Stuart J. Woolf, europeo y europeísta
En sus seminarios e investigaciones amplió su campo de interés a toda la Europa, central y mediterránea, y desarrolló un fructífero interés por la historia comparada
El pasado 1 de mayo fallecía en Florencia, donde residía desde hacía décadas, el historiador británico Stuart J. Woolf. Nacido en Londres en 1936, realizó sus estudios universitarios en Oxford, donde se graduó y desarrolló un primigenio interés por la historia moderna y contemporánea de Italia que le acompañaría toda su vida. Tras su doctorado sobre historia económica del Piamonte en 1961, fue fellow del Pembroke College de Cambridge, y entre 1964 y 1974 enseñó Historia en la Universidad de Reading, donde también dirigió el Centro de Estudios Avanzados de la Sociedad Italiana. En 1975 pasó a la Universidad de Essex, donde enseñaría hasta 1996. Durante esos años, Woolf trabajó sobre diversos temas relacionados con la historia del siglo XX italiano, como la etapa fascista y posfascista, y también se aproximó a la historia regional, así como a la historia de Francia, vinculándose a la École des Hautes Études de París. Desde 1983 ejerció la docencia y practicó la investigación en el Instituto Universitario Europeo (IUE) de Florencia, ciudad en la que fijaría su residencia junto a su esposa, italiana; más tarde, hasta su jubilación, enseñó en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia. Participó también en varias iniciativas y revistas, como Passato e Presente.
En sus seminarios e investigaciones amplió su campo de interés a toda la Europa, central y mediterránea, y desarrolló un fructífero interés por la historia comparada, abordando en esa clave la historia de la pobreza en la edad moderna, el origen de la estadística, el imperio napoleónico, o la historia de los nacionalismos y las identidades territoriales. Mantuvo siempre un cuidado equilibrio entre la tradición británica de la historia bien escrita, como género ensayístico, y el rigor metodológico y teórico, preocupaciones que transmitió a las varias decenas de doctorandos de diversos países, incluyendo al autor de estas líneas, que dirigió en el IUE. Su planteamiento de una historia europea, comprendiendo sus ambigüedades, pluralidad y dinámicas regionales, nunca se confundió con la historia del proceso de unidad europea. Un buen ejemplo fue su magistral texto Europe and the Nation-State (1991).
Con Stuart Woolf se va uno de los últimos exponentes de la generación de historiadores de posguerra comprometidos de forma decisiva con la creación de un marco de debate intelectual, académico y público de escala continental. Un europeísmo que para él no era panacea teleológica, sino garantía de progreso, bienestar y democracia, así como de comprensión de la complejidad histórica.
Xosé M. Núñez Seixas es doctor en Historia por el IUE y catedrático de Historia Contemporánea en la Universidade de Santiago de Compostela.
Babelia
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