‘El buen patrón’ manda en la ceremonia de los Premios Goya 2022
La sátira de Fernando León suma seis estatuillas, entre ellas película, dirección, guion original y actor protagonista. ‘Las leyes de la frontera’ se lleva cinco y ‘Maixabel’ y ‘Mediterráneo’ tres en una gala deslucida y sin ritmo
No fue el gran patrón de los Goya 2022, pero sí un buen patrón. Fernando León llevaba, desde el día de las nominaciones, advirtiendo de que salir con 20 nominaciones, en 17 categorías, le adjudicaba un papel de favorito que a él no le gustaba. “Las películas no se pueden medir como si fueran marcas en los Juegos Olímpicos”, decía, así que seguramente el resultado le habrá dejado tranquilo. El buen patrón, su sátira laboral, ganó seis premios. Para Fernando León fue su tercer Goya como director —empatando con Pedro Almodóvar, cuyas Madres paralelas se fueron de vacío—, además de otro por dirección novel, y el noveno en total (como director, guionista y productor). Una película que gira en torno a conseguir un premio empresarial se llevó los mejores galardones cinematográficos. Una sátira sobre las balanzas encontró el equilibrio en un palmarés repartido.
El otro hombre feliz, desde que pisó la alfombra roja con sus amigos y su esposa, fue Javier Bardem, que recibió el premio al de mejor actor. Desde el escenario le dijo a su amigo Fernando León: “Gracias por escribir un personaje tan rico en matices, en complejidades, tan divertido. Los viajes que hacemos juntos siempre son inspiradores y divertidos, te quiero mucho”.
También tuvo un recuerdo para su esposa, Penélope Cruz: “La mujer que amo, respeto, admiro y celebro todos los días. Te quiero mucho”. Ambos son candidatos al Oscar, junto al músico Alberto Iglesias y el animador Alberto Mielgo, un acontecimiento que se festejó en diversos momentos de las tres horas y cuarto de la larga ceremonia, en los que El buen patrón se llevó mejor película, dirección, guion original, montaje, música y actor protagonista.
A Icíar Bollaín también se la vio feliz con sus tres premios. De su Maixabel salió revalorizada su labor como directora de intérpretes: Blanca Portillo, como actriz protagonista; María Cerezuela, como actriz revelación, y Urko Olazabal, como secundario. Ha sido una película realizada con tanto cariño como dificultades, las que aprietan las costuras de las producciones del cine español. A cambio ha llevado muy lejos la figura de Maixabel Lasa, la viuda de Juan María Jáuregui. “Ella ha hecho de este mundo un sitio mejor”, dijo Portillo, con el galardón en la mano, durante los agradecimientos.
Se presentaban como los Goyas más falleros, y acabó siendo una gala sin ritmo, ni gamberra ni petarda. Lo que revaloriza aún más el esfuerzo del año pasado de Antonio Banderas en la edición del zoom de Málaga, que en 2021 encaró la distancia social con centenares de videollamadas. Y que entendió que hay premios, pero que hay programa de televisión. Tampoco hubo gran recuerdo a Luis García Berlanga, y eso que los Goya viajaron a Valencia en su honor. Y el necesario, imperioso apoyo a las cineastas afganas entró demasiado tarde, a las tres horas de gala. En un vídeo, Berlanga se definió como contradictorio. En eso la ceremonia le siguió a pies juntillas.
Poco aportaron los números musicales. Rosalía y James Rhodes elevaron el nivel hace tres años, complicando las actuaciones de las siguientes ediciones. Después de un arranque musical multitudinario, de esos que la Academia de cine español nunca ha sabido convertir en un espectáculo goyil, el dúo de C. Tangana y Rita Payés resultó frío: más emocionante fue escuchar de nuevo a Joaquín Sabina entonar Tan joven y tan viejo, y Luz Casal acompañó a los retratos de los fallecidos con Negra sombra con fuerza. Fue de menos a más, aunque sin sorprender.
Sí hubo sorpresas, como los cinco premios Goya para Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón, entre ellos el de guion adaptado, que se basa en la novela de Javier Cercas que recrea la Girona más quinqui de la Transición. Además, sumó el de Chechu Salgado por actor revelación, maquillaje y peluquería, dirección artística y diseño de vestuario.
Mediterráneo, de Marcel Barrena, que parecía otra invitada de piedra al convite, obtuvo otros tres: canción, dirección de producción y dirección de fotografía, este para Kiko de la Rica. Esta categoría llevaba 17 años sin repetir ganador, un hecho realmente sorprendente, hasta que De la Rica, que lo obtuvo en 2013 por Blancanieves, ha vuelto a por uno.
Para Libertad, de Clara Roquet, quedaron los galardones a mejor actriz secundaria (Nora Navas) y a mejor dirección novel. En los últimos cinco años han ganado cinco realizadoras, y entre ellas se han ido pasando un amuleto que les va prologando la racha de suerte, obviamente sustentada en el talento. Roquet recordó que ella ha podido hacer un filme sobre el choque de clases sociales porque procedía de familia pudiente. “Ojalá el cine del futuro tenga un punto de vista más abierto”. Un subrayado necesario, ahora que están afinándose en su trámite parlamentario las leyes del audiovisual y del cine.
A Jonás Trueba le tocó subir a recoger el Goya a mejor documental por su Quién lo impide, justo después del In Memoriam. Solo tenía una candidatura para un largometraje que merecía mucho más. Con él en la mano, habló de las siguientes generaciones, de los adolescentes que ha retratado dejándoles a ellos mover el espejo, decidir en gran parte qué imagen daban de sí mismos.
Al final, de esta ceremonia quedará el recuerdo de los dos premios de Honor. El Goya Internacional, para Cate Blanchett, que confesó que solo sabía decir en español “gracias, gracias”, y que recordó que en el instituto vio cine de Luis Buñuel. “Eso cambió cómo veía el mundo. Desde entonces me atrae el lenguaje visual del cine español”. Pero poco más. Ahora trabajará con Almodóvar, que le dio el galardón junto a Penélope Cruz, en Manual para mujeres de la limpieza. “Se dice que cuando trabajas con las manos eres un artesano, pero el cerebro también forma parte de esa artesanía. Y si combinas cerebro y manos y corazón eres una artista. Y Pedro lo es”. Más emocionante fue el de Honor para José Sacristán, el actor que es, como bien dijo el presidente de la Academia, Mariano Barroso, el rostro del cine español. Ha atravesado géneros, generaciones, movimientos, décadas, estilos, y por todos ha transitado con clase y talento. Y que dure entre lo que él mismo definió como “esta noble y esforzada tropa”.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.