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Sally Rooney se niega a ceder los derechos de su nueva novela a una editorial israelí

La escritora irlandesa se une al movimiento Boicot, desinversiones y Sanciones alegando que Israel comete “violaciones graves de los derechos humanos”

Sally Rooney, en una imagen del pasado julio.
Sally Rooney, en una imagen del pasado julio.Linda Brownlee (Eyevine / Contacto)
El País

La escritora irlandesa Sally Rooney ha anunciado este martes que no cederá los derechos de traducción de su última novela, Dónde estás, mundo bello, a una editorial israelí, en protesta por la política de Israel con los palestinos. La autora, de 30 años, ha recordado en un comunicado recogido por la agencia Efe que dos recientes informes de organizaciones humanitarias han calificado la situación en Palestina de apartheid, por lo que ha decidido apoyar al movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS, sus siglas en inglés). “El BDS es una campaña de base no violenta, antirracista, liderada por palestinos que pide un boicot económico y cultural contra las compañías e instituciones israelíes cómplices, en respuesta al sistema de apartheid y otras violaciones graves de derechos humanos”, ha explicado Rooney.

Rooney ha asegurado que los derechos de traducción de la novela “están aún disponibles”, siempre y cuando “encuentre una manera de venderlos” que “cumpla con las directrices” marcadas por el BDS. “Estaré encantada y orgullosa de hacerlo”, ha dicho Rooney, quien ha aprovechado su comunicado para resaltar el trabajo de traducción al hebreo efectuado por Katyah Benovits con sus dos anteriores novelas, Conversaciones entre amigos y Gente normal. “Me gustaría dar las gracias a todos los implicados en la publicación de esos libros por apoyar mi trabajo. También sería un honor para mí tener mi última novela traducida al hebreo y disponible para los lectores en esa lengua. Pero por el momento, he optado por no vender estos derechos de traducción a una editorial con sede en Israel”, prosigue Rooney. “Sencillamente no me parece correcto, en las circunstancias actuales, aceptar un nuevo contrato con una empresa israelí que no se distancie públicamente del apartheid y no apoye los derechos del pueblo palestino estipulados por la ONU”.

La escritora ha reconocido que, “por supuesto, muchos otros Estados”, además de Israel, son “culpables de abusos”, lo cual también era aplicable al caso de Sudáfrica “durante la campaña contra el apartheid allí”. “En este caso en particular, estoy respondiendo a un llamamiento efectuado por la sociedad civil palestina, incluidos todos los principales sindicatos de trabajadores y escritores”. Rooney concluye su comunicado expresando su “solidaridad” con el pueblo palestino en “su lucha por la libertad, justicia e igualdad”. Entre los informes que cita Rooney se encuentra uno de la organización de derechos humanos Human Rights Watch que acusaba a Israel de imponer un régimen de apartheid y que provocó un rotundo rechazo por parte del Gobierno.

Responsables de la editorial israelí Modan, que ha editado los anteriores libros de Rooney, aseguraron al diario estadounidense The New York Times que se habían interesado en septiembre por los derechos de Dónde estás, mundo bello, pero que la escritora había respondido que no quería publicar en Israel, sin ofrecer mayores detalles.

‘Gente normal’

La novelas de Rooney analizan la fragilidad del amor. Millones de lectores y telespectadores —Gente normal se convirtió en serie de televisión— han aguardado la tercera novela, Dónde estás, mundo bello (Literatura Random House), que se publicó en España el pasado 9 de septiembre. Antes de conseguir el éxito, tenía dos trabajos, uno en un restaurante y otro como preparadora para debates universitarios, cursaba un máster sobre estudios culturales estadounidenses en el Trinity College de Dublín, y logró encontrar el tiempo para escribir una novela, Conversaciones entre amigos, que en 2017 cautivó a crítica y público, y la convirtió en una fulgurante estrella literaria. El fenómeno Sally Rooney acabó de fraguarse con Gente normal, su siguiente novela, que publicó apenas un año después.

Sus libros son un motivo recurrente en las fotos que miles de sus lectores suben a Instagram. Leer a Rooney y publicarlo en las redes, dicen, se ha convertido en un símbolo de estatus entre los menores de 40. Aunque estén protagonizadas por veinteañeros del siglo XXI en un Dublín poscrisis, lo cierto es que las novelas de Rooney tienen algo bastante clásico, son historias de amor, en un tiempo en el que cunden la autoficción y las distopías. “La novela en la tradición anglosajona, francesa y rusa dramatiza preguntas sobre el amor y el matrimonio. Así nació y es un género especialmente bien construido para sostener este tipo de dramas. Hoy estas tramas no son las que predominan y no sé muy bien por qué”, reflexionaba en una entrevista para EL PAÍS en la que admitía que como lectora la experiencia más potente que ha tenido ha sido sentirse arrastrada por las historias de amor de las grandes obras. La crítica la ha calificado como la primera gran escritora milenial, una suerte de Salinger generación Snapchat.

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