Rodríguez Uribes pide a la Comunidad de Madrid que declare BIC la casa de Vicente Aleixandre

Hacía 38 años que un ministro de Cultura no se acercaba al chalet en Madrid en el que vivió el escritor Vicente Aleixandre, figura de la generación del 27 y el último poeta español que recibió el Nobel de Literatura, en 1977. Fue Javier Solana, en el primer Gobierno de Felipe González, en 1982. Este viernes, José Manuel Rodríguez Uribes también ha acudido, pero si el primero pudo hablar con el autor de La destrucción o el amor, fallecido en 1984, el segundo se ha encontrado lo que es la casa de Velintonia, número 3, desde los años noventa: un inmueble en venta desde los años noventa, abandonado, con su jardín comido por los hierbajos. El problema es que la vivienda, por carecer de protección oficial como Bien de Interés Cultural (BIC), podría derribarse. Así que Rodríguez Uribes ha anunciado que el lunes, 8 de febrero, enviará una carta a la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, para que “ayude” en ese reconocimiento, lo que, en su opinión, facilitaría “iniciativas conjuntas”.

La Consejería de Cultura ha respondido poco después diciendo que el pasado 11 de diciembre mandó a su vez una carta a Rodríguez Uribes en la que le pedía una reunión a tres bandas, junto al Ayuntamiento, para “desbloquear la situación”. En palabras de Rivera de la Cruz: “Hace semanas que insté al ministro a reunirnos para buscar una solución conjunta. A fecha de hoy, no hemos recibido respuesta alguna”. Sin embargo, en esa carta la Consejería alegaba que el escaso valor arquitectónico y la ausencia de contenido” motivan que la casa no posea el valor que “se requiere para ser BIC”. Esta es la razón por la que, según informan desde Cultura, el ministro ha esperado a visitar primero la casa de Aleixandre para recabar información y después solicitar a la Comunidad, como ha anunciado hoy, la declaración BIC.

Mientras, la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, que lleva 26 años reclamando que Velintonia se convierta en Casa de la Poesía, ha agradecido la visita del ministro y ha manifestado en un comunicado “la esperanza de que los gobiernos autonómico y municipal actúen, al menos, con idéntica responsabilidad y urgencia”. Esta asociación celebra periódicamente actos para reivindicar la salvación de la vivienda. Su presidente, Alejandro Sanz, aunque se muestra “escéptico con los políticos”, ha declarado a EL PAÍS que en la resolución de este asunto “debe liderar el ministerio”. “El objetivo debe ir más allá de proteger el inmueble, debe recuperar el espíritu como casa de la poesía. No planteamos que sea un museo, aunque algunas zonas deberían ser museísticas, como el dormitorio y lo que era su biblioteca”.

En noviembre de 2019, EL PAÍS sacó a la luz un informe, encargado por la Comunidad de Madrid al catedrático emérito de Literatura de la Universidad de Zaragoza, José-Carlos Mainer, en el que se defendía la conservación de la vivienda. En ese documento, Mainer recordaba que la casa de Velintonia fue, entre 1927, cuando entró a vivir la familia del poeta, y 1936 “el lugar de reunión de los amigos de Aleixandre; Lorca tocaba allí el piano y Miguel Hernández aprendió mucho de aquellos hermanos mayores que le llevaban diez años. Y luego fue el lugar de peregrinación de todos los poetas españoles que se dieron a conocer en la posguerra”. La consejera de Cultura madrileña ya se ha manifestado en alguna ocasión dispuesta a declarar la vivienda BIC, en “atención a su importancia histórica”.

Rodríguez Uribes ha expresado en su recorrido por la casa el siguiente deseo: “A ver si somos capaces entre las distintas administraciones de dar el reconocimiento que merece a este lugar”. ¿Qué puede hacer el Ministerio de Cultura, más allá de buenas palabras? “Si conseguimos despejar esas cuestiones de reconocimiento jurídico, se puede avanzar en un gran proyecto”, ha añadido.

Sobre el desinterés de los sucesivos ministros de Cultura y de gobiernos de distinto signo político por este asunto, Rodríguez Uribes solo ha dicho que le cuesta entenderlo y que desconoce qué ha sucedido. Este periódico supo que sí hubo un impulso importante de un ministro socialista, hace más de una década, pero tras su relevo la cuestión volvió a quedar aparcada por quien le sucedió. Sanz ha declarado tras la visita: “Desgraciadamente, no todos los políticos entienden que la cultura es de todos y Velintonia simboliza eso. Aleixandre acogió a gente conservadora, como Gerardo Diego o Leopoldo Panero, y a gente menos conservadora como Rafael Alberti o Manuel Altolaguirre, porque lo que les unía era la poesía y la amistad”.