Bárbara Lennie: “Estoy seca, no puedo más”
La actriz se muestra agotada de un año intenso, que arrancó con una obra que se pareció mucho a su vida, 'La clausura del amor'
Bárbara Lennie lleva un año sin parar, algo que no es habitual entre los intérpretes españoles. En 2017 ha rodado cuatro películas y ha estrenado tres –rodadas el año anterior–, además de una serie de televisión y una obra de teatro. Hay que sumar María y los demás, que es un filme de 2016, pero le proporcionó una candidatura al Goya a Mejor Actriz. No ganó. Tampoco era básico.
Esta racha de hiperactividad empezó en 2015, cuando consiguió ese galardón por Magical girl. “Estoy seca, no puedo más”, dice con determinación, pero sin tristeza. “Me voy a tomar un mes de vacaciones y después a hacer teatro, que es lo único que me apetece. Y, además, comedia, que es algo que nunca me ofrecen. Estoy agotada después de tanto drama. No soy de las que se lleva el personaje a casa, soy muy lúdica, pero, quieras o no, al final, algo acaba acompañándote”.
Acaba de terminar la sesión de fotos. Cinco horas metida en la Boite Alfonso, un reducto de los setenta en el centro de Madrid donde no ha entrado luz desde su apertura. Se toma sin prisa un café en un local del barrio de Conde Duque. Ya ha dado el año por profesionalmente cerrado.
Pocas semanas después de terminar con la función de 'La clausura del amor' se hacía público que los dos actores (Lennie y Elejalde), que eran pareja, habían roto. Aquella verosimilitud cobró todo el sentido. “Creo que es la única cosa privada mía que se ha hecho pública", dice la actriz
Ha terminado el último rodaje, Todos lo saben, el nuevo filme de Asghar Farhadi, dos veces ganador del Oscar a mejor filme de habla no inglesa. Comparte reparto con Javier Bardem y Penélope Cruz. “No puedo contar nada, pero todo gira alrededor de Penélope. Asghar llevaba muchos años queriendo trabajar con ella. Mira, precisamente con Penélope hablaba el otro día de esta vorágine de trabajar sin parar. Ella me decía que llegó un momento en el que decidió frenar porque pasaba más tiempo en un plató que en la vida”.
El 10 de noviembre fue su último estreno de 2017, Oro, porque el de El reino, previsto para diciembre, se ha retrasado. Oro, dirigida por Agustín Díaz Yanes y basada en un relato de Pérez-Reverte, es una película ambientada en la América de los conquistadores. Un grupo de desgraciados buscando una quimera. Más cercana al asfixiante Aguirre, de Herzog, que a una película épica y rodada en Canarias, no fue precisamente un trabajo cómodo.
Ocho semanas de barro y frío. “Algún día sí que me hubiera gustado llevarme una metralleta y liarme a tiros. Tano nos hacía lo que llamaba ‘citaciones a lo John Ford’. Ibas cuando empezaba el rodaje y terminabas al anochecer, independientemente de lo que te tocara trabajar. Hay que estar en forma para este oficio”, dice. “Son muchos días fuera de casa, comiendo mal, durmiendo poco…”.
Lennie tiene 33 años y nació en Argentina. “Mi apellido es real, es escocés. Mis tatarabuelos fueron a Argentina a trabajar en el ferrocarril. Mi segundo es Holguín, colombianos, también emigrados a Argentina. Toda mi familia vive allí, menos mis padres, que vinieron aquí. Yo crecí en Buenos Aires hasta los seis años. Pero lo que me siento es muy madrileña”.
Asegura que llegó a la interpretación casi por casualidad. “Cuando tenía 14 años, Jonás Trueba, que era conocido de unos amigos y compañero en mi colegio, me dijo que me presentara a una prueba que estaban haciendo en mi insti”. Lo hizo y terminó interpretando a Gloria, en Más pena que Gloria, el debut de Víctor García León, que este año ha estrenado Selfie. “Aquello me encantó, y como cuando terminé el insti no sabía qué cojones hacer, terminé matriculándome en la Escuela Superior de Arte Dramático”.
Ahora no entiende su vida de otra manera. Es tan comprometida que llega hacer cosas tan, digamos, inusuales como viajar 10.000 kilómetros para participar en una función de teatro. Dos veces. En otoño de 2016, mientras preparaba en Buenos Aires el rodaje de Una especie de familia, que ha sido por cierto la ganadora del premio al mejor guion en San Sebastián. “Eso fue una locura. Yo estaba en Buenos Aires. Y bueno, mira… Estaba en uno de esos momentos vitales de cambio en los que me venía bien no estar en ningún lado. De esos en los que pasarte el día con una maleta no supone ninguna molestia sino todo lo contrario. El teatro es como el amor, difícil de explicar”.
No parece que esa analogía sea casual. La obra por la que se pegó esa panzada de kilómetros fue La clausura del amor. “La devastadora crónica de una separación”, decía La Ser de una obra del francés Pascal Lambert en la que Lennie y el actor Israel Elejalde representaban a una pareja en la conversación de su ruptura. Ya había sido un éxito en los Teatros del Canal, de Madrid, y el Festival Grec, de Barcelona, pero cuentan quienes estuvieron en su reposición en febrero en el Teatro Kamikaze que aquello era sobrecogedor. “Terminábamos agotados”, dice Lennie, que pasaba gran parte de las dos horas llorando a lágrima viva. Pocas semanas después de terminar con la función se hacía público que los dos actores, que eran pareja, habían roto. Aquella verosimilitud cobró todo el sentido. “Creo que es la única cosa privada mía que se ha hecho pública. Era un poco inevitable. Pero no fue muy traumática. No me gusta y no me sentí cómoda, pero hubo que pasarlo”.
Tampoco tuvo mucho tiempo. En abril empezaba a rodar Petra, de Jaime Rosales. “No he visto nada. Creo que Jaime quiere estrenarla en Cannes. En primavera me preguntas y te cuento”, bromea. “En junio tomé vacaciones. Me fui al Caribe a no hacer nada. En julio hice El reino, de Rodrigo Sorogoyen. Y ya en agosto empecé con Todos lo saben. Sí, lo que te decía antes. Me voy a tomar las cosas con más calma”.
Peluquería y maquillaje: Iván Gómez para Balmain y Chanel (Esther Almansa Management). Manicura: María Barrera (Esther Almansa Management). Asistente de fotografía: Fede Delibes. Asistente de estilismo: Jorge García.
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