en Berlín, abrió seis meses antes de la muerte del fotógrafo (que sufrió un infarto al volante de su Cadillac en Hollywood). Ha repasado la biografía del artista, nacido Helmut Neustädter, miembro de una rica familia judía que vivió “los años felices de la Alemania de Weimar” ―una influencia perceptible en las fotos de Helmut Newton: cabaré, ecos del mundo de Kurt Weill, del tachado como arte degenerado― y hubo de emigrar con el nazismo. Ha explicado que la primera maestra de Newton fue la fotógrafa Iva, famosa en el Berlín de los años 20 por sus fotos de desnudos y de moda y que murió en el campo de exterminio de Majdanek.
El joven Newton escapó de Alemania en 1938 y recaló en Singapur, de donde pasó a Australia donde vivió 17 años y abrió un estudio de fotografía en Melburne. Allí conoció a June, actriz y fotógrafa, y se casó con ella. En 1956 volvió a Europa y trabajó en Londres para el Vogue británico. Un año después se fue a vivir a París y trabajó para las distintas ediciones de la revista, así como para otras. Al principio no hacía desnudos. Trabajó con diseñadores como Pierre Cardin o Courrèges logrando una simbiosis perfecta con ellos en sus imágenes. En los setentas desarrolló el estilo que hizo inequívocas sus fotos. “Logró convencer a las modelos de que hicieran lo que él quería y a las revistas de que publicaran las fotos”, ha reflexionado el comisario, que ha sintetizado lo que se ve en la exposición: “Retratos, desnudo, moda”. Newton también fotografió paisajes, “pero a nadie le interesan”, bromeaba. A partir de 1981 se instaló en Montecarlo. Fue nombrado caballero de las artes y letras por Jack Lang y recibió numerosos premios. Nunca tuvo cámara digital ni usó Photoshop.
La exposición, para la que se ha reeditado como catálogo el librito de 1989 de la colección Private property, se complementa con carteles y pósteres de otras muestras del fotógrafo y páginas de su trabajo en revistas (con algunas fotos en color). Preguntado por si no tendría problemas Newton hoy con el movimiento Me Too o el feminismo, ha dicho el comisario que Helmut Newton “se consideraba feminista” y “amaba a las mujeres”. Ha señalado que en muchos de sus trabajos más famosos dejó actuar a las modelos por ellas mismas. “En sus sesiones daba total libertad a las mujeres, era un avanzado de la liberación femenina, no hay misoginia alguna en Newton, ni cosificación de la mujer”. De una foto para Hermès que resultó especialmente polémica, la de una modelo a cuatro patas sobre una cama y portando a la espalda una silla de montar (está en la exposición), ha dicho que fue resultado de una sesión muy lúdica, del juego de las modelos. “Había mucha diversión y risas en sus sesiones”.
La exposición de Newton en FotoNostrum, galería privada dedicada “a la difusión, exhibición y promoción de la obra de grandes referentes de la fotografía, así como de fotógrafos emergentes”, se combina en la planta sótano con la muestra paralela de cinco fotógrafos en torno al erotismo femenino (Paul Giggle, Renée Jacobs, John Wright, Iness Rychlik y Nico Hardy). Tras la exposición actual, FotoNostrum, que se ha abierto con una exhibición de fotos de Steve McCurry, ha programado otra de Richard Avedon, nada menos.
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