Phyllida Lloyd: “Hay tribunales que obligan a los niños a visitar a padres maltratadores”
La directora de ’'Mamma Mia!’ y ‘La dama de hierro’ estrena ‘Volver a empezar’, una película sobre la esperanza feroz de una mujer que se enfrenta a la violencia machista
Un hombre enfurecido se enfrenta a una mujer decidida a decir basta: basta de agresiones, de terrores, de crisis de ansiedad. El proceso es arduo. Volver a empezar (Herself), película presentada en el Festival de Sundance 2020, llega este viernes a los cines de España para contar la historia de Sandra, una madre que combate a la burocracia y a los jueces. Su directora, Phyllida Lloyd (Inglaterra, 63 años), expone una crítica de las carencias de las instituciones y muestra el sufrimiento de una mujer agredida.
Todo empezó entre el teatro y en la cárcel. Lloyd, junto a Clare Dunne, que interpreta a la protagonista, y Harriet Walter (en el papel de Peggy, una de las personas que ayuda a Sandra), dirige una compañía femenina que representa obras de Shakespeare en prisiones para mujeres. Allí descubrieron que muchas de las encarceladas habían sufrido abusos por parte de padres, maridos, compañeros... Y algunas estaban recluidas porque habían contestado, habían matado a esa persona violenta. “Es algo que a Clare le llegó al alma. Por otra parte, una amiga suya de Dublín que sufrió maltrato se vio en la calle con sus niños. Lo que la enfureció fue el hecho de que el Ayuntamiento no fuera capaz de encontrarle una casa. Su amiga tuvo que vivir en un hotel mucho tiempo”, recuerda Lloyd en una videollamada.
La actriz escribió un guion y se lo mostró a la directora, cuyas películas Mamma Mia! y La dama de hierro evidencian un interés por el protagonismo de las mujeres. Pero esta vez se adentra en las trabas sociales a las que se enfrentan. Phyllida Lloyd, que también ha dirigido teatro y ópera, recuerda por qué decidió tomar las riendas de este proyecto: “El guion me pareció muy brillante y decidí que iba a ir más allá, porque quería que el mundo viera la actriz que era Clare”.
Esquivar el llanto
El propósito de Volver a empezar era esquivar el drama lacrimógeno. Una trabajadora de una asociación de mujeres se lo pidió a Dunne durante el proceso de documentación. “Ninguna de estas mujeres maltratadas es solo una víctima: hace falta un valor tremendo tanto para quedarse como para irse. Lo hicimos para mostrar la falta de apoyo social de estas afectadas. También para evidenciar a los tribunales, jueces y juezas, que obligan a los niños a visitar a padres maltratadores en contra de su voluntad. A las madres se les hace sentir culpables porque no se han ido de la casa del maltratador”.
Sin embargo, la película busca sembrar un mensaje de esperanza, transmitir que las mujeres pueden salvarse de esa situación. La directora asegura que quiere que todas las mujeres que vean su filme descubran que hay, incluso en medio de la pandemia que obliga al aislamiento, “otra vida si se atreven a empujar la puerta, si se atreven a cruzar al otro lado”. Lloyd añade que lo “fantástico” del personaje de Sandra es su energía, su voluntad y la imaginación que demuestra. “Puede ser una inspiración”.
Babelia
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