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AC/DC vuelve: la historia de las 12 mejores canciones de toda su carrera

El grupo de Angus Young publica hoy su primer disco en seis años, ‘Power Up’. Esta es una oportunidad para seleccionar los temas supremos de su historia

Carlos Marcos
Bon Scott (se le ve media cara) pasea a hombros entre los espectadores a Angus Young. Fue en 1978 en el Coliseum de Oakland, California. / GETTY IMAGES
Bon Scott (se le ve media cara) pasea a hombros entre los espectadores a Angus Young. Fue en 1978 en el Coliseum de Oakland, California. / GETTY IMAGES

Un músico tan ajeno al universo de AC/DC como Beck definió con bastante tino lo que es la música de este grupo: “Es imposible no dejarse seducir por un riff de guitarra de AC/DC: son hamburguesas musicales”. El grupo de Angus Young regresa después de seis años de silencio discográfico (su anterior trabajo, Rock Or Bust, es de 2014). Su nuevo álbum, Power Up, ya está a la venta y en todas las plataformas. Es una vuelta a lo grande, con la formación más deseada posible por los seguidores. El cantante Bon Scott murió en 1980 y el guitarrista Malcolm Young en 2017; los demás están, con algunos achaques, pero dispuestos a rockear.

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El escritor y periodista inglés Paul Elliott, autor de AC/DC. Desde los inicios hasta Rock Or Bust (editorial Blume), asegura a EL PAÍS que es muy posible que esta sea la última bala del grupo: “Teniendo en cuenta su edad y algunos problemas de salud [el cantante, Brian Johnson tuvo que dejar la gira en 2016 por problemas de sordera], creo que será el último disco de AC/DC. Luego, cuando acabe la pandemia, harán una gran gira de despedida”.

En Power Up está la formación del exitoso Back In Black con Stevie Young (Escocia, 64 años), sustituyendo a su tío Malcolm. Los demás son Brian Johnson (Inglaterra, 73 años) a la voz, Cliff Williams (Inglaterra, 70 años) al bajo, Phil Rudd (Australia, 66) a la batería, y el que está al mando de todo, Angus Young (Escocia, 65). El grupo australiano ha lanzado casi 200 canciones desde que se formara, en 1973. Cada aficionado tendrá su lista de favoritas. Nosotros hemos hecho la nuestra con las 12 mejores. Estas son, situadas en orden inverso. La mejor está al final.

12. ‘Problem Child’ (1976)

Por qué es tan buena y de qué trata. Seguramente Dirty Deeds Done Dirt Cheap sea el álbum más flojo de la primera etapa del grupo, la que tuvo a Bon Scott de cantante. Pero contiene dos canciones fabulosas: Problem Child y Ride On (también en esta lista). Problem Child es una de esas piezas de AC/DC que se escuchan mientras te arrancas la ropa. Scott se inspiró en su colega Angus Young. “Bon decía que había escrito Problem Child pensando en mí, pero yo nunca he llevado un cuchillo para defenderme, como dice la canción. Mi padre me quitó el cuchillo cuando era un niño. Supongo que con una guitarra ya tenía suficiente”, contó con ironía el guitarrista.

La anécdota. Después de tres discos la compañía de discos estaba desesperada porque el grupo no lograba conquistar el mercado estadounidense. En Australia eran populares y en el Reino Unido empezaban a hacer camino, pero el dinero estaba en Estados Unidos. Incluso algún jefe de la discográfica llegó a plantear que igual les vendría bien un cambió de cantante, alguien más moldeable y con un estilo menos agresivo que el de Bon Scott.

11. ‘If You Want Blood (You’ve Got It)’ (1979)

Por qué es tan buena y de qué trata. AC/DC no tiran un buen título a la basura. Aquí se aprovecha todo. If You Want Blood (You’ve Got It) (Si quieres sangre, la has conseguido) fue un disco en directo que editaron en 1978. La frase representaba tan bien su mensaje que hicieron una canción con ese título para el siguiente trabajo, Highway to Hell (1979). El tema es absolutamente abrasivo. No puedes escuchar esta canción y ser la misma persona a partir de entonces. Nada más escuchar cantar a Bon Scott te das cuenta de que es una hiena hambrienta que te va a hacer trizas. El título surgió espontáneamente. Era un festival en Estados Unidos ante 40.000 personas. AC/DC, que todavía no eran estrellas, actuaban a las 10.30 de la mañana. Un periodista preguntó a Scott cómo iban a entrar en calor, a esa hora tan poco rockera. Dijo: “¿Recuerdas cuando echaban a los cristianos a los leones? Si quieren sangre la van a conseguir”. Y así se quedó.

