Johnny Depp: “Una sola frase en contra es suficiente para hundirte, y no hay defensa”
El actor recibe el premio Donostia vitoreado por los donostiarras, que se han agolpado a su alrededor para festejar su presencia
Si el público tenía capacidad de voto para refrendar o rechazar la entrega del premio Donostia a Johnny Depp, el donostiarra se ha volcado con el actor. Como en ningún otro día del certamen, la gente se ha apelotonado en las calles que rodean al Kursaal para celebrar su presencia. El hotel María Cristina, donde se aloja, vive en un estado de sitio creado por los admiradores. Otra cosa es la prensa especializada internacional de cine: hasta Screen Internacional cargaba contra la decisión de San Sebastián y Karlovy Vary (que le honró a finales de agosto) de homenajearle hace pocos días. Pero en las calles, y en la sala de prensa, Johnny Depp (Owensboro, 57 años) ha sido vitoreado. Tanto, que a su entrada a la sala de prensa donde iba a hablar sobre su premio Donostia bromeó tras el caluroso recibimiento: “Me habéis asustado, he pensado que me ibais a echar”. Y en español remató: “Muchas gracias”.
Por la noche, en el escenario, dijo: “Este premio es para vosotros, porque sin vosotros, sin el público, el cine no tiene sentido, El espectador es el jefe”. Y recordó a un condenado que ha estado en EEUU 18 años en el corredor de la muerte, y al que Depp ha ayudado en los últimos tiempos para que saliera libre porque fue condenado injustamente. Hoy está libre, y recordó su lucha para compararle en cierta manera con la suya. El actor fue interrumpido en numerosas ocasiones por el público femenino, que le gritó “I love you” y “I believe you”, y agradeció “profundamente” el premio a José Luis Rebordinos, director del certamen.
Cuando se anunció el premio, asociaciones como CIMA, que agrupa a las mujeres del audiovisual español, protestaron contra la decisión. En marzo se había ratificado una sentencia en su contra en los tribunales británicos, en los que Depp denunció por difamación al diario The Sun. El juez determinó que Depp llegó a agredir a su exesposa, la actriz Amber Heard, en 12 ocasiones de las 14 aludidas y la hizo “temer por su vida” hasta tres veces, con lo que lo publicado por The Sun, que le acusó de maltratador, era cierto. El Zinemaldia respondió en un comunicado a la oposición a su galardón: “Vamos a defender siempre dos principios básicos que forman parte de nuestra cultura y de nuestro ordenamiento jurídico: la presunción de inocencia y el derecho a la reinserción. De acuerdo con los datos probados de los que disponemos, Johnny Depp no ha sido detenido, acusado o condenado por ninguna forma de agresión o violencia contra ninguna mujer”. El miércoles por la tarde, el moderador de la charla no permitió que el actor respondiera una pregunta sobre la opinión de CIMA, pero Depp sí reflexionó sobre el momento en que vive: “Es una situación muy compleja, porque esta cultura de la cancelación, esta rapidez en juzgar es aire contaminado que se exhala. Cuando te enfrentas a algo tan alucinante, y sobrecogedor, esta cosa te golpea desde muchos ángulos. Primero llega la sorpresa... Estos movimientos que nacieron con las mejores intenciones hoy están incontrolados. Nadie de nosotros está seguro, ninguno de quienes estáis aquí. Una sola frase contra ti es suficiente. Y te han dado en la diana, no hay capacidad de defensa. Esto no va solo por mí, sino por mujeres y hombres que han sufrido estas posturas desagradables. En ningún momento sabemos qué piensa ninguna persona, así que nadie está seguro. En fin, si estás armado con la verdad eso es lo único que necesitas. Cuando hay una injusticia, bien contra ti o contra alguien que quieres, levántate, no te quedes sentado porque el atacado te necesita”.
