Plantu, un jubilado de buena tinta
El dibujante del diario francés ‘Le Monde’ Jean Plantureux ha firmado este miércoles su última caricatura en la portada del vespertino francés
La última viñeta de Plantu ocupa buena parte de la portada de la edición de este miércoles del diario Le Monde. En ella, aparece el presidente Emmanuel Macron agobiado por la inquietud de los sanitarios y las expectativas de la prensa sobre el discurso a la nación que debía pronunciar unas horas después. “¿Qué va usted a anunciar, señor presidente?”, le pregunta un ujier del Elíseo. “¡Si yo lo supiese!”, suspira Macron. La jubilación de Jean Plantureux, Plantu, marca el fin de una época, 49 años en los que ha definido la identidad del diario de referencia francés. En este tiempo, pasaron directores y presidentes, la sociedad se transformó, cayó el Muro de Berlín y se inventó internet, hubo guerras, ataques terroristas y crisis financieras, y el coronavirus dejó el mundo en hibernación. Pero este dibujante de mirada y trazo claro al que le gusta dibujar palomas y ratones seguía cada día en la portada del sesudo Le Monde, lo que le daba un estatus especial sin comparación en otras publicaciones semejantes.
La viñeta, que se empezó a publicar a diario en portada en 1985, podía ser tan importante o más que el titular. Era una mirada que combinaba la amenidad con la crítica y que será difícil de sustituir. El dibujante, de 70 años, ha explicado que llevaba 10 pidiendo el relevo. No quería hacerse pesado. Tomarán su lugar los dibujantes de Cartooning For Peace, un colectivo internacional creado hace 20 años por el propio Plantu.
En una entrevista en la que ha sido su casa, el dibujante recuerda el día de 1972 en el que, con sus dibujos bajo el brazo, se presentó sin aviso previo en la venerable redacción de la rue des Italiens. Tres meses después, le publicaron el primero, una viñeta sobre el fin de la guerra de Vietnam donde mostraba una paloma de la paz con un signo de interrogación en el pico, en vez de una rama de olivo. Ya no paró. En el dibujo publicado este miércoles, aparecían dos palomas: una con la rama y otra con la interrogación.
Entre ambos momentos, desfiló la historia de Francia y del mundo. Los siete presidentes de la República contemporáneos de Plantu estuvieron pendientes de cómo los caricaturizaría el dibujante. “Es divertido”, dice, “me di cuenta de que tarde o temprano los personajes políticos acaban pareciéndose a su caricatura”.
La vida se complicó para el gremio a partir del principio del siglo con la presión de los islamistas para censurar el humor sobre la religión. En 2015, Plantu perdió a algunos de los compañeros más brillantes en el atentado contra el semanario Charlie Hebdo. “Mi vida quedó trastocada, tuve que aceptar una protección policial permanente”, explica a Le Monde.
La marcha de Plantu coincide con la jubilación de otro histórico viñetista, Willem, en Libération, quien será sustituido por Coco, dibujante de Charlie Hebdo y superviviente del atentado.
El director de Le Monde, Jérôme Fenoglio, recuerda en un artículo la rutina diaria en la entrega del trabajo. El diario llega a los quioscos a la una de la tarde y se cierra a las 10 de la mañana. A veces la espera se volvía angustiosa. Hasta que sonaba el teléfono: “Hola, soy Jean, os he enviado mis dibujos”. El equipo de dirección elegía qué viñeta iría en portada. Y la elección resultaba decisiva, porque en realidad era, al mismo tiempo, la noticia, el comentario, el editorial. Lo que hacía Jean Plantureux era dibujo y podía ser arte, pero no solo. Era periodismo.
Babelia
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