La anécdota. La portada del disco en directo If You Want Blood (You’ve Got It) es la más impactante de la trayectoria del grupo. Es una foto de Angus Young clavándose el mástil de la guitarra en su tripa. El músico está vestido de colegial y la sangre inunda su camisa blanca. Bon Scott está pegado a él, cantando y con ojos de pirado. La contraportada muestra una foto de Young tirado boca abajo, con el mástil saliendo por la espalda, como si le hubiese atravesado. Más sangre.

10. ‘For Those About To Rock (We Salute You)’ (1982)

Por qué es tan buena y de qué trata. ¿Qué viene después de grabar el álbum de rock más vendido de todos los tiempos? AC/DC sabían que nunca llegarían a los niveles de calidad y ventas de Back In Black. No es fácil convivir con esto y permanecer en la primera línea 40 años después. For Those About To Rock (We Salute You) fue un trabajo bueno, con una visión crítica condicionada por el tremendo éxito del anterior. El mejor tema era el que daba título al álbum, pesado, parsimonioso, como el perezoso caminar de un elefante. Solo se acelera en la parte final y enloquece con los cañonazos. El título se le ocurrió a Angus Young después de leer un libro sobre gladiadores que le había regalado Bon Scott. Se trata de una variación de lo que decían los combatientes: “Los que van a morir te saludan”. La letra es un tratado de reivindicación rockista: “El cielo se iluminará con el mordisco de la guitarra. / Esta noche las cabezas rodarán y se moverán. / A aquellos que están a punto de rockear, os saludamos”.

La anécdota. Aunque en general el álbum fue bien recibido por los críticos, algunos medios no se mostraron entusiastas. La revista Sounds tituló, jugando con el nombre del disco, For Those About to Yawn (Para aquellos a punto de bostezar), y lo tildó de “machacón, repetitivo y tedioso”. A la gente le dio igual: fue número uno en ventas en Estados Unidos.

9. ‘Highway to Hell’ (1979)

Por qué es tan buena y de qué trata. En contra de Highway to Hell siempre jugará su brutal nivel de exposición. Mientras usted lee esto la canción estará sonando en el salón de su vecino y en un rincón de la selva amazónica, entre miles de lugares más. Ese es también su poderío: no es una canción, es un icono de la cultura popular, a la altura de las sopas Campbell de Andy Warhol. Highway to Hell fue el primer disco domesticado de los australianos. La compañía contrató al productor Robert Mutt Lange para matizar el desmelene de su sonido con el objetivo de entrar en el mercado estadounidense. No era tarea fácil. La base tendría que seguir siendo heavy, pero el envoltorio debería ser un poco pop. Mutt Lange lo consiguió. En Highway to Hell se aprecia en los aseados coros (fundamentales para elevar la pieza); en un solo de guitarra breve y eficaz, basado en Chuck Berry, y en un trabajo vocal agreste, pero no desbocado. El origen del título es una respuesta de Angus Young al ser preguntado en una rueda de prensa sobre cómo definiría una gira de AC/DC. “Como una jodida autopista al infierno”, dijo el guitarrista. La letra es una reivindicación de la actitud rockera definida en esta parte: “Hola, Satán, pagué mis deudas tocando en una banda de rock and roll”.

AC/DC en 1979: Malcolm Young, Bon Scott, Angus Young, Cliff Williams y Phil Rudd.
AC/DC en 1979: Malcolm Young, Bon Scott, Angus Young, Cliff Williams y Phil Rudd. Fin Costello (Getty)

La anécdota. La última vez que se subió Bon Scott a un escenario fue en España, el 9 de febrero de 1980 (muere el 19 de febrero) dentro del programa Aplauso. Presentados por Silvia Tortosa, el grupo interpretó tres canciones, la última Highway to Hell. Scott salió al plató con el torso desnudo, los brazos llenos de tatuajes, la melena cayéndole sobre la cara… Esa imagen del cantante mirando a la cámara y gimiendo historias sobre el diablo y el rock and roll acabaron con la ingenuidad de unos españoles todavía temerosos de que les estuviesen espiando desde el cielo.

