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José María Garzón defiende su gestión y exige explicaciones a la patronal taurina

ANOET le abrió un expediente por supuestas irregularidades en la organización de la corrida de El Puerto de Santa María

El País
José María Garzón, empresario taurino.
José María Garzón, empresario taurino.Lances de Futuro

El empresario taurino José María Garzón ha emitido un comunicado en el que hace un resumen de la temporada 2020, “la más difícil de los ochenta últimos años”, y en el que también interpela a ANOET, asociación que agrupa a las principales empresas taurinas y que le abrió un expediente sancionador por supuestas irregularidades en la organización de la corrida de este verano en El Puerto de Santa María (Cádiz).

Garzón, al frente de su empresa Lances de Futuro, contrató para El Puerto a Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Pablo Aguado, que lidiaron un encierro de Juan Pedro Domecq en medio de una enorme expectación, que se tradujo en la venta de todas las localidades disponibles que en ese momento, según la normativa de la Junta de Andalucía, era la mitad del aforo total.

Y en Córdoba, con las restricciones de aforo todavía más duras, logró también un notable éxito tras anunciar mano a mano a Morante de Puebla y a Juan Ortega, el pasado 12 de octubre.

“Merece la pena seguir luchando por la fiesta de los toros”, asegura Garzón en ese comunicado que también le ha servido de pliego de descargo de los ataques sufridos durante el año. El empresario sevillano, que asegura haber visto cumplido el objetivo de “no dejar pasar en blanco la temporada”, ha reconocido que muchos de sus planes se vinieron abajo con la propagación de la pandemia.

Desde ese momento se marcó el objetivo de “dar toros”. Pero las primeras dificultades, narra el empresario, llegaron con los escollos inesperados que encontró en la organización de una corrida en la plaza de Málaga a finales de julio, donde, afirma, no encontró “la colaboración necesaria para sacar adelante un proyecto que hubiese merecido la pena”.

Garzón no disimula su decepción ante “algunos golpes inesperados” antes de explicar la gestación de la polémica corrida del Puerto de Santa María que le costó, entre otros peajes personales y profesionales, el apoderamiento del diestro murciano Paco Ureña, que no fue incluido en el cartel definitivo.

“Volcamos todo nuestro esfuerzo, trabajo, dedicación e inversión para que taurinamente fuera un éxito, y para que el cumplimento de la Orden de 19 de junio de la Junta de Andalucía, en la que se establecían las medidas preventivas de salud pública frente a la crisis de la covid-19, fuera absolutamente escrupuloso por nuestra parte”, señala Garzón, y añade que las autoridades de la Junta “así lo valoraron”.

A partir de ahí llegaron los ataques. “Fue muy desagradable escuchar algunas acusaciones de otros empresarios taurinos que llegaron incluso a entrar en el plano personal”, afirma el empresario, especialmente dolido con la actitud de ANOET, la asociación que agrupa a las principales empresas del universo taurino.

“Me abrieron un expediente sancionador sin base legal alguna”, recuerda el empresario, y denuncia que dicha asociación “pretendió arrogarse unas potestades sancionadoras de estricta naturaleza jurídico-públicas y aplicar un régimen sancionador cuya efectividad única y exclusivamente corresponde, en su caso, a la Administración Pública competente”.

“Poner en riesgo la salud pública”

Garzón recuerda que, entre otros ataques, ANOET le había acusado de “poner en riesgo la salud pública” o haber “dañado la imagen de la Tauromaquia”. “Me inculparon públicamente dando por hecho que había obrado ilegalmente y me señalaron como el responsable del endurecimiento de la normativa a partir de ese momento”, explica Garzón en alusión a la drástica reducción de aforo decretada por la Junta después de ese festejo.

El empresario sevillano, que había abandonado la directiva de ANOET en mayo de este año, ha exigido una rectificación pública de dicha entidad antes de recordar los condicionantes que rodearon la organización de la Corrida de la Hispanidad celebrada en Córdoba el pasado 12 de octubre con las nuevas restricciones impuestas por la Junta de Andalucía que obligan a una separación mínima de metro y medio de espectador a espectador.

“Curiosamente, quienes señalaban esta modificación de la normativa como imposible para celebrar festejos, también dijeron en su momento que con la anterior Orden era inviable abrir las plazas de toros”, ironiza Garzón, recordando que mientras se gestaba este festejo se hizo público el informe de la Policía Autonómica que certificaba la buena praxis en la apertura de la plaza de El Puerto

“ANOET sigue sin dar ninguna explicación”, añade Garzón, y apela al “perjuicio moral y económico” y la “vulneración del honor”. “Nada se ha hecho para repararlo”, remacha el empresario al afirmar que su objetivo sigue pasando por “dar toros”, y se muestra convencido de que “la Tauromaquia puede, y debe, interrelacionarse con la sociedad y con otros sectores económicos y culturales de manera natural”.

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