El coronavirus alcanza a la Berlinale
Más de un centenar de compañías chinas renuncian a participar en el EFM, el segundo mercado europeo de cine por ventas, a causa de la crisis sanitaria
El coronavirus no solo ha afectado a la industria del cine en China, donde aún están cerrados más de 70.000 salas como medida preventiva, sino que las ondas expansivas de la crisis sanitaria han alcanzado la Berlinale, que celebra en las mismas fechas que sus proyecciones el EFM (European Film Market), el segundo más grande del continente tras el de Cannes. Según la organización, 118 empresas chinas han anulado su presencia en la capital alemana. Fuentes del certamen aseguran que no está claro cuáles son del mercado y cuáles periodistas, "porque en muchos casos las funciones se solapan", pero sí se nota en el edificio que alberga el EFM. El pabellón chino no se ha llegado a levantar y una delegación de ejecutivos cinematográficos de las empresas Wanda Pictures, Alibaba Pictures, Youku, Times Vision, New Classics Media y Enlight Pictures, que venían en un viaje organizado por la compañía estatal China Film Co-Production Corporation, ha cancelado su presencia en Berlín.
En total, en la Berlinale, sumadas industria y prensa, hay casi 21.000 acreditados. Junto a los chinos otros 17 acreditados (procedentes de Suecia, Malasia, Japón, Suiza, Taiwán y Uzbekistán) han anulado el viaje justificándose en el coronavirus. Hay más cancelaciones, pero no han dado como motivo la enfermedad, o no siquiera han explicado la razón de su ausencia.
En el mercado el coronavirus ha hecho tanta mella en el negocio como el cambio estatal en la política de exenciones fiscales y nuevas normas de censura en el último año y medio. En Variety, un portavoz de la Berlinale apunta a estos factores como razón principal para las pocas películas chinas a proyección en esta edición en sus secciones: "Había muy pocos largometrajes sobre los que elegir". En las distintas sedes y cines de la Berlinale, así como en la mayoría de los hoteles, están disponibles en las puertas botellas de gel desinfectante.
A la industria le duele más esas 70.000 pantallas cerradas y los estrenos de las superproducciones parados. Como pronto esas salas no se reabrirán hasta finales de mayo, inicios de junio. Por ejemplo, el estreno en China en abril del nuevo bond, No Time To Die, ha quedado pospuesto. En The Hollywood Reporter, Cai Gongming, consejero delegado de la distribuidora china Road Pictures, advierte: "Solo estamos viendo proyectos que estén dando sus primeros pasos, porque pasará un tiempo hasta que el mercado esté estabilizado y podamos estrenar con normalidad". El cineasta chino Jia Zhangke, que presenta película en Berlín y que además posee una cadena de cines de autor en su país, ha dicho en la capital alemana que aún queda un largo camino: "Aunque las salas operen con normalidad en julio, es difícil imaginar cuándo los espectadores chinos se sentirán cómodos viendo de nuevo películas juntos".
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