8. ‘Shot Down In Flames’ (1979)

Por qué es tan buena y de qué trata. Angus Young definió la forma de escribir de Bon Scott como “poesía de cuarto de baño”. Al cantante le gustó esa forma de describir unas letras despachadas sobre la marcha, en el lavabo de un bar o en la barra de un tugurio. Un ejemplo de esa lírica callejera es esta canción, una pieza de temática machota en la que Scott se supone que hace una concesión al describir cómo incluso él podía recibir calabazas. Musicalmente Shot Down In Flames (algo así como “rechazado sin contemplaciones”) es una demostración del poderío rítmico del grupo, de su muro de sonido, personificado en los tres elementos más discretos: la pegada de la batería de Phil Rudd y el bajo de Cliff Williams y la taladradora guitarrera de Malcolm Young, responsable del auténtico toque AC/DC.

La anécdota. Shot Down In Flames se incluye dentro de Highway To Hell, el último disco donde participa Bon Scott, que fallecería en febrero de 1980. Es el primer trabajo como productor de Robert Mutt Lange, el hombre que consiguió limar la aspereza del grupo. No fue un trabajo fácil el de Mutt Lange. Tuvo que convencer a Scott de que no era una buena idea para el desarrollo satisfactorio de la grabación llegar al estudio borracho. Lo que sí le permitió fue el método del cantante para calentar la voz: hacer gárgaras con Oporto.

7. ‘T.N.T.’ (1976)

Por qué es tan buena y de qué trata. Si se quiere saber lo que era AC/DC en origen, por qué estos chavales se pusieron a hacer rock and roll a principios de los setenta: todo está en los tres minutos y medio de T.N.T. Nunca nadie se cenó un entrecot tan crudo como este. Las guitarras no suenan a ese instrumento de seis cuerdas que todos conoces, esto son sierras. La voz de Bon Scott es pura lija y el ritmo espasmódico. La letra no es más que la demostración de lo romántico que podía ser Scott: “Soy sucio, malote y no me aseo. / O sea, el hombre deseado, el enemigo público número uno. / Así que vigila a tu hija y esconde a tu esposa”. Una perla.

La anécdota. Tras el lanzamiento de T.N.T., la publicación de referencia de la época, Rolling Stone, publicó una crítica que hubiera hundido a la persona con más autoestima del mundo… pero no a AC/DC. Esto escribió un crítico de la revista: “Campeones del mal gusto. El rock duro no puede caer más bajo”.

6. ‘Whole Lotta Rosie’ (1977)

Por qué es tan buena y de qué trata. Una letra tan vulgar como la de Whole Lotta Rosie solo se le consiente a AC/DC. En el mismo año en el que David Bowie narró una de las historias de amor hechas canción más bellas (Heroes), este grupo de cafres australianos soltaba Whole Lotta Rosie, los pormenores de una cita con una mujer obesa. “Esto no es un cuento de hadas, no eres ninguna flacucha. / Tú lo das todo con tus 120 kilos en la báscula”. No, definitivamente, Bon Scott no era nada sutil. Musicalmente Whole Lotta Rosie creció con unas interpretaciones en directo dinamiteras, con la participación del público, que en las pausas de los primeros compases gritaba, a coro: “Angus, Angus”.

