La zarzuela amplía sus horizontes
El reputado director de escena Davide Livermore hace su primera incursión en el género con el estreno de ‘Luisa Fernanda’
La zarzuela amplía sus horizontes. El director de escena italiano Davide Livermore, bien conocido en España porque fue intendente del Palau de les Arts de Valencia de 2015 a 2018, hace su primera incursión en el género con el estreno esta noche en el Teatro de la Zarzuela de Madrid de su particular versión de Luisa Fernanda, uno de los títulos más populares del repertorio lírico español, con música de Federico Moreno Torroba y libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw.
La apuesta del Teatro de la Zarzuela por Livermore, figura reputada en los principales teatros de ópera del mundo, que ha inaugurado las últimas temporadas de la Scala de Milán, responde a la estrategia de internacionalización emprendida por la institución en los últimos años, que pasa por invitar a directores extranjeros a participar en sus producciones. “Así es como se extiende un arte por el mundo: tendiendo puentes con artistas de otros países para que lo conozcan y lo propaguen después. Cuando yo termine este trabajo, me llevaré esta experiencia conmigo y posiblemente la difundiré allá donde vaya”, comenta el artista italiano en el descanso de un ensayo el pasado martes. El director musical de la producción, Karel Marc Chichon, tampoco es español aunque su relación con este país es estrecha: nació en Londres, pero su familia procede de Gibraltar y actualmente es director de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria.
Livermore reconoce que hasta que llegó a Valencia su conocimiento de la zarzuela era muy superficial. “Lo poco que sabía era gracias a Plácido Domingo: él ha sido la persona que más ha hecho por difundir el género en el mundo”, recuerda. Y aprovecha la alusión para criticar la cancelación de las actuaciones del tenor en teatros públicos españoles después de que se hicieran públicas acusaciones de abuso sexual por parte de varias mujeres. “Los políticos no pueden tomar decisiones basándose en opiniones, sino en hechos probados. Y en este caso, ningún juez ha dictado sentencia. En el resto de Europa no se le ha vetado como en España”, argumenta Livermore. El cantante sí se vio en cambio empujado a dimitir como responsable de la Ópera de Los Ángeles, pero eso Livermore lo achaca a que EE UU es un país en el que la cuestión de la imagen, “los likes”, pesa más que los hechos.
No es Livermore un artista que se achante por lo que puedan pensar de él y siempre expresa con toda claridad sus opiniones. Fue sonada su dimisión como intendente del coliseo de ópera valenciano por “las trabas burocráticas” de la Generalitat a su gestión, según afirmó entonces. Y lo sigue manteniendo: “La relación entre el arte y la política siempre es difícil, cierto, pero hay situaciones en las que hay que saber decir basta”, recuerda. Así como tampoco le intimidó su falta de experiencia en el género lírico español a la hora de aceptar la propuesta de Daniel Bianco, director del Teatro de la Zarzuela, de dirigir un título tan señero como Luisa Fernanda. “De la misma manera que un director español dirige ópera italiana, un italiano puede abordar con pasión una zarzuela. El arte no entiende de regionalismos”, apunta.
Su versión de Luisa Fernanda tampoco es complaciente. “No entiendo el teatro como un museo. Tampoco al público que quiere ver la misma zarzuela que veía hace 10 o 20 años. El teatro tiene que estar vivo y eso no es posible si se repiten las mismas fórmulas una y otra vez”, opina. No teme a esos puristas que más de una vez han protestado en el Teatro de la Zarzuela por adaptaciones que consideraban demasiado osadas, como ocurrió con la Doña Francisquita de Lluís Pasqual en 2019 o el Cómo está Madriz de Miguel del Arco en 2016. “Eso no me preocupa. La clave para mí está en mantener un equilibrio entre la tradición y la modernidad”, dice. ¿Y eso cómo se consigue? “En mi caso, antes de abordar cualquier obra, estudio profundamente los motivos por los que fue escrita y los códigos del género. Y a partir de ahí, mi misión es traducir todo eso al momento contemporáneo”, responde.
Livermore traslada el argumento original, que transcurría en una plaza de Madrid en 1868, con referencias a la revolución que supuso el destronamiento y exilio de Isabel II, a un tiempo y un espacio más cercanos para el público actual: la acción se desarrolla en los años treinta dentro del cine Doré de Madrid, la sala en activo más antigua de España, lo que además da al montaje una marcada estética cinematográfica. “El cine era la plaza pública en esa época. Ahí es donde se reunía la gente para hablar, para comer, para beber, para amarse”, explica el director.
Luisa Fernanda se podrá ver en el Teatro de la Zarzuela hasta el 14 de febrero con un doble reparto que actuará en días alternos, encabezado por Yolanda Auyanet y Maite Alberola (Luisa Fernanda), Juan Jesús Rodríguez y Javier Franco (Vidal), Rocío Ignacio y Leonor Bonilla (Carolina) y Jorge de León y Alejandro del Cerro (Javier).
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