Las nuevas puertas de la catedral de Burgos no estarán listas en julio, cuando se cumple el 800º aniversario del monumento

El revuelo creado en torno al plan de renovar las puertas de madera de la catedral de Burgos por unas de bronce, obra del arquitecto Antonio López, sigue creciendo. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha analizado la propuesta, procedente del Arzobispado burgalés y el Cabildo, y ha defendido la “deseable conservación de las actuales puertas”, una vez se ha estudiado también la funcionalidad y el diseño. El proyecto encargado a Antonio López, que ya está en desarrollo, cuenta con un presupuesto de 1,2 millones de euros para remplazar las que hoy cumplen su función desde su instalación en 1790. Asimismo, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha asegurado este viernes que no se pueden crear las nuevas “a destajo, a fecha cerrada”, y ha descartado que estén listas para julio, cuando se cumplen los 800 años de este Patrimonio de la Humanidad reconocido por la Unesco. Además, ha pedido que la renovación sea “un gozo, no un motivo de desencuentro”.

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Estas palabras llegan una semana después de que el Cabildo haya solicitado a la Junta de Castilla y León, cuyo departamento de Patrimonio tiene las competencias sobre bendecir o rechazar cualquier proposición sobre esta clase de edificios, que se aplazara el estudio y la decisión sobre el plan de sustitución. La primera resolución de Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), una organización no gubernamental vinculada a la Unesco, reprobó el planteamiento, aunque su postura no era vinculante. El cabildo ha sostenido que este pronunciamiento, elaborado el 12 de febrero, se ampara en documentación recibida hasta el 16 de enero de 2021. Por tanto, creen “de máxima importancia” que esta entidad esté bien informada de los “avances” ejecutados desde entonces y disponga de un “plazo razonable” para evaluarlos.

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha recomendado que se mantengan las puertas clásicas que pertenecen a esta catedral gótica y han recordado que cuando la esta catalogó al templo burgalés como Monumento Nacional Histórico-Artístico en 1885, lo actualmente conocido como Bien de Interés Cultural, lo hizo sin excluir las puertas que actualmente se quieren retirar en la iglesia de Santa María.

Esta institución también ha valorado que la Unesco, al incorporarlo al Patrimonio de la Humanidad en 1984, estableció que la protección y gestión están a cargo y supervisión de la Junta, mediante la Dirección de Patrimonio Cultural, y del cabildo como titular del inmueble. A su vez, recuerdan que la propia academia intervino en 1790 cuando se ejecutaron las obras de la puerta de Santa María, a cargo de Miguel, Román y Juan de Baztigueta con madera de olmo negrillo. “Goza, además, la catedral de Burgos de la máxima protección en el catálogo de edificios protegidos del Plan General de Ordenación”, explican, y detallan que en la ficha “figura la fachada en su actual estado, con las puertas y hojas que, a juicio de esta Comisión, deben conservarse”.