La anécdota. Son varios los biógrafos y fanáticos del grupo que han investigado si Rosie es alguien real o ficción surgida de la lasciva mente de Bon Scott. El autor siempre defendió que Rosie existía. El problema es que Angus Young dio una versión de quién era esta mujer que no coincidía con la de Malcolm y la de los dos tampoco era igual a la que ofreció el propio Scott. Hay gente que, siguiendo las indicaciones de lo declarado por el grupo (que si era de Tasmania, que si el encuentro ocurrió en un local de Australia, que si era la novia de Scott, que si en realidad se llamaba Bertha) ha rastreado su pista. Pero sin noticias de la misteriosa Rosie. Quizá algún día aparezca y pida dinero aludiendo al derecho de cita. Quizá…

5. 'Hells Bells (1980)

Por qué es tan buena y de qué trata. El disco de rock más vendido de la historia (Back In Black) arranca con unas campanadas, las de la canción Hells Bells, un homenaje al difunto cantante del grupo, Bon Scott. Su reemplazo, Brian Johnson, escribió la letra y no le resultó fácil. Estaba atascado cuando le visitó el productor Mutt Lange. En ese momento se había desatado una tormenta tropical en Bahamas, lugar donde grababan. Johnson dijo: “Es un trueno vibrante”. Lange le respondió: “Escribe eso y continúa describiendo la tormenta”. Entonces le salió el inicio de la canción: “Soy un trueno vibrante que echa lluvia a cantaros. / Me estoy acercando como un huracán./ Mil rayos relampaguean en el cielo./ Aún eres joven, pero vas a morir”. Al inicio solemne le sigue la tempestad de las guitarras Young. Una canción en ascenso. Pocas maneras mejor de presentar un disco de rock duro.

La anécdota. Empezar con el sonido de unas campanas tenía el precedente de Black Sabbath, que lo utilizó para abrir su primer disco, de 1970. El grupo de Ozzy Osbourne acompañó el sonido con el de una tormenta. Como AC/DC no querían hacer una copia exacta, debían conseguir un sonido de campana gigantesco. Intentaron grabar en una iglesia, pero no funcionó debido a que los pájaros del campanario no dejaban que el sonido fuera limpio. Como siempre en ellos tomaron una decisión expeditiva: construyamos una para nosotros. Y así lo hicieron, de una tonelada. Si vas a hacer algo loco, hazlo a lo grande. Los trabajadores de la fundición, acostumbrados a tratar con párrocos, se echaron a temblar cuando les dieron indicaciones sobre lo que debían grabar en la enorme campana: “AC/DC. Hells Bells [Campanas del infierno]”. Ese mismo pedazo de hierro fue el que se llevaron de gira.

4. ‘Riff Raff’ (1978)

Por qué es tan buena y de qué trata. El riff de guitarra es tan demoledor que hasta que pasa un minuto y 40 segundos no irrumpen los gruñidos de Bon Scott. Todo en esta canción es Angus Young, una demostración de su potencial: velocidad, suciedad, dureza y virtuosismo. La base de Riff Raff surgió durante la grabación del anterior disco, Let There Be Rock, y la letra es puro Bon Scott: una historia de tipos socialmente desplazados. Riff Raff puede traducirse con términos como “gentuza”, “escoria” o “chusma”.

La anécdota. Riff Raff está incluida en Powerage, uno de los mejores trabajos de la época Bon Scott. Estamos en 1978 y el mundo está partido en dos: la revolución punk y la explosión de la música disco. Ni tangencialmente les tocaron estos estilos a los australianos: siguieron revolcándose en el rock sucio. Poco tiempo después Sex Pistols y Fiebre del sábado noche languidecían y Angus Young y compañía continuaban en ascenso.

3. ‘Ride On’ (1977)

Por qué es tan buena y de qué trata. Una de las joyas escondidas de su discografía. Una canción atípica por ser una concesión a la pausa y a la vulnerabilidad. Ride On es un blues arrastrado y emocionante que permite a Bon Scott dejar su lado gamberro y contar sus penas con una honda interpretación vocal. Ride On no hubiese extrañado en el repertorio de, por ejemplo, Janis Joplin, y demuestra que Scott no solo era un cantante de rock embravecido. La letra funciona como su testamento vital: “Es otra tarde solitaria en otra ciudad solitaria. / Pero no soy demasiado joven como para preocuparme y no soy demasiado viejo como para llorar. / Estoy muy solo, pero sé lo que voy a hacer: seguir adelante”.

La anécdota. Ride On apenas ha sido interpretada en directo. Los que se dedican al minucioso trabajo del anecdotario rock solo contabilizan una vez, en 2001, en Francia, como homenaje al intérprete de blues John Lee Hooker, que falleció días antes de ese recital. El problema es que en la voz de Brian Johnson la canción no transmite lo mismo que con Scott. También existe una chocante y reivindicable versión de Norah Jones.

