‘Madonna’, virgen, ‘vierge’: la Anunciación según Pascal Rambert

Sevilla es una ciudad mariana, colmada de advocaciones que atraviesan su imaginario popular, y hasta su callejero. En este contexto enemigo de la iconoclasia, a medio camino entre el folclore y la mística, adquiere una carga simbólica propia el estreno nacional de 3 anunciaciones, la última apuesta teatral de Pascal Rambert (Niza, 58 años). El dramaturgo francés, uno de los artistas más relevantes de la escena europea del momento, escritor, coreógrafo y director de escena, vuelve a elegir el Teatro Central de la capital andaluza (tras el estreno absoluto en 2019 de la aclamada Hermanas) para arrancar esta aventura en la que se apropia del misterio de la Anunciación de la Virgen María y el ángel Gabriel. Una revelación en tres monólogos en italiano, español y francés que pronuncian, cada una en su lengua materna, tres de las actrices fetiche del dramaturgo: la italiana Silvia Costa, la española Bárbara Lennie (en alternancia con Itsaso Arana) y la francesa Audrey Bonnet: “Tres discursos performativos que ahondan en ese surco para cuestionarlo, para atraerlo a la modernidad”, asegura su creador.

Francia y España, hermanadas por el teatro

Pascal Rambert atiende la llamada de EL PAÍS desde Milán, donde ensaya, antes de aterrizar en Sevilla, la versión italiana de Hermanas, ese duelo atroz que consagró en España a Irene Escolar y Bárbara Lennie. “Aquí también he recurrido a las actrices de siempre, soy bastante fiel a las mujeres con las que he trabajado a lo largo del tiempo, escribo para ellas, para Silvia, para Audrey, para Bárbara… se podría decir que es un texto realmente nominativo”, confiesa. No obstante, con especial énfasis en esta ocasión, 3 anunciaciones es, asegura su autor, un homenaje a la lengua, a la oralidad: “Quería escribir para el italiano, para el español, para el francés. De hecho, cuando escucho a Bárbara interpretar su anunciación, es como si la obra yo la hubiera creado originalmente en español. Para mí es capital escribir para las actrices y para la palabra”, insiste.

Fue hace tres años cuando surgió en Rambert la idea de este espectáculo. Irrumpe también como una revelación, una epifanía durante una visita a Venecia, donde había sido invitado para impartir una clase magistral en la Bienal de Arte Contemporáneo. El dramaturgo recorre la ciudad de los canales con sus alumnos de iglesia en iglesia, donde el motivo de la Anunciación es una constante pictórica que comienza a penetrar en el universo creativo del francés. “No sabría decir por qué, pero siempre me ha gustado esta representación. Y de repente, cuando vi el fresco de la iglesia de San Marcos, me pregunté qué podía hacer yo que fuera nuevo, para anunciar algo nuevo, y me propuse hacerla hablar”, recuerda.

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Esa plasticidad de las obras de arte venecianas se ha trasladado también a la propuesta estética del montaje, “creo que es realmente bello”, se atreve incluso a avanzar Rambert, que en esta ocasión se aleja de esos espacios fríos y blancos de obras como Hermanas o Ensayo para crear un espectáculo cálido, “sumergido en la luz”, que pasa a convertirse, al igual que los frescos renacentistas, en un objeto de contemplación. Y es en este contexto donde el francés dibuja tres escenas diferentes, con planteamientos espaciales y temporales muy específicos, para cada una de sus anunciaciones: el Quattrocento italiano (para Silvia Costa), la Semana Santa Española (en el caso de Bárbara Lennie) y un futuro lejano e incierto, ubicado en una suerte de espacio sideral, para Audrey Bonnet.

El poder de la palabra

Las actrices han trabajado de manera individual cada uno de sus textos. “No es una obra de elenco, ha sido un proceso muy solitario”, remarca Bárbara Lennie (Madrid, 36 años), la versión española de las madonnas que tradicionalmente han fascinado a Rambert. Es la tercera vez que esta actriz frágil pero recia como un junco colabora con el francés ( La clausura del amor y Hermanas han sido las anteriores). “A 3 anunciaciones llego, por estas experiencias anteriores, con la confianza de saber ya el espacio que el director me da”, relata la actriz. “Me lo he tomado casi como entrar en un estado meditativo, con el poder que tiene la palabra. Pascal cree que la palabra es transformadora, capaz de modificar la realidad, y para mí como actriz es muy bonito portar sus ideas y ser capaz de que lleguen a quien lo está escuchando. Ha sido un proceso de trabajo muy bello, pero también muy duro”, confiesa.

A pesar de que apenas hay interacción entre las actrices, el estreno del espectáculo en Rennes (Francia) permitió hace unos meses la convivencia de las tres intérpretes durante cinco días. Lennie destaca de Costa y Bonnet su “excelencia”. “Son muy diferentes entre sí, pero ambas muy técnicas, como un reloj suizo: Silvia con un dominio del cuerpo maravilloso; y Audrey con esa fuerza y esa poesía que es profundamente conmovedora. El instinto, la capacidad de trabajo de ambas y su entrega en cuerpo y alma me ha enseñado muchas cosas”, reflexiona. Madonna, virgen y vierge, por este orden, para anunciar un teatro nuevo.