Francisco de Roux: “Me preocupa lo que pueda pasar a mis colaboradores. Yo no tengo miedo, la existencia no acaba con la muerte”
El director de EL PAÍS América, Jan Martínez Ahrens, conversa con el sacerdote jesuita, presidente de la Comisión de la Verdad surgida del acuerdo de paz en Colombia, sobre su trabajo, sus esperanzas y sus riesgos
“Las expectativas sobre nosotros son inmensas”, concede de entrada el sacerdote jesuita Francisco de Roux (Cali, 78 años). El presidente de la Comisión de la Verdad de Colombia, surgida de los acuerdos de paz sellados por el Gobierno de Juan Manuel Santos con la extinta guerrilla de las FARC, conversó en el Hay Festival de Querétaro sobre su esperado informe final, con el que se proponen dejar “un camino abierto, irreversible, fuerte” para superar un enrevesado conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado más de nueve millones de víctimas.
Ese documento, de innegable peso histórico, tendrá una introducción de unas 30 páginas que debe “producir una conmoción positiva para este país”, planteaba el padre de Roux este viernes en conversación con Jan Martínez Ahrens, director de EL PAÍS América. “Queremos que sea realmente muy conmovedora (…) que pueda poner en evidencia lo que hemos vivido”, razonó al anticipar que también tendrá un capítulo de recomendaciones para atajar las enquistadas dinámicas de la guerra, así como segmentos dedicados a los “hallazgos profundos” que tocan a las guerrillas, los paramilitares o el ejército, pero también a los empresarios o los periodistas en un país al que le ha costado un esfuerzo extraordinario doblar la página de la violencia.
A pesar de ser una de las personas más respetadas en temas campesinos y de construcción de paz en Colombia, como presidente de la Comisión ha tenido que navegar en medio de la polarización política. “Me preocupa lo que pueda pasar a mis colaboradores. Yo no tengo miedo, la existencia no acaba con la muerte”, tanto en los territorios que visitan como en Bogotá, se sinceró al recordar que como fundador y director del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio le tocó el funeral de 24 colaboradores. “Era el momento más bravo del conflicto, y sin embargo nadie se echó atrás” en su resistencia pacífica, rememoró. Ha estudiado teología, filosofía y letras en la Universidad Javeriana, así como una maestría en Economía en la Universidad de los Andes, otra en la London School of Economics, en Londres, y un doctorado en la Sorbona, en París, con el propósito de comprender las profundas desigualdades de Colombia.
El evento, conducido por Martínez Ahrens, es una de las conversaciones que promueve EL PAÍS como parte de las distintas ediciones del Hay Festival en el continente con algunas de las voces más relevantes del debate público. Más de 170 invitados de 19 países participan del 1 al 5 de septiembre en la sexta edición del Hay Festival Querétaro, que por primera vez se realiza en formato híbrido debido a la pandemia.
“Estoy absolutamente convencido de que la guerra contra la droga no sirve para nada”, valoró De Roux durante la charla. “Creo que hay que combinar varias cosas simultáneamente, una de ellas es la legalización”, pero “Colombia necesita algo mucho más profundo”, matizó al invocar la Reforma Rural Integral contemplada en los acuerdos de paz, que aún no se ha puesto en práctica. “Son transformaciones de esa hondura”, destacó.
La Comisión de la Verdad, junto a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, forma parte del Sistema Integral para la Paz surgido de los diálogos de La Habana, a los que se opuso el Centro Democrático, el partido de Gobierno fundado por el expresidente Álvaro Uribe, el más férreo crítico de los acuerdos que ahora debe implementar el presidente Iván Duque. “No podíamos esperar un apoyo entusiasta”, apuntó De Roux sobre su relación con el Ejecutivo. “Yo diría que el Gobierno nos respeta pero no nos tiene confianza”.
La entidad trabaja en los últimos tiempos con un ritmo frenético, apoyada en la virtualidad y retomando los eventos presenciales, para entregar en noviembre su informe final después de tres años de mandato, aunque una demanda de organizaciones de víctimas ante la Corte Constitucional podría prolongar su periodo. Es una de las instituciones surgidas del acuerdo de paz que más se ha visto afectada por la pandemia, que ha limitado su despliegue territorial, alega la demanda. El presidente de la Comisión se mostró a favor de una extensión de su mandato para que sus conclusiones aterricen en un momento más propicio, después de que hayan pasado las elecciones presidenciales de mayo del 2022.
Aún en medio de las restricciones de la pandemia, la Comisión se las ha arreglado para sacar adelante diversos eventos, con víctimas y responsables de todos los bandos. El pasado martes, el expresidente Andrés Pastrana (1998-202) se convirtió en el último de los cinco exmandatarios vivos en comparecer de manera voluntaria, como ya lo habían hecho Ernesto Samper (1994-1998), César Gaviria (1990-1994) y Juan Manuel Santos (2010-2018), mientras que Álvaro Uribe (2002-2010), a pesar de sus reparos al acuerdo de paz sellado por Santos, recibió a los comisionados en su hacienda. Ese día, Uribe lanzó la idea de una amnistía general que se antoja extemporánea. Interrogado sobre esa controversial propuesta, De Roux se mostró convencido. “Nosotros tenemos algo mucho mejor en Colombia, que es la justicia transicional”, señaló. “Mi convicción es que eso hay que protegerlo”.
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