2. ‘Back In Black’ (1980)

Por qué es tan buena y de qué trata. Existen riffs de guitarra legendarios; y luego está, unos peldaños más arriba, el de Back In Black, utilizado incluso por dj’s de dance. Es Malcolm Young el creador de esta cosa tan sencilla (aunque seas un zote con la guitarra enseguida lo pillas) y tan complicada de conseguir. Se le ocurrió durante la gira de Highway to Hell y lo grabó en una casete. Le gustó tanto que lo utilizó para calentar con la guitarra antes de salir al escenario. Cuando se empezaron a plantear la grabación de un nuevo álbum, Malcolm y Angus tenían claro que debían completar la pieza. La letra, escrita por Brian Johnson, es un homenaje a Bon Scott, muerto cinco meses antes de publicar el disco Back In Black. En conjunto y mirado con cuatro décadas de distancia, Back In Black es una canción que te da mucho más de lo que le habías pedido.

Angus Young y Brian Johnson en un concierto del grupo en Nueva York en 1986.
Angus Young y Brian Johnson en un concierto del grupo en Nueva York en 1986. L. Busacca (getty)

La anécdota. Han pasado 40 años desde que Bon Scott muriese y muchos seguidores todavía discuten sobre algunos cabos sueltos. Uno de ellos alimentado por los propios hermanos Young, ya que ofrecieron información contradictoria. En los meses siguientes al fallecimiento de Scott señalaron que el cantante había dejado varias letras escritas, entre ellas Back In Black. Luego fueron categóricos al afirmar que el autor era Brian Johnson. El caso es que hay algunas partes que se parecen mucho al estilo pendenciero de Scott, como cuando dice: “Olvídate del coche fúnebre porque nunca moriré. / Tengo nueve vidas y ojos de gato. / Uso todas ellas y corro salvajemente”. No es un prodigio de la poética, pero a quién le importa cuando es sábado por la noche y te preparas para rockear.

Y la mejor: 1. ‘Let There Be Rock’ (1977)

Por qué es tan buena y de qué trata. Let There Be Rock no es una canción tipo de AC/DC: no empieza con un riff seco de guitarra, tiene una extensión larga (seis minutos y diez segundos) y la letra no cuenta la historia de un malote hambriento de sexo, temática que siempre explotó el fallecido Bon Scott. Let There Be Rock arranca como si el cielo se derrumbase sobre la tierra, con todos los instrumentos atronando y al galope. La tormenta frena a los 20 segundos para dar paso a la quincallera voz de Scott, que se queda solo con el bajo y la batería. A partir de ahí, algo inédito en la música de los australianos: durante los siguientes 40 segundos no sonará ninguna guitarra. Nunca los hermanos Young estuvieron mudos tanto tiempo. El patrón AC/DC se rompe en Let There Be Rock, pero al mismo tiempo es la esencia de por qué el grupo se metió en esto: crudo y visceral rock. La letra cuenta los inicios del rock and roll con referencias a Chuck Berry, Bill Haley, el blues, la noche… Corría 1977, AC/DC eran jóvenes e idealistas, tipos viviendo su sueño de hacer rock and roll sin contaminaciones del negocio. Su honestidad brutal queda reflejada en los seis minutos de Let There Be Rock. Rock interpretado sin piedad ni misericordia.

La anécdota. Angus Young ha contado en alguna entrevista que durante la grabación y mientras ejecutaba el solo de guitarra el amplificador estalló. Fue cuando su hermano Malcolm le gritó: “¡Sigue tocando, sigue tocando!”. El vídeo de la canción molestó a sectores religiosos: algunos lo tacharon de “blasfemo”. Está grabado en una iglesia, donde Bon Scott, vestido de sacerdote, imparte una misa con el resto de los músicos disfrazados de monaguillos. Cuando se quitan los hábitos Angus Young aparece con su guitarra, una camiseta negra y unos vaqueros: será una de las pocas veces que el músico toque sin su clásico trajecillo de colegial.







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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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