Para sus ritmos habituales, Depp fue puntual. Sí mantiene su habitual lenta cadencia en el habla, porque busca con pulcritud las palabras, así que suele retorcer sus frases en busca del término exacto. Con algo de amargura habló de los estudios de cine: “Hollywood ya no es lo que era por mucho que lo pretenda. Viven en un pandemónium, hagan lo que hagan esas corporaciones pisan a las personas, y pueden deshacerse de gente como yo. No me atrevo a llamarme artista, pero siento que formo parte de la parte creativa del cine. Ellos, en cambio, ¿cuántas fórmulas pueden repetir? De manera grotesca Hollywood ha subestimado al público, y se ha olvidado de golpear a la audiencia con la fuerza de sus historias. La pandemia ha machacado a muchos negocios, ha sido doloroso; a cambio ha encerrado en sus casas a las familias, que de repente podían ver la película que quisieran... Y eso no ha estado mal”.
Tras su despido por parte de Warner de la saga Animales fantásticos, la carrera de Depp sufre estos meses un impasse, aunque el nombre del actor se está mencionando para proyectos alejados de las majors. “Vivo una parada repentina, pero son tiempos extraños y repentinos, y es tiempo de olvidarse de las cosas malas de la vida, y lo digo con todo lo que acarreo”, reflexionaba en voz alta. Por eso, ha agradecido profundamente el honor del Donostia: “Esta noche, ante todo, me acordaré del todo el mundo del festival, desde José Luis [Rebordinos, su director] a los trabajadores, del alcalde y la misma ciudad, todos los que están implicados en este galardón. Me preocupaba si mi presencia podría ofender a alguien, algo que no quiero que ocurra, porque lo único que hago son películas. Yo ya he estado aquí tres o cuatro veces, y siempre me ha encantado. Sé que es un festival de cine real, que tiene que ver con las películas y no con hacer la pelota a nadie. Para mí es conmovedor que me hayan elegido. Los premios per se son bestias muy extrañas, sobre todo cuando hablamos de competición. A mí no me gusta competir contra nadie, porque todos queremos hacer las cosas lo mejor posible”. Y remató con una broma: “Lo mismo salió mi nombre por error de un sombrero, así que de manera muy humilde lo agradezco”.
Pasión por el terror
Sobre esa larga carrera, que empezó a sus 21 años como una de las víctimas de Freddy Krueger en Pesadilla en Elm Street, y con trabajos como Eduardo Manostijeras, Cry-Baby (El lágrima), Ed Wood, El sueño de Arizona, Donnie Brasco, Dead Man, The Brave (con su adorado Marlon Brando, película que supuso el debut como director de largometrajes de Depp), Enemigos públicos o Rango, explicó: “Casi me han elegido los personajes a mí. Es muy extraño. El cine es imagen, y cuando veo estas encarnaciones de mí mismo, recuerdo aquellos rodajes y sus vivencias. Yo me siento parte de una receta para un plato especial”. Y desgranó cómo elige sus proyectos: “Siempre he dependido de mi emoción y de mi instinto, me motiva la chispa que salga del personaje. Si no hay, es como beber aire. Pero si encuentro este gancho, elijo roles que yo entienda que puedo aportarles algo. Por supuesto, hay un filamento que une a todos mis trabajos, y es mi trasfondo, es mi parte de titiritero que mueve los hilos”.
Después de realizar un canto de amor al capitán Jack Sparrow (”No necesito una empresa detrás para interpretar al capitán Jack Sparrow, puedo llevarlo conmigo adonde quiera y nadie me lo puede quitar”), algo habitual en sus declaraciones, y la capacidad de ese personaje de conectar con los niños, recordó: “Cuando yo era crío las películas mudas fueron fundamentales, las veía por televisión. Charles Chaplin, Buster Keaton... Cuando crecí vi los clásicos de terror en blanco y negro. Siempre he sido muy fan del terror. Eso me conectó con Tim Burton cuando nos conocimos. En este género te puedes ocultar detrás de la máscara, del maquillaje, y puedes escaparte de tu carga de gravedad. Pienso en Lon Chaney y su capacidad para desaparecer y convertirse en el personaje. Los trajes, los prostéticos me alejan de mí mismo, me concentran en el personaje y sus decisiones”. Y tras 50 minutos de rueda de prensa se despidió con un revelador: “Hoy me siento más cómodo detrás de una cámara que en un tren siendo yo mismo”.
Babelia
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